Introducción
El síndrome respiratorio, denominado Sars cov2, conocido como Covid-19, es ocasionado por una cepa viral perteneciente a la familia coronaviridae, cuya evolución patológica fue totalmente atípica en comparación con otras infecciones producidas por cepas del mismo género Sars-Cov y Mers-Cov1,2. Desde que apareció por primera vez en la ciudad de Wuhan China en el año 2019, éste se transmitió rápidamente transformándose en una de las pandemias del siglo3, cobrando la vida de millones de personas a nivel 4.
Frente a la nueva realidad pandémica, tanto las organizaciones sanitarias y gubernamentales, comenzaron a trabajar arduamente para generar una prevención rápida y oportuna, con la finalidad de frenar la cadena de transmisión del microrganismo. El uso de elementos de protección personal, higiene de manos, confinamiento y el distanciamiento social fueron algunas de las medidas adoptadas para frenar la transferencia del virus5,6.
Durante este periodo, la población demandó información de la nueva enfermedad para comprender las formas de contagio, sus consecuencias y las medidas preventivas, siendo los medios de comunicación tradicionales e informáticos, los usados para la divulgación de estos contenidos. Si bien, gran parte de la información transmitida fue la correcta para hacer frente a la pandemia, existió otro porcentaje no despreciable de información falsa y poco objetiva generando desinformación en la población 7-9, la que circuló, principalmente a través de las redes sociales10 y que la Organización Mundial de la Salud (OMS), la ha denominado como “Infodemia” , para referirse a aquella información que se divulga rápidamente y sin mayor evidencia11.
Tanto la OMS, como la comunidad científica en diferentes países del mundo, han considerado a la infodemia como un problema de salud pública12,13, debido a que mucha de la información difundida por los medios cibernéticos, y en especial por las redes sociales en relación al uso de medicamentos, opciones terapéuticas y conspiraciones sobre diversas enfermedades, no cuentan con el respaldo científico adecuado por lo que las transforma en noticias falsas o ”fake news”7-9.
A medida que la pandemia del coronavirus fue avanzando, la población de personas mayores, trabajadores sanitarios y las personas con patologías previas comenzaron a experimentar sentimientos de miedo y preocupación14 por los efectos mortales del virus y las medidas preventiva asociadas. La gran cantidad de información circulante provocó, en muchos casos, desinformación, pánico, confusión e incumplimiento de las medidas preventivas. como el confinamiento, distanciamiento social y uso de medidas protectoras15. Fue tanta la magnitud de alcance de los contenidos divulgados por las redes sociales y tan alta la credibilidad que la población en general les atribuye, es que se ha descrito la presencia de comportamientos inadecuados que atentan contra la propia salud16,17, exponiendo a las poblaciones a riesgos y a un agravamiento de patologías previas, entre las que destacan las de salud mental18.
El envejecimiento es un proceso natural que lleva consigo una serie de cambios anatómicos, fisiológicos y psicológicos que describen a las personas mayores19, es por estas características que en tiempo de pandemia Covid-19, se convierten en un grupo etario con mayor vulnerabilidad y susceptibilidad a las complicaciones originadas por el virus, al proceso de hospitalización, al confinamiento y al distanciamiento social15. Destaca en Chile que las personas mayores corresponden al 15% de la población nacional20 similar al porcentaje de personas mayores a nivel mundial21.
Siendo este grupo etario uno de los más vulnerables a los efectos mortales del Sars Cov2, las evidencias internacionales y nacionales son aún vagas para develar el impacto de la infodemia en la salud mental de éstos2,15,22 y cómo la información generada a partir de los canales de comunicación tradicional y/o informáticos pueden influir en la aparición y/o agravamiento de problemas de salud mental como, el estrés, la ansiedad, el miedo y la depresión18,22,23 es por ello la importancia de caracterizar a las personas mayores y su salud mental en tiempos de pandemia Covid-19 con la finalidad de conocer cómo se comportó este fenómeno en este grupo de personas y con los resultados obtenidos poder generar estrategias de prevención para frenar el efecto negativo de infodemia en la salud mental de las personas mayores.
