1. Introducción
Sabemos, gracias a evidencia de muy diferentes fuentes, que las representaciones que las personas construyen cuando comprenden lo que escuchan o leen están fuertemente guiadas por la gramática de su lengua.
Por eso, al investigar cómo hacen las personas para procesar información lingüística nueva sobre la marcha, resulta fundamental atender a la estructura fina de las oraciones. Sabemos también que para comprender lenguaje en tiempo real hace falta procesar estructuras composicionales rápidamente y de manera incremental. Esto significa mantener material lingüístico en la memoria temporariamente. Pero, además, quien comprende está tratando de generar una representación interna que concuerde con lo que está escuchando o leyendo. En este sentido, las expectativas, por las cuales quien comprende se adelanta a lo que oye o lee, son fundamentales para hacer la comprensión más eficiente. Estudiar aquellos casos en los que el procesador tiene dificultades en función de las configuraciones sintácticas subyacentes, o debido a las limitaciones de los recursos computacionales, o cuando los mecanismos predictivos fallan puede ayudarnos a entender cómo procesamos y comprendemos información lingüística y, especialmente, cómo estos componentes (gramática, memoria y expectativas) intervienen en el procesamiento.
Los estudios psicolingüísticos se han servido de situaciones en las que las dificultades o las demandas que imponemos a nuestro sistema de procesamiento lingüístico son extremas, por ejemplo, cuando se trata de comprender oraciones complejas. Para investigar la noción de complejidad, muchos estudios han recurrido a las oraciones con dependencias a larga distancia: estas estructuras imponen dificultades en el procesamiento ya que nos obligan a mantener una cantidad de material en la memoria mientras establecemos la dependencia y/o ya que involucran algún tipo de movimiento sintáctico. Uno de estos casos, las oraciones que contienen cláusulas de relativo, fue estudiado exhaustivamente, con muchas tareas y técnicas diferentes, en distintas lenguas.
En las oraciones con cláusulas relativas de (1) el sustantivo que las encabeza (“el político”) debe ser integrado o reactivado en su posición original (gap) para determinar los argumentos del verbo subordinado y correctamente asignar los roles temáticos. En (1a) encontramos una oración con una cláusula relativa de sujeto (RS) en la que el gap ocupa la posición de sujeto del verbo subordinado y en (1b), una oración con cláusula relativa de objeto (RO) en la que el gap ocupa la posición de objeto.
1 a. El político (OR que __ atacó al senador) admitió el error.
b. El político (OR que el senador atacó __) admitió el error.
Gran parte de los trabajos llevados a cabo hasta el momento documenta una ventaja para las RS, como (1a), por sobre las RO, como (1b). En efecto, en su mayoría, las investigaciones empíricas prueban que las RO son más difíciles de procesar que las RS. Esto se evidencia en una serie de efectos que se reproducen a lo largo de los distintos estudios: las RO dan lugar a un mayor número de errores y latencias más largas en tareas de comprensión (e.g.Gordon et al. 2004); elicitan estrategias de evitación en tareas de producción (e.g.Belletti y Contemori 2010); se adquieren más tardíamente (e.g.Friedmann et al. 2009); y son particularmente difíciles para las personas con afasia (e.g.Grillo 2009).
En español, esta asimetría ha sido evidenciada en la comprensión de adultos sin alteraciones del lenguaje en tareas de lectura y comprensión auditiva (Betancort et al. 2009; Del Río y López-Higes 2006; Del Río et al. 2012; Manoiloff et al. 2018; Arancibia et al. 2014; Murujosa et al. 2021, en la producción con tareas de elicitación (Muñoz Pérez y Lago 2012) y en estudios de comprensión de oraciones en personas con afasia (Sánchez et al. 2017, 2018). La asimetría, sin embargo, no es universal, sino que parece depender de las propiedades de las gramáticas de las lenguas y de las configuraciones estructurales de las dependencias en cuestión (véase Carreiras et al. 2010 para una discusión).
Para dar cuenta de esta asimetría se han planteado diversas hipótesis que ponen el acento en diferentes factores. Las explicaciones difieren, en particular, en el peso que le atribuyen a las restricciones estructurales. Se han propuesto explicaciones basadas en estrategias de análisis sintáctico (e.g.Clifton y Frazier 1989) o propiedades del componente gramatical (e.g.Friedmann et al. 2009). Otras enfatizan la influencia simultánea de información sintáctica y no sintáctica, como la semántica (e.g.MacDonald et al. 1994; Gennari y McDonald 2008; Mak et al. 2002, 2006; Traxler et al. 2002). A su vez, una serie de propuestas han tratado de explicar la asimetría sin apelar a la estructura sintáctica (e.g.Keenan y Hawkins 1987; MacWhinney y Pléh 1988). Otras se enfocaron en las limitaciones de memoria (e.g.Gibson 1998; Grodner y Gibson 2005; pero, también, Lewis y Vasishth 2005) y otras en las expectativas basadas en la experiencia previa (e.g.MacDonald y Christiansen 2002; pero, también, Hale 2003; Levy 2008).
En este artículo realizamos un recorrido crítico por una serie de estudios sobre la comprensión de cláusulas relativas en español: Betancort et al. (2009), Del Río y López-Higes (2006), Del Río et al. (2012), Manoiloff et al. (2018), Arancibia et al. (2014), Sánchez et al. (2017) y Murujosa et al. (2021)1. Revisamos el conjunto de los hallazgos alcanzados hasta aquí mediante distintas técnicas experimentales e intentamos ofrecer un panorama de lo que esos descubrimientos aportan en la discusión de las principales propuestas teóricas sobre la comprensión de oraciones. Nos preguntamos, entonces, qué evidencia ha brindado el español en relación con estos modelos y qué oportunidades ofrece para el esclarecimiento de las discusiones actuales, en particular respecto de la asimetría en el procesamiento de RO y RS. Nos enfocamos en cuatro aspectos de las cláusulas relativas en español que pueden permitir enriquecer las hipótesis con las que contamos. En la sección 2, discutimos la ambigüedad estructural asociada a la marcación de caso; en la sección 3, abordamos la cuestión de la variedad de tipos de cláusulas de relativo en español (encabezadas, semilibres y libres); en la sección 4, nos enfocamos en el orden de constituyentes; y, por último, en la sección 5 exploramos qué evidencia brinda la manipulación de la información de animacidad y los rasgos de género, número y caso en los nominales de las cláusulas relativas.
