Introducción
El concepto de obesos metabólicamente sanos (OMS) ha emergido en la última década como un fenómeno que desafía el entendimiento tradicional de la obesidad como un estado inherentemente perjudicial para la salud. Se refiere a un subconjunto de individuos obesos que, a pesar de tener un índice de masa corporal (IMC) elevado, no presentan las alteraciones metabólicas típicas que se asocian con la obesidad.
El término OMS no tiene una definición universalmente aceptada (1, lo que ha llevado a cierta controversia en cuanto a su identificación y evaluación. Los criterios comúnmente utilizados para clasificar a un individuo como OMS incluyen la ausencia de resistencia a la insulina, niveles normales de presión arterial, lípidos en rango saludable y la falta de marcadores proinflamatorios elevados. Sin embargo, la heterogeneidad en las definiciones empleadas en diferentes estudios complica la comparación directa de resultados y la evaluación de la prevalencia real de esta condición 2.
Algunas investigaciones proponen que los individuos OMS presentan un perfil metabólico más favorable debido a una mayor capacidad de almacenamiento subcutáneo de grasa en lugar de grasa visceral, la cual se ha vinculado con un mayor riesgo cardiovascular y metabólico. Además, la adiposidad subcutánea parece menos propensa a inducir inflamación crónica, un factor clave en el desarrollo de la resistencia a la insulina y la aterosclerosis 3.
No está claro si los OMS desarrollarán complicaciones similares a las de los obesos metabólicamente no sanos (OMNS). Algunos estudios longitudinales han mostrado que los OMS tienen morbi-mortalidad menor que los OMNS, pero mayor riesgo que los normopesos 4.
Una revisión sistemática realizada por Kramer et al. 5 sugirió que los OMS presentan un riesgo aumentado de desarrollar enfermedades cardiovasculares a largo plazo en comparación con aquellos sin obesidad. Otros estudios de cohorte han demostrado que el riesgo de pasar de OMS a OMNS aumenta con el tiempo, especialmente si el aumento de peso persiste, lo que indica que la OMS podría ser un estado 6.
La predisposición genética juega un papel importante en la regulación de la adiposidad y el metabolismo. Se han identificado variantes genéticas específicas asociadas con la distribución de la grasa corporal y el metabolismo energético que podrían contribuir a la aparición del fenotipo OMS 7. Por ejemplo, variantes en genes como el FTO (fat mass and obesity-associated gene) 8 y el PPARG (peroxisome proliferator-activated receptor gamma) 9 se han relacionado tanto con la acumulación de grasa subcutánea como con una mejor sensibilidad a la insulina, lo que podría explicar la capacidad de algunos individuos obesos para mantener un perfil metabólico saludable.
Uno de los factores más críticos que diferencian a los OMS de los OMNS es la distribución de la grasa corporal. La obesidad visceral se ha vinculado con un mayor riesgo de resistencia a la insulina, inflamación sistémica y enfermedad cardiovascular 10. En contraste, los individuos OMS tienden a tener una mayor proporción de grasa subcutánea, lo que podría ejercer un efecto protector al evitar la sobrecarga de grasa en los tejidos viscerales 11.
El objetivo de este trabajo es estimar la prevalencia de obesidad metabólicamente sana (OMS) en población española definida con 3 diferentes criterios y analizar las variables sociodemográficas y de estilo de vida que pueden influir en su prevalencia
Material y métodos
Se realizó un estudio descriptivo y transversal en 68884 trabajadores españoles (45498 hombres y 23386 mujeres) con obesidad de los sectores primario, secundario y terciario en el periodo comprendido entre enero del año 2019 y junio del año 2020. Los trabajadores fueron seleccionados entre los que acudieron a los reconocimientos medicos laborales obligatorios realizados en las diferentes empresas participantes en el estudio.
Criterios de inclusión:
- Obesidad (IMC ≥ 30 kg/m2).
- Edad comprendida entre dieciocho y sesenta y nueve años.
- Trabajar en una de las empresas participantes en el estudio.
- Aceptar participar en la investigación.
El flujograma de los participantes en el estudio se presenta en la figura 1.
Determinación de variables
Después de estandarizar previamente las técnicas de medición, el personal médico y de enfermería del estudio se encargó de realizar las mediciones clínicas, analíticas y antropométricas (circunferencia de cintura, peso y altura).