Materiales y Métodos
Estudio cuantitativo, descriptivo y transversal. Cuya unidad de análisis correspondió a la persona mayor de la región del Biobio- Chile.
La muestra de tipo no probabilística, estilo bola de nieve, fue conformada por 195 personas mayores, cuyo cálculo fue estimado acorde a fórmula en base a un N de 261.502 personas mayores. Dónde P es la probabilidad de ocurrencia del fenómeno y Q, que éste no ocurra. Para el reclutamiento de los sujetos se procedió a elegir al azar un número telefónico de un listado de personas mayores a ciegas, para que posteriormente la persona elegida fue quien colaboró en el reclutamiento del segundo participante y así consecutivamente hasta completar la muestra.
Los instrumentos recolectores de datos, fueron administrados a través de una encuesta telefónica realizada por encuestador entrenado o autoadministrada por cuestionario Google forms, entre los meses de marzo a septiembre de 2022, según requerimiento del participante, asegurando la no duplicidad de respuestas.
La encuesta estuvo constituida por los cuestionarios para recabar antecedentes biosociodemográficos y de infodemia, ésta última variable medida en base a tipos de medios de comunicación para información y horas destinadas a información durante la pandemia. Además de la Escala de estrés percibido (PSS-14) constituida por 14 preguntas tipo likert con puntaje de de 0 a 4, cuya suma permite categorizar los niveles de estrés en : nunca o casi nuca presenta estrés de 0 a 14 puntos; de vez en cuando presenta estrés de 15 a 28 puntos; presenta estrés a menudo de 29 a 42 puntos y de 43 a 56 puntos, está muy estresado 24-26. La Escala de depresión geriátrica abreviada (Yesavage) constituida por 15 preguntas dicotómicas. La suma de puntajes otorgados por respuestas afirmativas, permite categorizar los siguientes rangos: de 0 a 5 puntos normal; de 6 a 10 puntos depresión leve y de 11 a 15 puntos depresión grave27,28. El inventario de ansiedad geriátrica (GAI) constituida por 20 preguntas dicotómicas, cuya suma puntaje permite discriminar a personas con o sin ansiedad. Puntaje igual o superior a 8 determina presencia de ansiedad, mientras que puntaje igual o superior a 10 determina ansiedad generalizada29,30, todos validados en Chile.
Las consideraciones éticas fueron apoyadas en los ocho requisitos de Ezequiel Emanuel basados en las normas CIOMS y declaración de Helsinski31. Previa a la aplicación de los instrumentos, las personas mayores debieron asentir consentimiento informado en el cual el investigador asegura la confidencialidad de las respuestas, menciona los riesgos y beneficios a los cuales se expone el entrevistado y se compromete a informar de cualquier evento adverso para los participantes durante la realización del estudio. La aceptación del consentimiento fue realizada por confirmación en la encuesta vía web y en el caso de encuesta telefónica se procedió a grabar la lectura del consentimiento y aceptación de éste. El documento final y firmado por el investigador principal, fue enviado al participante a su correo personal o red social que el participante autorizase. Las grabaciones fueron guardadas de acuerdo con la legislación vigente en estudios de investigación.
Este estudio fue aprobado por el Comité de Ética de la Facultad de Enfermería, Comité de ética de la Vicerrectoria de Investigación de la Universidad de Concepción y por Comité ético acreditado del Servicio Salud Concepción- Chile código CEC-SSC:21-08-44 del año 2021.
La información obtenida de las encuestas online se exportó a los paquetes estadísticos JASP versión 0.15.0.0, Jamovi 2.3.18 e IBM SPSS Statistics 26.0 para el procesamiento de los datos. El conjunto de datos que apoya los resultados de este estudio, se encuentran disponibles en MendeleyData,V1.32
Resultados
En la tabla 1, se muestran los resultados de caracterización sociodemográfica,distribuidos por variables. A partir del total de 195 participantes, el 58% fue mujer, y la edad promedio fue de 69±6.2 años, con un rango entre 61 y 87 años. El 62% de las personas mayores declararon estar en pareja y la mayoría declaró no vivir solo durante este periodo. El 64% de las personas mayores, recibe pensión y declararon ingresos hasta de $300.000 chilenos. Con respecto a la pandemia y el confinamiento, el 32% declara que sus ingresos cambiaron.