2. Ambigüedad estructural y marcación de caso
En español, las RO pueden estar encabezadas por la marca “a” acompañada de los pronombres relativos “el que” y sus variantes morfológicas. Esta marca morfológica se asocia, por un lado, con argumentos que reciben caso acusativo, y es denominada marcación diferencial de objeto (Bossong 1991)2; y, por el otro, con argumentos dativos (ver Cuervo (2003) para una discusión acerca de la naturaleza de esta marca)3. Como se puede observar en (2), la presencia junto al pronombre relativo de la RO es optativa cuando es marca de acusativo, pero obligatoria cuando expresa caso dativo (3).
2 a. El político (OR que el senador atacó) admitió el error.
b. El político (OR al que el senador atacó) admitió el error.
3 a. *El político (OR que el senador le gritó) admitió el error 4.
b. El político (OR al que el senador le gritó) admitió el error.
A su vez, la presencia de esta marca señala el punto en el que la cláusula pierde la ambigüedad sujeto/objeto (Betancort et al. 2009). Algunos autores sostienen que los efectos observados en el procesamiento de relativas son precisamente consecuencia de la resolución de la ambigüedad estructural disparada por el pronombre relativo. En esta literatura se distinguen propuestas que explican la dificultad como un efecto de reanálisis e hipótesis que sostienen que se debe a la competencia entre análisis paralelos. Las primeras, por ejemplo, Clifton y Frazier (1989), postulan que los comprendedores se comprometen tempranamente con una estrategia de análisis y, por lo tanto, cuando advierten que la estrategia falla -en el punto de desambiguación- se ven obligados a descartar el análisis preferido e iniciar uno nuevo. Este tipo de trabajos proponen que ciertas estrategias de procesamiento (e.g. la hipótesis del filler activo de Clifton y Frazier 1989) llevan a los hablantes a privilegiar el análisis de la estructura como una RS y esta preferencia debe ser corregida cuando se codifica el resto de la cláusula y esta se desambigua. En contraste, autores como MacDonald et al. (1994) sostienen que los comprendedores inician más de un análisis en paralelo, y que estos análisis se mantienen activos simultáneamente hasta que uno “gana” la competencia.
En las relativas, ambas estructuras (las de RS y RO) se activan parcialmente, aunque lo hacen en distinta medida, en función de su frecuencia, plausibilidad y otras restricciones.
Sin embargo, en español, en las RO en las que la marca “a” está presente, como (2b) y (3b), no hay ambigüedad estructural local: cuando el comprendedor se encuentra con el pronombre relativo, que indica el inicio de una dependencia sintáctica, ya sabe que dicha dependencia no será de sujeto. El hecho de que en español las RO puedan no ser ambiguas resulta interesante para este tipo de propuestas: si la resolución de la ambigüedad estructural local es el único motivo que explica la mayor dificultad en el procesamiento de RO, entonces, cuando dicha ambigüedad desaparece, como en (2b) y (3b), no deberían manifestarse mayores dificultades durante el procesamiento; en cambio, si la resolución de la ambigüedad estructural local no es el único factor relevante a la hora de procesar este tipo de estructuras, los comprendedores también encontrarán dificultades a la hora de procesarlas.
Aunque no se ocuparon explícitamente de esta distinción, los estudios realizados hasta el momento en español utilizaron ambos tipos de RO como estímulos. En un trabajo ya clásico, Betancort et al. (2009) llevaron a cabo un experimento de lectura con seguimiento de movimientos oculares y pusieron el foco en la cuestión de la ambigüedad estructural, que forzaron utilizando RO sin marca de caso “a”. En Del Río y López-Higes (2006) y Arancibia et al. (2014) también se usaron oraciones ambiguas en tareas de lectura autoadministrada con preguntas de comprensión. Otra serie de trabajos utilizó, en cambio, oraciones no ambiguas: Sánchez et al. (2017) realizaron un estudio de comprensión oral en personas con afasia y en un grupo control en una tarea de emparejamiento oración-dibujo; Murujosa et al. (2021) realizaron un estudio de comprensión auditiva con una tarea de comprensión luego de cada ensayo; y Del Río et al. (2012) realizaron un estudio de lectura autoadministrada no acumulativa seguida de una tarea de comprensión. Por último, Manoiloff et al. (2018) es el único trabajo que incluyó ambos tipos de RO (con y sin la marca “a”). Manoiloff y sus colegas concluyeron que las RO con marcación de caso presentan una ventaja por sobre las que no poseen esta marca, aunque solo en el caso de las oraciones con orden superficial SN - SV - SN. Adoptando una perspectiva basada en el uso, interpretaron que el papel de la marcación de caso se ve modulado por otros factores como la frecuencia del orden de palabras. Sin embargo, la presentación de los resultados no permite confirmar esta conclusión.