Para calcular la altura y el peso, se utilizó una báscula modelo SECA 700. Se empleó una cinta métrica del modelo SECA para medir la circunferencia abdominal del sujeto mientras estaba de pie, con las extremidades inferiores juntas, el tronco erguido y el abdomen relajado, la cinta métrica se colocó paralela al suelo en el punto medio entre el punto más alto de la cresta ilíaca y la última costilla flotante.
Con un esfigmomanómetro automático calibrado (OMRON M3), se midió la presión arterial mientras el empleado estaba sentado y después de un intervalo de descanso de al menos 10 minutos. Se realizaron tres mediciones, separadas por sesenta segundos, y se promediaron.
Tras un ayuno mínimo de 12 horas, se determinaron los diferentes valores analíticos. El colesterol total, la glucemia y los triglicéridos se midieron mediante técnicas enzimáticas automatizadas. Para obtener los niveles de lipoproteínas de alta densidad (HDL), se utilizaron técnicas de precipitación con sulfato de dextrano-MgCl2. La fórmula de Friedewald se empleó para calcular indirectamente las lipoproteínas de baja densidad (LDL). Cada uno de estos parámetros analíticos se expresa en mg/dL. Ecuación de Friedewald: LDL es igual a colesterol total - HDL + triglicéridos/5. 12
Se consideró obesidad cuando el índice de masa corporal (IMC) presentaba valores a partir de 30 kg/m2.
Para considerar OMS se partió de la definición de síndrome metabólico (SM) con los criterios NCEP ATPIII National Cholesterol Education Program Adult Treatment Panel III 13 que incluye:
-Perímetro de cintura (a partir de 88 cm en mujeres y de 102 cm en hombres),
-Triglicéridos a partir de 150 mg/dL o en tratamiento,
-HDL inferior a 50 mg/dL en mujeres o inferior a 40 mg/dL en hombres,
-Glucosa a partir de 100 mg/dL o en tratamiento y
-Cifras de tensión arterial sistólica a partir de 130 mmHg y/o de tensión arterial diastólica a partir de 85 mmHg o bien en tratamiento antihipertensivo.
Para establecer si una persona era OMS se establecieron tres criterios: A si no presentaba ninguno de los factores de SM, B si presentaba 1 factor de SM y C si presentaba hasta dos factores de SM.
El sexo se define como una variable dicotómica hombre y mujer. La edad se calcula restando la fecha de nacimiento de la fecha del reconocimiento médico. El nivel educativo se refiere al grado más alto completado en su totalidad, y se clasifica en tres niveles: estudios primarios, estudios secundarios y estudios universitarios.
La clase social se determina según los criterios de la Sociedad Española de Epidemiología, basada en la Clasificación Nacional de Ocupaciones (CNO-11) del año 2011. Se establecen tres categorías 14):
-Clase social I: Incluye directivos, profesionales con formación universitaria, deportistas y artistas.
-Clase social II: Incluye profesiones intermedias y trabajadores autónomos cualificados.
-Clase social III: Incluye a trabajadores de baja cualificación.
En este estudio, se considera fumadora a cualquier persona que haya consumido alguna forma de tabaco al menos una vez al día en los últimos 30 días, o que haya dejado de fumar hace menos de 12 meses 15.
La adherencia a la dieta mediterránea se mide a través de un cuestionario de 14 preguntas, con puntuaciones de 0 o 1 por cada respuesta. Un puntaje de 9 o más indica una alta adherencia 16.
El nivel de actividad física se evalúa mediante el Cuestionario Internacional de Actividad Física (IPAQ), el cual se autoadministra y cuantifica la actividad realizada en los últimos siete días 17.
Consideraciones y aspectos éticos
Este estudio ha seguido estrictamente las normas éticas establecidas para la investigación, incluyendo la Declaración de Helsinki de 2013. Se garantizó en todo momento el anonimato y la confidencialidad de los participantes. El Comité de Ética de la Investigación de Baleares (CEI-IB) aprobó el estudio bajo el número de referencia IB 483/20. A todos los participantes se les proporcionó una hoja de consentimiento informado en la que se explicaban las características del estudio. Esta hoja es la que habitualmente recomienda el comité de ética de la investigación de Baleares.
Los datos de los participantes fueron codificados, de modo que solo el investigador principal tenía acceso a la identidad de los mismos. La mayor parte de los investigadores implicados en el estudio cumplió con la Ley Orgánica 3/2018, del 5 de diciembre, sobre protección de datos personales y garantía de los derechos digitales, asegurando que los participantes pudieran, en cualquier momento, ejercer sus derechos de acceso, rectificación, cancelación y oposición respecto al uso de sus datos.