De quienes participaron en la investigación, se obtuvo un promedio de 5± 2,5 horas de exposición a información de Covid-19, con un rango de 0 a 12 hrs. diarias. En la tabla 2, se muestran los resultados de caracterización para el nivel de exposición a los medios de comunicación. Cabe destacar que entre un 60 a 70%, consideraron presentar poca o nula exposición a la información de Covid-19, divulgada por diversos medios de comunicación.
Con relación a quienes usaron redes sociales como medio de información, el 42% priorizó el uso de Facebook y un 29% se informó a través de Whatsapp.
En cuanto a la afectación generada por la información divulgada de Covid-19, por los distintos medios de comunicación (ver Tabla 2), la mayoría de las personas mayores declaró que se sintió afectada física y psicológicamente por ésta. Es importante mencionar que casi el 30% de las personas mayores sintieron ansiedad y miedo frente a la información del número de muertos e infectados por Covid-19, que se divulgaba por los distintos medios de información.
Con respecto al nivel de estrés, depresión y ansiedad medidos por las Escala de estrés percibido PSS-14, Escala de Depresión Geriátrica Yesavage e Inventario de Ansiedad geriátrica GAI, de las personas mayores participantes, cabe destacar que un 65% de las personas mayores se sintió de vez en cuando a estresado, casi un 27% se mostró con depresión leve a grave y en porcentaje similar se mostró ansioso. (ver tabla 3)
Discusión
La población mundial está envejeciendo, se prevee que para el año 2030 la población de personas mayores habrá aumentado a 1400 millones a nivel mundial y que para el año 2050 ésta se habrá duplicado aumentando la población octogenaria y nonagenaria, lo que conlleva un incremento de enfermedades propias de la edad como la demencia tipo Alzheimer y otras, transformándose en un grupo vulnerable a variadas enfermedades, maltratos y desastres21, y durante la pandemia Covid- 19, las personas mayores se constituyeron como el grupo etario más vulnerable a los efectos adversos del virus, quienes se vieron afectadas por las medidas epidemiológicas como el confinamiento, el distanciamiento físico y social y los efectos mortales del SarsCov 2, especialmente en aquellos que presentaban comorbilidades 15,33. Como resultados propios de este estudio, fue la participación mayoritaria de mujeres en comparación con los hombres, probablemente una de las explicaciones a este hallazgo sea que las mujeres están más llanas a responder encuestas o bien estar asociado al tipo de muestreo realizado en esta investigación. Sin embargo, también se podría explicar a través de la feminización de la vejez, la que ha sido demostrado en numerosos estudios nacionales e internacionales20,34 fenómeno caracterizado por una mayor proporción de mujeres que hombres en la población de personas mayores, la que se agudiza en edades en extremas. Si bien las mujeres presentan una mayor esperanza de vida, lamentablemente, esta no se correlaciona con una calidad de vida mejor, pues la mayoría de las mujeres viven más años, solas y con mayor precariedad de recursos económicas 35.