En todos los demás trabajos mencionados se reportó una ventaja de las RS por sobre las RO, con independencia de si estas eran ambiguas o no, lo cual indica que la resolución de la ambigüedad temporal no es, al menos, el único factor que determina la mayor dificultad en el procesamiento de RO. No obstante, un factor que ninguno de los autores previamente citados considera es el hecho de que, si bien las RO, como las de (2b) y (3b), no poseen ambigüedad estructural, sí muestran cierta indeterminación transitoria en relación con la asignación de caso: la marca “a” puede ser interpretada como de caso acusativo o caso dativo. Bajo la hipótesis de un análisis preferencial temprano, dependiendo de cómo el hablante interprete dicha marca de caso, le asignará un tipo de rol temático al antecedente y predecirá distintos tipos de predicados subordinados. Si la marca de caso “a” es interpretada como de caso acusativo entonces el hablante probablemente le asigne rol de paciente al antecedente y prediga un predicado transitivo agentivo; sin embargo, si se interpreta como una marca de caso dativo, la variabilidad de roles temáticos que pueden asignarse al antecedente se extiende (e.g. paciente, experimentante, meta, origen).
Esta indeterminación puede estar interfiriendo en el procesamiento de las RO encabezadas por la marca de caso “a”, dependiendo de cuál interpretación sea más accesible o esperable. Todos los estudios referidos utilizaron predicados con complemento acusativo, con excepción del de Murujosa et al. (2021), quienes utilizaron predicados con complemento dativo5. A su vez, en Murujosa et al. (2020 y en evaluación) se llevó a cabo un estudio comparando la comprensión de oraciones RS y RO no ambiguas con predicados de tipo psicológico y agentivo con complementos dativos. Notablemente, se reportó un efecto principal de tipo de predicado en el rendimiento y en los tiempos de respuesta; las relativas con predicados psicológicos resultaron en conjunto más difíciles que las relativas con predicados agentivos. Se argumenta que este efecto puede obedecer a uno o varios factores de distintos órdenes que pueden afectar la comprensión y que deben ser estudiados específicamente: por un lado, la mayor complejidad semántica de los eventos psicológicos, pero también la baja expectativa de aparición de este tipo de predicados.
En resumen, a diferencia de otras lenguas en las que fue estudiada la asimetría RS/RO, el español habilita la construcción de RO no ambiguas a partir de la presencia de la marca “a” encabezando la cláusula. Sin embargo, las investigaciones que incluyeron este tipo de estímulos en sus experimentos reportaron que fueron más difíciles de procesar que las RS. Esto indicaría que la resolución de la ambigüedad estructural en el caso de las RO no es el único factor relevante a la hora de procesar este tipo de estructuras. A su vez, es importante tener en cuenta que otro tipo de dificultades pueden aparecer cuando incorporamos la marca “a”, como la indeterminación temporaria en relación con el caso y las diversas predicciones que los hablantes pueden hacer en función de cómo la interpreten. En este sentido, cabe esperar un estudio que compare el rendimiento en oraciones RO con marca de caso con diferentes tipos de predicados, tanto de complemento acusativo como de complemento dativo.
3. Cláusulas relativas: encabezadas, semilibres y libres
De acuerdo con el elemento gramatical que las introduce, existen en español tres diferentes tipos de cláusulas relativas: (i) cláusulas relativas encabezadas, (ii) cláusulas relativas semilibres y (iii) cláusulas relativas libres. Las primeras son oraciones subordinadas encabezadas por un pronombre, determinante o adverbio relativo que funcionan como complementos modificadores de un elemento, llamado antecedente, habitualmente nominal, como las de (1).
En las segundas, el antecedente no tiene contenido fonológico, pero sí se encuentra presente en la estructura sintáctica (4). Las relativas semilibres se caracterizan por poseer un antecedente nominal tácito, cuya presencia se pone de manifiesto en los rasgos de flexión y de número del determinante. Se ha propuesto (Giollo y Muñoz Pérez 2013) que las relativas semilibres poseen la misma estructura sintáctica que las encabezadas, con la excepción de que en las primeras el elemento que se desplaza a la periferia oracional es un nombre nulo, elemento nuclear listado en el léxico (Panagiotidis 2003). Por último, las relativas libres están formadas por un pronombre relativo, cuyo antecedente se considera nulo (Di Tullio 2005). En este tipo de relativas, es el pronombre el que se desplaza hacia la periferia izquierda (5).
4 a. El Nnulo (OR que __ atacó al periodista) saludó al senador.
b. El senador saludó al Nnulo (OR que atacó el periodista __).
5 a. Vi a (OR quien __ te saludó ayer).
b. Vi (OR a quien saludaste __ ayer).
Con excepción de Murujosa et al. (2021), quienes estudiaron la comprensión de oraciones relativas semilibres, las investigaciones sobre el procesamiento de oraciones relativas en español se han centrado en el primer tipo de estructuras. Teniendo en cuenta que los tres tipos poseen configuraciones sintácticas disímiles, la investigación en profundidad de los distintos tipos y su comparación resulta fundamental; en particular, para las perspectivas teóricas que explican los diversos fenómenos observados a partir del componente sintáctico, como la featural Relativized Minimality theory o fRM.
La fRM estudió sistemáticamente la asimetría en el procesamiento de relativas encabezadas en distintas lenguas como un fenómeno de intervención sintáctica, en el que la presencia de un elemento, que incluye los rasgos morfosintácticos relevantes, interfiere en el establecimiento de la dependencia a larga distancia. Friedmann et al. (2009) argumentan, en este sentido, que la similitud estructural entre el sujeto subordinado y el objeto, antecedente nominal, dificulta la comprensión de oraciones RO con dos SD6 animados. Los dos SD son buenos candidatos estructurales para la recuperación, ya que ambos contienen un elemento nominal explícito, i. e., una restricción léxica, propiedad expresada por un rasgo (+N).