Análisis estadístico
Se utilizó la prueba t de Student para analizar los datos cuantitativos, obteniendo medias y desviaciones estándar. En el caso de variables cualitativas, se aplicó la prueba chi-cuadrado (chi²) para calcular la prevalencia. Además, se llevó a cabo un análisis de regresión logística multinomial, calculándose las odds ratio con intervalos de confianza del 95%. El análisis estadístico se realizó mediante el programa SPSS versión 28.0, aceptándose como significativo un valor de p<0,05.
Resultados
En la tabla 1 donde se presentan las características de los participantes en el estudio se aprecia que las variables antropométricas, clínicas y analíticas muestran valores más desfavorables en los varones. El grupo mayoritario es este estudio es el comprendido entre los 30 y 49 años. La mayoría de trabajadores pertenecen a los niveles socioeconómicos más desfavorables (clase social III y nivel de estudios primarios). El nivel de actividad física y de adherencia a la dieta mediterránea es muy bajo. Más del 31% de los hombres y algo más de una de cada cuatro mujeres fuman.
Tabla 1: Características de la muestra
Hombres n=45498 | Mujeres n=23.386 | ||
Media (dt) | Media (dt) | p | |
Edad (años) | 42,9 (10,0) | 42,0 (10,4) | <0.001 |
Altura (cm) | 173,2 (7,1) | 160,0 (6,7) | <0.001 |
Peso (kg) | 99,7 (12,4) | 87,5 (12,3) | <0.001 |
Perímetro cintura (cm) | 96,7 (8,9) | 83,3 (8,8) | <0.001 |
Perímetro cadera (cm) | 108,6 (7,9) | 109,5 (9,3) | <0.001 |
TA sistólica (mmHg) | 131,8 (16,2) | 124,0 (15,9) | <0.001 |
TA diastólica (mmHg) | 81,0 (10,7) | 76,9 (11,0) | <0.001 |
Colesterol total (mg/dL) | 204,1 (38,8) | 200,3 (37,4) | <0.001 |
HDL-colesterol (mg/dL) | 48,3 (7,0) | 51,2 (7,1) | <0.001 |
LDL-colesterol (mg/dL) | 124,5 (37,5) | 127,1 (37,0) | <0.001 |
Triglicéridos (mg/dL) | 158,6 (108,4) | 110,5 (55,8) | <0.001 |
Glucosa (mg/dL) | 92,3 (14,0) | 89,0 (13,4) | <0.001 |
% | % | p-value | |
< 30 años | 10,0 | 13,5 | <0.001 |
30-39 años | 28,3 | 28,2 | |
40-49 años | 34,5 | 32,3 | |
50-59 años | 22,6 | 21,9 | |
60-69 años | 4,6 | 4,3 | |
Estudios primarios | 63,7 | 64,9 | <0.001 |
Estudios secundarios | 32,3 | 30,6 | |
Universidad | 4,0 | 4,5 | |
Clase social I | 4,6 | 4,2 | <0.001 |
Clase social II | 15,7 | 21,4 | |
Clase social III | 79,7 | 74,4 | |
No actividad física | 96,5 | 95,3 | <0.001 |
Si actividad física | 3,5 | 4,7 | |
No dieta mediterránea | 91,8 | 85,1 | <0.001 |
Si dieta mediterránea | 8,2 | 14,9 | |
No fumadores | 68,3 | 74,0 | <0.001 |
Fumadores | 31,7 | 26,0 |
TA Tensión arterial. HDL Lipoproteinas de alta densidad. LDL Lipoproteinas de baja densidad
En todos los casos las diferencias observadas entre hombres y mujeres muestran una elevada significación estadística (p<0.001).La prevalencia global de OMS varía según los criterios empleados, siendo de 21,6% si aplicamos los criterios A (ningún factor de SM), 56,2% si aplicamos los criterios B (hasta un factor de SM) y 79,3% si los criterios empleados son los C (hasta dos factores de SM).
Las prevalencias al aplicar los tres criterios disminuyen a medida que se incrementa la edad. También se aprecia un aumento de las prevalencias cuando se desciende en el estatus socioeconómico o cuando existen hábitos no saludables (fumadores, personas sedentarias y con baja adherencia a la dieta mediterránea). En todos los casos estas prevalencias son superiores en las mujeres. Las diferencias observadas son estadísticamente significativas (p<0.001). Los datos completos pueden consultarse en la tabla 2.
Tabla 2: Prevalencia de obesos metabólicamente sanos aplicando los tres criterios según variables sociodemográficas y hábitos saludables por género.