Durante el periodo de pandemia, las personas mayores debieron recluirse en sus lugares de habitación, como medida preventiva. Fue así como, la mayoría de los hogares chilenos y mundiales recibió una gran cantidad de información acerca del evento epidemiológico. La visibilización continua, día tras día y semana tras semana, de los efectos adversos del virus, número de infectados y también los miles de muertos que se producían a diario alrededor del mundo. La información circulaba rápidamente por canales tradicionales y redes sociales, muchas de ellas sin mayor control informativo generando desinformación y noticias falsas, llevando a la población a tomar malas decisiones en salud 36 Para efectos de este estudio, las personas mayores en su mayoría refirieron informase a través de la televisión y un porcentaje no despreciable lo hizo por redes sociales con un promedio de 5 horas diarias. Cabe mencionar que en estudios internacionales se demostró a que a más horas de exposición a información de Covid-19, aumentaba la probabilidad de presentar efectos negativos en la salud mental 37, las personas mayores en Chile, declararon sentirse afectadas física y psicológicamente al exponerse a la información otorgada por los medios de comunicación tradicionales y online, y un número no despreciable de ellos declaró sentir miedo y ansiedad frente al número de muertos e infectados por Covid-19. Uno de los llamados de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), es romper el ciclo de la desinformación y los equipos de salud están llamados a educar para la salud, en especial enfermeros y enfermeras, quienes han asumido la mayor responsabilidad en la educación de las poblaciones vulnerables. Es por ello que se requiere de la constante estimulación del pensamiento crítico del equipo sanitario, quienes deben ser capaces de cuestionar e investigar la evidencia de la información, validar sus argumentos, revisar las fuentes, su coherencia y conflictos de interés, así como la búsqueda constante de la evidencia 38 para ser capaces de llevar a cabo procesos de alfabetización para la salud, como una estrategia para empoderar a las personas y educar en la toma de decisiones con evidencias frente a fenómenos sanitarios y así evitar los efectos dañinos de la desinformación. Se ha demostrado que una baja alfabetización sanitaria se relaciona con un peor estado de salud y baja calidad de vida, autores han determinado que esta estrategia genera en las personas mayores, mejores niveles de empoderamiento, compromiso, activación y resultados óptimos en salud 39. De igual manera, se hace indispensable, que frente a los resultados obtenidos y la credibilidad que las personas mayores brindan a los medios tradicionales de información, sean estos transformados en mecanismos de transmisión de información creíble, a fin de que éstos se transformen en medios para la alfabetización en salud.
El confinamiento produjo un distanciamiento social que involucró el alejamiento de la familia y de las amistades, separación que en algunas ocasiones estuvo marcada por la mortalidad del SarsCov 2 40. Esta medida restrictiva prolongada, demostró que provoca cambios en la salud de las personas mayores, quienes se vieron afectadas por la soledad y por los cambios de rutina que debieron adaptar para este periodo 41 Desde antes de pandemia, cifras otorgadas por la OMS mostraban que un 15% de adultos mayores sufren algún trastorno mental y un 7% padecerían de depresión unipolar 42. Para efectos de este estudio, un gran porcentaje de los adultos mayores se mostraron estresados y cerca de un 25% de ellos presentó algún grado de depresión y ansiedad. Estas cifras demuestran la presencia de un aumento en las alteraciones en salud mental en tiempos de pandemia. Estudios internacionales mostraron que el aislamiento social en las personas mayores, fue una de las variables que se relacionó positivamente con los cambios emocionales de las mismas, quienes vivieron en soledad y con una serie de medidas restrictivas43.
La calidad de vida también se vio afectada por la salud mental tal como fue señalado en un estudió que mostró la relación existente entre calidad de vida y ansiedad, estrés y depresión, en donde las personas mayores evidencian una peor calidad de vida en tiempos de pandemia caracterizada por sentirse excluidos y con bajos recursos económicos 44 tal como se mostró en este estudio.
Los problemas de salud mental se evidencian de manera diferente entre hombres y mujeres, éstas últimas son más proclives a presentar alguna alteración a este nivel 40 situación que conlleva a cuestionarse la temática de salud mental en las mujeres mayores, pues como se mencionó previamente, la feminización de la vejez trae consigo variados inconvenientes y por tanto desde la perspectiva sanitaria se deben generar intervenciones que permitan promover un envejecimiento saludable desde la perspectiva de salud mental con enfoque de género que permita disminuir los problemas de salud mental en las mujeres, los cuales están presentes desde antes de pandemia, considerando las variables más complejas que incluyen la soledad y la precariedad económica.
Conclusiones
El periodo pandemia develó la presencia de alteraciones de salud mental en las personas mayores, quienes deben ser foco de atención del equipo sanitario multidisciplinario, cuyo enfoque debe ser holístico, abarcando el tratamiento y recuperación, así como las actividades de promoción y prevención en esta materia. De igual manera, se demostró que las personas mayores destinan parte de su tiempo informarse, por ello se hace indispensable alfabetizar para la salud, estimular el pensamiento crítico y reflexivo de las personas mayores, para que sean capaces de discernir correctamente frente al exceso de información proveniente de los distintos medios de comunicación.