6 a. El senador(N+R) (OR que __(N+R) saludó al periodista(N)) es joven.
b. El periodista(N+R) (OR al que saludó el senador(N) __(N+R
En las RO (6.b), el restrictor léxico en el sujeto (“el senador”) subordinado interviene en el desplazamiento del antecedente nominal (“periodista”) desde la posición en la que se interpreta como objeto del verbo subordinado (“saludar”) hacia la periferia oracional7. Entonces, según Friedmann et al. (2009), pero cf. tambiénGrillo (2009), la presencia del SD nominal sujeto, estructuralmente similar, hace más difícil el establecimiento de la dependencia sintáctica entre filler y gap y la correcta interpretación de la oración. En cambio, el procesamiento de las RS (6.a) se facilita porque no hay ningún elemento relevante (es decir, que incluya las propiedades correspondientes) entre filler y gap. Asimismo, Friedmann et al. (2009) argumentan que si el restrictor léxico, con el rasgo (+N), no se manifiesta en alguno de los constituyentes involucrados en el establecimiento de esta dependencia sintáctica, la intervención no debería producirse y el procesamiento de la oración debería facilitarse, aún en el caso de las RO. Los autores mostraron que la comprensión de RO por parte de los niños mejoraba significativamente en el caso de las relativas libres en hebreo, donde el restrictor léxico no está presente en uno de los elementos involucrados en el establecimiento de la dependencia.
A partir de este trabajo, un gran número de investigaciones indagaron cómo las diferentes configuraciones sintácticas de las oraciones relativas podían repercutir en el procesamiento en diferentes lenguas (e.g.Costa et al. 2012; Bentea et al. 2016). En español, por ejemplo, Murujosa et al. (2021) explican que si la intervención depende de la presencia de un restrictor léxico pleno con realización fonológica, como ocurre en el caso de las relativas encabezadas, el procesamiento de las relativas semilibres, que carecen de este elemento, se verá facilitado y, por lo tanto, no se observará la asimetría sujeto/objeto típica, en línea con los hallazgos de Friedmann et al. (2009) con las relativas libres.
Si, en cambio, como predice la fMR, la intervención depende de la presencia sintáctica del restrictor léxico, aunque este sea nulo y sin contenido fonológico, las RO semilibres deberían generar los mismos efectos de intervención y ser, por lo tanto, más difíciles de procesar que las RS semilibres. En efecto, los resultados mostraron que las relativas semilibres se comportan de la misma forma que las encabezadas: en ambos casos las RO obtuvieron una menor tasa de acierto y mayores latencias en las respuestas. Estos resultados son congruentes con los obtenidos por Bentea et al. (2016) para estructuras similares en francés. Siguiendo la propuesta de fRM, la presencia sintáctica del restrictor léxico es suficiente para generar la intervención, aunque este elemento no tenga contenido fonológico.
Las relativas libres en español no han sido aún objeto de estudios psicolingüísticos. Sin embargo, Murujosa et al. (2021) señalan que su trabajo permitiría continuar ajustando la propuesta teórica de fRM en relación con el procesamiento de oraciones relativas. Esto se debe a que, en español, aunque no haya un restrictor nominal en la estructura, las relativas libres poseen el pronombre relativo “quien” que tiene entre sus características a los rasgos (+N), (+animado), (+humano).
Podría argumentarse, tal como lo hacen Costa et al. (2012) para el portugués, que en las RO libres en español deberían observarse los mismos efectos de intervención sintáctica que en las encabezadas, debido a la presencia del rasgo (+N), aun en ausencia del restrictor léxico.
4. Orden de constituyentes
4.1. Posición del sujeto en las cláusulas relativas (SV/VS)
En español, las cláusulas RO pueden presentar dos órdenes de constituyentes distintos: OVS o OSV. El sujeto de la cláusula subordinada puede aparecer en una posición posverbal (7b) o preverbal (7c). Ambas estructuras se diferencian de las RS (7a), que poseen el orden canónico del español: SVO. Como bien notan algunos autores (Betancort et al. 2009; Del Río et al. 2012 y Manoiloff et al. 2018) esta característica de la lengua puede ser utilizada para dialogar con diversas hipótesis que se han propuesto para explicar la asimetría en el procesamiento de oraciones relativas, particularmente las propuestas basadas en la disponibilidad de recursos de memoria (Gordon et al. 2001, 2004; pero también, Lewis y Vasishth 2005) y de frecuencia en el orden de palabras de las estructuras (Bever 1970; MacDonald y Christiansen 2002).
7 a. El político (que atacó al senador) admitió el error.
b. El político (que atacó el senador) admitió el error.
c. El político (que el senador atacó) admitió el error.
Betancort et al. (2009) señalan que, hasta ese momento, la mayoría de las investigaciones sobre el procesamiento de relativas se habían realizado en inglés. En esta lengua, las relativas de sujeto y de objeto difieren en el orden de constituyentes: SVO en el caso de las RS y OSV en el caso de las RO. Una de las consecuencias de esto es que las segundas imponen una mayor demanda de memoria de trabajo. Mientras que el sujeto de la cláusula subordinada está siendo procesado en las RO, la expectativa del verbo debe ser almacenada en la memoria. En cambio, en las RS el verbo aparece inmediatamente luego del pronombre relativo. Sin embargo, en el caso de las relativas en español tanto las de sujeto como las de objeto pueden poseer el verbo en posición inicial (cf. 7a y 7b). Interesados en investigar la relación entre procesos de desambiguación en este tipo de estructuras y la información de animacidad de los sintagmas nominales (retomaremos esta cuestión en la sección 5), Betancort et al. (2009) eligen utilizar RO ambiguas con orden OVS, de manera de eliminar posibles efectos de memoria. Sin embargo, como hemos mencionado, los autores reportan una mayor dificultad en el procesamiento de relativas de objeto. Estos resultados son, además, congruentes con los obtenidos por Sánchez et al. (2017), Murujosa et al. (2021) y Arancibia et al. (2014), quienes también utilizaron RO con orden OVS.