Hombres | Mujeres | |||||||||||||
OMS (A) | OMS (B) | OMS (C) | OMS (A) | OMS (B) | OMS (C) | |||||||||
n | % | p | % | p | % | p | n | % | p | % | p | % | p | |
< 30 años | 4566 | 31,7 | <0.001 | 69,2 | <0.001 | 85,5 | <0.001 | 3146 | 47,6 | <0.001 | 85,1 | <0.001 | 94,1 | <0.001 |
30-39 años | 12848 | 24,7 | 59,0 | 79,1 | 6592 | 32,3 | 68,0 | 88,5 | ||||||
40-49 años | 15708 | 15,8 | 49,2 | 73,0 | 7544 | 21,5 | 59,0 | 84,8 | ||||||
50-59 años | 10288 | 13,9 | 47,3 | 68,5 | 5104 | 15,8 | 51,4 | 79,3 | ||||||
60-69 años | 2088 | 11,1 | 44,4 | 65,1 | 1000 | 8,8 | 41,6 | 73,6 | ||||||
Estudios primarios | 28966 | 18,6 | <0.001 | 48,8 | <0.001 | 75,9 | <0.001 | 15178 | 23,8 | <0.001 | 60,1 | <0.001 | 85,5 | <0.001 |
Estudios secundarios | 14708 | 19,7 | 53,7 | 76,3 | 7152 | 30,3 | 64,2 | 86,2 | ||||||
Universidad | 1824 | 26,3 | 58,4 | 80,3 | 1056 | 34,8 | 69,7 | 86,9 | ||||||
Clase social I | 2096 | 23,7 | <0.001 | 59,5 | <0.001 | 81,3 | <0.001 | 984 | 33,3 | <0.001 | 68,3 | <0.001 | 84,6 | <0.001 |
Clase social II | 7140 | 19,8 | 52,6 | 75,7 | 5000 | 27,0 | 60,0 | 82,2 | ||||||
Clase social III | 36262 | 18,9 | 49,1 | 74,0 | 17402 | 25,7 | 51,9 | 80,4 | ||||||
No actividad física | 45282 | 18,9 | <0.001 | 52,3 | <0.001 | 76,2 | <0.001 | 17008 | 26,3 | <0.001 | 61,9 | <0.001 | 85,5 | <0.001 |
Si actividad física | 216 | 50,0 | 71,8 | 89,8 | 232 | 51,7 | 79,0 | 81,1 | ||||||
No dieta mediterránea | 45290 | 19,3 | <0.001 | 53,3 | <0.001 | 75,1 | <0.001 | 23162 | 26,3 | <0.001 | 61,8 | <0.001 | 85,5 | <0.001 |
Si dieta mediterránea | 208 | 47,3 | 60,7 | 80,7 | 224 | 48,8 | 30,3 | 82,1 | ||||||
No fumadores | 31058 | 20,5 | <0.001 | 56,4 | <0.001 | 80,1 | <0.001 | 17306 | 25,1 | <0.001 | 60,9 | <0.001 | 85,8 | <0.001 |
Fumadores | 14440 | 16,7 | 46,7 | 67,8 | 6080 | 29,6 | 54,2 | 80,2 | ||||||
Total | 45498 | 19,3 | 53,3 | 76,2 | 23386 | 26,3 | 61,8 | 85,4 |
En la tabla 3 se muestran los resultados del análisis de regresión logística multinomial, en él se aprecia que todas las variables analizadas influyen en la presencia de OMS. El ser mujer, pertenecer a los grupos de menor edad, a los niveles socioeconómicos más elevados, no fumar, realizar actividad física regularmente y tener una alta adherencia a la dieta mediterránea elevan la probabilidad de ser OMS con cualquiera de los criterios empleados. La edad y la actividad física son las que muestran una mayor influencia al presentar las odss ratio más elevadas. En todos los casos se encuentra significación estadística (p<0.001).
