Tras impulsar programas nacionales de vacunación masiva durante 22 años contra diversas enfermedades prevenibles por vacunas, entre ellas el sarampión, la región de las Américas fue declarada libre de la enfermedad por un Comité Internacional de Expertos en el año 2016.
Bajo este contexto favorable, la Organización Panamericana de la Salud informó y recordó a los países que el virus seguía activo alrededor del resto del planeta, siendo un riesgo de reaparición constante por diversos factores que señalaremos luego.
En 2017, el sarampión retorna a las Américas. Argentina, Canadá, Estados Unidos y Venezuela notificaron casos. Ese mismo año, más casos fueron notificados en Antigua y Barbuda, Brasil, Colombia, Guatemala, México y Perú.
En 2018 fueron 12 los países de la región de las Américas que notificaron casos confirmados de sarampión y solo dos de estos habían reportado defunciones: Brasil y Venezuela.
Para 2019, entre la semana epidemiológica (SE) 1 y la SE 9 de 2019, diez países notificaron casos confirmados de sarampión, entre diciembre de 2018 y febrero de 2019: Argentina, Bahamas, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Estados Unidos, México y la República Bolivariana de Venezuela. En lo que va del presente año, no se han reportado defunciones por sarampión.
¿Qué ocurrió?
Múltiples factores (económicos, sociales, culturales) hicieron que en otras regiones del mundo (Europa incluida) hubiera una desatención en el mantenimiento de las coberturas de inmunización:
- Dificultades en el ejercicio pleno de la gobernanza de las funciones esenciales de salud pública.
- Desinformación de las nuevas generaciones sobre el impacto de las enfermedades prevenibles por vacunación y presión de grupos antivacunas para impedir la continuidad de las campañas y programas de inmunización.
- Incremento de la movilidad internacional de las personas de un continente a otro.
- Conflictos sociales diversos en países del planeta ocasionan colapsos en los sistemas sanitarios y sus programas de salud pública, además de olas migratorias.
Por ello, “bolsones” de personas susceptibles se acumulaban en distintas partes del mundo siendo reservorios del virus y generación de brotes, epidemias y endemias.
Esta fue la receta para la reaparición de un peligroso virus en América debido a que estamos en un mundo cada vez más global, más interconectado e interdependiente.
El sarampión supone un grave impacto para las poblaciones que afecta en morbilidad, mortalidad, secuelas, ausentismo y costos exagerados en salud.
No debemos ver el sarampión como algo benigno, sino como una enfermedad seria y grave que tiene una vacuna eficaz y segura, capaz de contener su avance y consecuencias.
Afortunadamente los países de las Américas están trabajando, junto a OPS\OMS, en el control de la situación mediante campañas de vacunación para lograr la protección imprescindible y evitar que el sarampión se haga endémico en las Américas.
Es responsabilidad compartida de los Estados miembro de la OPS/OMS, la sociedad civil y la población en general de lograr que la región de las Américas esté libre nuevamente del sarampión.