Los trabajos que exploran más sistemáticamente la cuestión del orden de constituyentes y la dificultad en el procesamiento son los realizados por Del Río et al. (2012) y Manoiloff et al. (2018). En ambos trabajos se incluyeron los dos tipos de RO, pero se obtuvieron resultados disímiles.
Por un lado, Manoiloff et al. (2018) afirman que sus hallazgos muestran que las RO con orden OSV son más sencillas de comprender y argumentan que esto se debe a que su estructura superficial coincide con el orden canónico y más frecuente del español (el sujeto de la relativa precede al verbo). Del Río et al. (2012), en cambio, no encontraron diferencias entre ambas estructuras. Manoiloff et al. (2018: 47-48) explican que esta discrepancia puede deberse a diferencias metodológicas de ambos estudios.
Del Río et al. (2012) estudiaron si los diferentes órdenes de constituyentes en las RO (OVS y OSV) podían modular su dificultad, en función de las diferentes demandas de memoria operativa. Por este motivo, incluyeron ambos tipos de RO con estructuras no ambiguas. Los autores proponen que la carga de memoria en las OVS es menor que en las de OSV debido a que en las primeras el sujeto no interfiere en la recuperación del objeto y su integración con el verbo; predicen, así, una menor tasa de error y menores tiempos de lectura para las RO en orden OSV. Sin embargo, en su experimento, ambas oraciones de relativo obtuvieron una mayor tasa de errores en comparación con las RS en la tarea de comprensión; y, en la región crítica para el análisis de los tiempos de lectura (i.e., en la región final de la cláusula relativa), ambos tipos de RO evidenciaron un mismo aumento en los tiempos de lectura en comparación con las RS. Esto lleva a los autores a concluir que este resultado no puede ser atribuible solamente a efectos de demanda de la memoria.
No obstante, es importante tener en cuenta que Del Río et al. (2012) suponen que la integración de la información del antecedente, así como el establecimiento de la dependencia sintáctica, se realiza al momento de la codificación del verbo. Sin embargo, podría suponerse que en las oraciones con orden OVS el establecimiento de la dependencia de objeto y la integración con el verbo se realizan luego de la codificación del sujeto; hipótesis que debería explorarse experimentalmente de manera independiente. Los autores explican los resultados obtenidos como un efecto de cierre8 asociado a dificultades en la asignación de roles temáticos y la interpretación de la oración cuando estas poseen órdenes de constituyentes no canónicos, como es el caso de las RO. Sin embargo, si la búsqueda y recuperación del antecedente se realizan una vez que el sujeto ha sido codificado (Lewis y Vasishth 2005) -especialmente puesto que las oraciones no eran ambiguas-, entonces las dificultades de procesamiento en los dos tipos de RO se explican naturalmente: con independencia de que el sujeto se encuentre en posición pos o preverbal, este puede interferir en el establecimiento de la dependencia, generando una mayor demanda de recursos de memoria. En una línea diferente, la propuesta de fRM predice el mismo patrón y permite dar cuenta de los resultados obtenidos por Del Río et al. (2012). En ambos tipos de RO deberían encontrarse efectos de intervención sintáctica: sea que el sujeto se encuentre en posición pre o posverbal, siempre intervendrá estructuralmente en el movimiento del SD objeto a la periferia izquierda9.
4.2. Cláusulas relativas y capacidad de memoria
Por su parte, las investigaciones de Del Río y López-Higes (2006) y Arancibia et al. (2014) buscaron correlacionar los datos obtenidos de sus estudios con las capacidades de memoria de los participantes. Por un lado, Del Río y López-Higes (2006) llevaron a cabo un estudio de lectura autoadministrada no acumulativa seguida de una pregunta de comprensión. La mitad de los sujetos debían realizar al mismo tiempo una tarea secundaria que consistía en un reordenamiento de dígitos. Además, todos los sujetos realizaron una prueba basada en el Reading Span Test con la que se evaluó su capacidad de memoria verbal. En este estudio, los sujetos que disponían de una mayor capacidad de procesamiento (gracias a una mayor amplitud de memoria verbal o porque no llevaron a cabo una tarea secundaria) dedicaron más tiempo a las regiones críticas de las oraciones más complejas, es decir, las RO. Por el contrario, para los sujetos con menor capacidad de memoria y para los que recibieron una carga extra de procesamiento, el tiempo dedicado a las regiones críticas en las oraciones más complejas fue menor; estos participantes exhibieron además un peor nivel de comprensión. Los autores explican el patrón observado (menor diferencia en el tiempo de procesamiento a costa de una menor eficacia) argumentando que los sujetos con una menor capacidad operativa disponible fallan a la hora de estructurar y posteriormente interpretar correctamente las oraciones más complejas.
Arancibia et al. (2014) buscaron investigar los efectos del envejecimiento, la memoria y la complejidad sintáctica en el procesamiento de oraciones. Con este propósito compararon el desempeño de adultos mayores y adultos jóvenes en una tarea de lectura autoadministrada de oraciones con cláusulas relativas de sujeto y objeto. Para medir la capacidad de memoria, los participantes debían realizar una versión del Reading Span Test y la prueba de memoria de corto plazo de dígitos del Test de Inteligencia para Adultos de Wechsler (WAIS). Los datos no mostraron un efecto significativo de la memoria operativa en el desempeño de los sujetos en la tarea experimental. Es decir, la memoria no resultó ser un predictor de los tiempos de procesamiento durante la lectura de las oraciones, como tampoco su comprensión. Los autores argumentaron que podría deberse al alto nivel educativo y socioeconómico de los participantes. Esto, asociado a la mantención de actividades intelectuales vinculadas con la lectura, podría explicar, de acuerdo con Arancibia et al. (2014), que las diferencias en la memoria no resultaran relevantes.
Esto es compatible con lo reportado por Sánchez et al. (2017), quienes encontraron un efecto principal de nivel de escolaridad, con una media de aciertos que aumentaba con el nivel de escolaridad. Queda por responder la pregunta de si la correlación entre el nivel de escolarización (que sin dudas va aparejado con otros factores que hacen a las prácticas de la cultura letrada y a los hábitos lectores) y desempeño en tareas de comprensión sintáctica observado en el estudio de Sánchez et al. (2017) está o no mediado por la memoria de trabajo. La imbricación entre escolarización, memoria de trabajo, habilidades lectoras y comprensión de sintaxis compleja, cuya investigación tiene profusos antecedentes en distintas lenguas, no ha sido aún desentrañada y carece de una indagación sistemática en español.
Es importante mencionar, además, que Arancibia et al. (2014) y Del Río y López-Higes (2006) utilizaron construcciones RO disímiles. Aunque ambos incluyeron RO ambiguas, Arancibia et al. (2014) utilizaron cláusulas con orden OVS, mientras que las incluidas en el experimento de Del Río y López-Higes (2006) presentaban orden OSV. Esta diferencia podría dar cuenta parcialmente de los resultados disímiles, ya que la demanda en la memoria operativa podría ser diferente en cada caso. A su vez, en Arancibia et al. (2014) los datos de capacidad de memoria fueron incorporados al análisis estadístico como covariables predictoras cuantitativas; en cambio, en Del Río y López-Higes (2006) primero realizaron la prueba de capacidad de memoria a una gran cantidad de participantes y de esa totalidad seleccionaron, en base a las puntuaciones terciles, los grupos con mejor y peor rendimiento (alta vs baja capacidad).
4.3. Cláusulas relativas con distintos tipos de predicados
Otro aspecto que es interesante destacar en relación con el orden de constituyentes en español es el hecho de que no todos los verbos proyectan la misma estructura sintáctica y el mismo orden de constituyentes. Particularmente, los verbos psicológicos de objeto experimentante, como gustar, proyectan al objeto en una posición sintáctica superior a la del sujeto (e.g.Pujalte 2015) y el orden de constituyentes privilegiado por los hablantes es OVS (e.g.Gattei et al. 2014). En Murujosa et al. (2020 y en evaluación) se llevó a cabo un estudio de comprensión auditiva de cláusulas relativas con verbos psicológicos de objeto experimentante (8a-b).
8 a. El político (OR que le gusta al senador) admitió el error.
b. El político (OR al que le gusta el senador) admitió el error.
Las propuestas teóricas basadas en las limitaciones de memoria y, también las que se basan solamente en el componente gramatical para explicar fenómenos de procesamiento, predicen que en las cláusulas relativas con verbos psicológicos, las de sujeto (8a) deberían ser más difíciles de procesar que las de objeto (8b); esto es, que se debería observar el patrón inverso al registrado hasta el momento en las investigaciones de comprensión de cláusulas relativas en español. Murujosa et al. (2020 y en evaluación) muestran que los participantes respondieron peor la tarea de comprensión auditiva para las RS con predicados psicológicos de objeto experimentante. Debido a que este tipo de verbos proyectan al objeto dativo en una posición superior al sujeto, se evidencian efectos de intervención sintáctica o interferencia en las RS y no en las RO: el SD objeto interviene en el establecimiento de la dependencia sintáctica o en la recuperación del SD en el gap de sujeto (cf. 9a-b).
9 a. El periodista(N+R) (OR que le gusta al senador(N) __(N+R) ) admitió su error.
b. El senador(N+R) (OR al que __ (N+R) le gusta el periodista(N) ) admitió su error.
5. Información semántica y morfosintáctica de los sintagmas nominales
5.1. Rasgo de animacidad
Aunque ambos factores son difíciles de separar, algunos autores han sostenido que la información semántica, más que la sintáctica, desempeña un papel crucial en el procesamiento de las cláusulas relativas. De este modo, distintas propiedades que hacen a la accesibilidad de los nominales implicados, como el grado de animacidad de los participantes del evento, fueron investigadas independientemente (Gennari y McDonald 2008; Mak et al. 2002, 2006; Traxler et al. 2002). Mak et al. (2002, 2006) observaron que la dificultad en la comprensión de RO dependía de cuán animados fueran los referentes de los sintagmas nominales involucrados. Estos estudios consiguieron mostrar que cuando los objetos eran inanimados, las RO fueron casi tan sencillas como las RS; mientras que las RO con dos sintagmas animados fueron las más difíciles. Según los autores, estos resultados ponen en cuestión, en primer lugar, las hipótesis que plantean que el procesamiento sigue primordialmente estrategias o preferencias sintácticas (e.g.Frazier 1987; Clifton et al. 2003). Desde su perspectiva, en cambio, el analizador es tempranamente sensible a factores semánticos, como la animacidad, o incluso discursivos, como la topicalidad. También plantean un desafío a las hipótesis que dan cuenta de la asimetría como un efecto de la carga de memoria o del reanálisis. En su lugar, sostienen (siguiendo planteos de MacDonald et al. 1994 y Traxler et al. 1998, por ejemplo) que el analizador computa varios análisis en paralelo y recibe influencia temprana de distintos factores, no solo sintácticos, que le permiten inclinarse por uno u otro de esos análisis para llegar a la interpretación lo antes posible10.
En español, Betancort et al. (2009) utilizaron las propiedades de las oraciones relativas ambiguas para poner a prueba las hipótesis de Mak et al. (2006). Como mencionamos en el apartado 2, existe un tipo de relativas en español que se desambiguan recién a partir de la presencia de la marca de caso en el determinante del nominal interno (“el” vs “al”) en combinación con el sustantivo que lo sigue. Esto significa que la información de grado de animacidad del antecedente está disponible mucho antes que el momento de desambiguación, pero la del nominal interno no11. Betancort et al. (2009) se propusieron indagar si una preferencia por las RS sería observada en diversas condiciones (RS y RO con antecedente animado (A) o inanimado (I) y con nominal interno siempre animado (A)) y en qué manera podría estar modulada por las configuraciones de animacidad.
Los autores explican que, teniendo en cuenta la posición de desambiguación de las relativas en español, si se observara una preferencia por las RS esto significaría que la decisión fue tomada antes de que el nominal interno fuera procesado, en vez de ser demorada hasta que la información de topicalidad de ambos nominales esté disponible. Además, al examinar cómo la animacidad modula esta preferencia es posible determinar en qué momento es tomada en cuenta esta información. Las condiciones I-A del estudio eran similares a las de Mak et al. (2006), en las que no se encontró evidencia de una preferencia por las RS. Los autores argumentan que, si en español tampoco se encuentra esta preferencia en las dos condiciones I-A, pero sí se encuentra en las condiciones A-A, entonces los resultados serían compatibles con la propuesta de Mak et al. (2006), en la que el procesador atrasa la decisión por el tipo de relativa cuando el nominal antecedente es inanimado, pero no cuando es animado. Sin embargo, estos no fueron los resultados obtenidos: aunque modulada por la animacidad, Betancort y sus colegas vuelven a registrar una preferencia por las RS.
Según los autores, estos resultados admiten distintas interpretaciones: las basadas en las estrategias del parser (e.g.Frazier 1987; Clifton et al. 2003), pero también una versión modificada de la propuesta de topicalidad de Mak et al. (2006), en la que el procesador toma una decisión al encontrarse con el verbo. En ambos casos, la modulación de la información de animacidad puede explicarse en términos de dificultad de recuperación cuando ambos nominales son similares (A-A) (Traxler et al. 2002; pero en línea también con Gordon et al. 2001, 2004; Lewis y Vasishth 2005; Lewis et al. 2006) o, como los autores proponen, el hecho de que los comprendedores elijan un análisis al azar cuando se encuentran con un nominal inanimado. Parecería ser que la similitud entre ambos nominales cumple un rol importante, en línea con lo que, con una perspectiva distinta, sostiene la fRM: cuando ambos SD comparten el mismo rasgo (e.g. el de animacidad), la intervención sintáctica es mayor que cuando esto no sucede (Bentea et al. 2006).
5.2. Rasgos de género, número y caso
Además de la animacidad, los SD codifican diversa información gramatical. En español, al igual que en muchas lenguas, los SD poseen rasgos morfosintácticos de género y de número. Estos rasgos pueden hacer que los SD involucrados en el procesamiento de las oraciones relativas sean más o menos similares entre sí. Tanto las teorías basadas en memoria como la fRM encuentran en la noción de similitud un factor que puede modular la dificultad en el procesamiento de las oraciones relativas.
En el caso de las propuestas de memoria, se ha observado que una propiedad característica de la memoria es la vulnerabilidad de las representaciones que almacena (Baddeley 1992). La precisión en la recuperación de la información almacenada es susceptible de interferencia por parte de los elementos que deben ser almacenados en simultáneo (e.g.Van Dyke y Johns 2012).
Así, la dificultad de recuperar la información del antecedente de una relativa para integrarlo con el verbo puede estar afectada por la naturaleza del material lingüístico que interviene entre ambos elementos, desencadenando efectos de interferencia (Lewis et al. 2006); y estos son más fuertes cuanto más similares sean los ítems que intervienen con aquellos que deben ser recuperados.
En la fRM, la noción de similitud aparece asociada al rasgo (+N) de los SD. Sin embargo, desde Adani et al. (2010) y Belletti et al. (2012) se ha propuesto investigar qué otros rasgos morfosintácticos del dominio nominal podrían estar interviniendo en el procesamiento. A partir estos trabajos, han surgido una gran cantidad de investigaciones desde el marco de esta propuesta que buscan explorar sistemáticamente cuáles son, en diversas lenguas, los rasgos morfosintácticos relevantes durante el establecimiento de este tipo de dependencias sintácticas.
En diversas lenguas y poblaciones se ha mostrado que la ocurrencia de los efectos de minimidad está modulada por el grado de similitud entre el objeto desplazado y el sujeto subordinado. Esto significa que el procesamiento de las RO se ve facilitado cuando los argumentos del verbo subordinado se diferencian en sus rasgos de número, género o caso (Adani et al. 2010; Adelt et al. 2017; Belletti et al. 2012; Friedmann et al. 2017, Stavrakaki et al. 2015, entre otros).
No obstante, no toda diferencia en los rasgos impacta de la misma manera en el efecto de minimidad. Según Belletti et al. (2012) y Friedmann et al. (2017), los efectos de intervención son selectivos: solo los rasgos que desencadenan movimiento a la posición de sujeto son computados en este tipo de dependencias. Siguiendo la propuesta de Belletti et al. (2012), solo los rasgos que se realizan morfológicamente en la concordancia verbal están sintácticamente activos. Esto da lugar a claras predicciones en relación con el procesamiento de las RO en español: la similitud de los rasgos de número de los SD generará mayores efectos de intervención, pero no así la similitud en los rasgos de género. En (10), una RO como (10b) debería procesarse más fácilmente que (10a), pero esta asimetría no debería evidenciarse en (10a y c). No obstante, estas predicciones no han sido investigadas hasta el momento.
10 a. El senador que saludó el periodista admitió su error.
b. El senador que saludaron los periodistas admitió su error.
c. El senador que saludó la periodista admitió su error.
A su vez, una serie de estudios examinó el papel del rasgo de caso sobre los efectos de intervención en distintas lenguas (en griego: Terzi y Nanousi 2018 y Stavrakaki et al. 2015, en hebreo: Friedmann et al. 2017, en alemán: Adelt et al. 2017; en ruso: Levy et al. 2013), con resultados heterogéneos: por ejemplo, Terzi y Nanousi (2018) no encontraron una facilitación en la comprensión de RO en griego a partir de la manipulación de la morfología de caso de los SD. Siguiendo la propuesta de Friedmann et al. (2017) sugieren que, dado que el rasgo de caso nunca está activo durante el establecimiento de este tipo de dependencias, no podría facilitar la correcta interpretación de la oración en situaciones de intervención.
Sin embargo, estudios como los de Adelt et al. (2017), Stavrakaki et al. (2015) y Levy et al. (2013) desafían esta interpretación y encuentran que las marcas de caso contribuyen a la interpretación de las RO.
Como vimos en el apartado 2, en español el caso no tiene manifestación flexiva, pero sí posee marcado diferencial de objeto para el acusativo a través de la marca “a”. Aunque uno de los estudios manipuló la presencia de esta marca de caso (Manoiloff et al. 2018), los resultados no son concluyentes. La exploración sistemática de las diversas condiciones que despiertan la aparición de esta marca forma parte de la agenda de investigación aún abierta sobre la comprensión de cláusulas relativas en español. De esta manera, se podrán aprovechar las posibilidades que brinda el español rioplatense en relación con la opcionalidad de la presencia de esta marca, como marcado diferencial de objeto, tanto en el SD antecedente de los RO como en el SD interno de las RS.
6. Consideraciones finales
En este trabajo presentamos un recorrido crítico sobre las diversas investigaciones realizadas hasta el momento en torno a la asimetría sujeto/objeto en la comprensión de oraciones de relativo en español. Además de repasar el conjunto de los hallazgos alcanzados hasta aquí, hemos intentado ofrecer un panorama de lo que esos descubrimientos aportan en la discusión de las principales propuestas teóricas.
Las hipótesis desarrolladas a lo largo de varias décadas de investigación psicolingüística para dar cuenta de las peculiaridades del procesamiento de cláusulas relativas se extienden en un abanico muy amplio de perspectivas teóricas, que ponen el acento en distintos factores como limitantes del sistema de comprensión de oraciones. Los fenómenos observados en las diferentes lenguas han permitido evaluar la adecuación y restringir el alcance de esas hipótesis. Los trabajos que han indagado la cuestión en español se propusieron discutir aspectos críticos de las hipótesis que atribuyeron la asimetría, alternativamente, a la ambigüedad estructural, a las limitaciones de procesamiento en términos de sobrecarga de memoria de trabajo por distancia estructural o lineal, o a la interferencia de elementos nominales a la hora de recuperar el antecedente de la dependencia.
El conjunto de los resultados de los estudios revisados confirma, al menos para los verbos transitivos agentivos, la ventaja del procesamiento de las cláusulas relativas de sujeto por sobre las de objeto típicamente observada en otras lenguas tipológicamente próximas. Sin embargo, un análisis detallado de los distintos trabajos muestra que la dificultad de procesamiento puede ser sensible a ciertas propiedades que son específicas más que universales, como el orden de palabras, la marcación de caso o las configuraciones propias de los distintos tipos de verbos. Así, los hallazgos reseñados enfatizan el hecho de que la asimetría y sus modulaciones dependen de las propiedades gramaticales de la lengua. Esto, por un lado, subraya la importancia de los estudios translingüísticos y, por otro, crucialmente, exige a la investigación tomar en cuenta el grano fino de las configuraciones estructurales implicadas.
Si la evidencia de la asimetría parece lo suficientemente robusta para las cláusulas relativas con verbos transitivos agentivos y encabezadores explícitos, el panorama es más difuso para las situaciones de extracción que implican otros tipos de predicados, o cuando la marca de caso no está presente y las relaciones estructurales son menos predecibles. El terreno empírico ha sido mucho menos transitado para estos casos, pero los datos disponibles sugieren que las expectativas tienen en estos efectos un papel que no puede soslayarse. Algunos datos de los estudios revisados complican todavía el paisaje y obligan a considerar que otros factores por fuera de los estrictamente lingüísticos, como el nivel de escolaridad, pueden tener influencia sobre las diferencias de procesamiento. Algunas investigaciones en otras lenguas han demostrado que las habilidades lectoras son un buen predictor de la comprensión sintáctica (para una discusión ver Cilibrasi et al. 2019). Establecer si esta correlación está mediada por la capacidad de memoria de trabajo requiere una exploración sistemática, aún pendiente.
Hemos examinado las investigaciones disponibles teniendo en cuenta qué propiedades específicas de la formación de cláusulas relativas en español ponían en juego y hemos discutido de qué modo los resultados sacados a la luz permitían evaluar las hipótesis teóricas más relevantes. Entre esas propiedades, hemos destacado el carácter de la marca “a” y su opcionalidad bajo ciertas condiciones, la presencia o ausencia de un elemento explícito como encabezador de la cláusula, la flexibilidad relativa en el orden constituyentes, las diversas configuraciones habilitadas para la extracción a partir de predicados de distintos tipos y los rasgos morfosintácticos en los elementos nominales que participan de la dependencia. Finalmente, hemos marcado en este conjunto una serie de vacíos que señalan un camino productivo para la investigación futura. El desarrollo de esta agenda debería contribuir a desentrañar cómo la gramática, las restricciones de recursos de procesamiento y las expectativas cooperan en la comprensión de oraciones.