Tabla 3: Regresión logística multinomial
OMS (A) | OMS (B) | OMS (C) | |
OR (IC 95%) | OR (IC 95%) | OR (IC 95%) | |
Hombres | 1 | 1 | 1 |
Mujeres | 1,45 (1,39-1,50) | 1,38 (1,34-1,43) | 1,77 (1,70-1,85) |
60-69 años | 1 | 1 | 1 |
50-59 años | 1,51 (1,33-1,71) | 1,27 (1,17-1,37) | 1,10 (1,08-1,12) |
40-49 años | 1,91 (1,69-2,16) | 1,51 (1,40-1,63) | 1,25 (1,15-1,36) |
30-39 años | 3,37 (2,99-3,80) | 2,26 (2,09-2,44) | 1,79 (1,64-1,96) |
< 30 años | 5,46 (4,82-6,19) | 3,76 (3,44-4,11) | 3,13 (2,80-3,49) |
Estudios primarios | 1 | 1 | 1 |
Estudios secundarios | 1,23 (1,17-1,30) | 1,10 (1,05-1,15) | 1,07 (1,03-1,11) |
Universidad | 2,70 (2,17-3,37) | 1,45 (1,33-1,58) | 1,50 (1,33-1,67) |
Clase social III | 1 | 1 | 1 |
Clase social II | 1,15 (1,10-1,21) | 1,18 (1,13-1,24) | 1,20 (1,14-1,26) |
Clase social I | 1,45 (1,32-1,58) | 1,75 (1,61-1,89) | 1,49 (1,36-1,62) |
No actividad física | 1 | 1 | 1 |
Si actividad física | 4,74 (4,30-5,18) | 3,85 (3,55-4,15) | 4,12 (3,80-4,44) |
No dieta mediterránea | 1 | 1 | 1 |
Si dieta mediterránea | 2,85 (2,60-3,10) | 2,21 (2,03-2,39) | 2,82 (2,40-3,24) |
Fumadores | 1 | 1 | 1 |
No fumadores | 1,19 (1,14-1,24) | 1,37 (1,33-1,42) | 1,82 (1,75-1,89) |
OMS Obesos metabólicamente sanos. OR Odss ratio IC Intervalo de confianza.
Discusión
El hallazgo de que una proporción significativa de individuos obesos no presenta alteraciones metabólicas ha suscitado interés. Sin embargo, la prevalencia de OMS varía considerablemente entre los diferentes estudios, principalmente debido a la falta de consenso sobre los criterios diagnósticos. Es interesante destacar cómo las diferencias metodológicas pueden influir en las prevalencias reportadas y las asociaciones encontradas.
En nuestro trabajo, la prevalencia de OMS oscila en hombres entre el 19,3%, si consideramos la no presencia de factores de SM, y el 76,2% si se aceptan hasta dos factores de SM. En las mujeres estos porcentajes se elevan al 26,3% y 85,4% respectivamente.
Repasaremos diferentes estudios que, empleando distintos criterios y habiéndose realizado en poblaciones distintas muestran prevalencias muy dispares de OMS que van desde el 2,2% hasta el 84%.
Por la parte baja, un estudio realizado en 2270 adultos españoles consideró OMS a aquellos que presentaban hasta un criterio de SM observando una prevalencia muy baja que se estimó en el 2,2% 18. Una prevalencia algo superior, del 7,27% 19, se obtuvo al considerar a población general de todo el mundo a partir de 18 años, aunque se apreciaron diferencias según las regiones estudiadas, de manera que la población americana mostraba una prevalencia de OMS superior a la europea. Un estudio realizado en China en 4757 personas mayores de 35 años aplicando criterios NCEP ATPII de SM observó que un 10,3% de las personas eran OMS 20. Una cifra algo mayor (15%) se obtuvo en dos estudios diferentes, uno realizado a partir de datos de la Encuesta Nacional de Examen de Salud y Nutrición (NHANES) del 2017-18 que incluyó a 20430 personas 21 y otro en 986 personas residentes en Irán en los que se aplicaron los criterios NCEP ATPIII 22. Datos del estudio familiar IRAS en población hispana de Estados Unidos que incluyó a 1054 personas obesas encontró que sólo el 19% de ellas se podían considerar OMS 23.
El segundo bloque de estudios muestran una prevalencia de OMS más elevada, así la cifra llega al 30,8% en la población kuwaiti de 18 a 60 años 24 y se eleva un poco más, hasta el 31,7%, en un estudio realizado en población española en el año 2016 25. Valores algo superiores pero sin llegar al 50% los encontramos en cuatro estudios. El primero de ellos realizado en 13525 adultos chinos entre 2009 y 2010 y aplicando los criterios NCEP ATPII también observó que un 38,5% de ellos se podían considerar OMS 26. El segundo estudio, con una prevalencia algo mayor, 41,5%, se llevo a cabo en 21121 personas de la Federación rusa 27. Los dos últimos estudios de este bloque muestra prevalencias algo superiores al 49%, uno de ellos concretamente del 49,2% en 457 obesos de Baleares en España 28 y otro del 49,4% aunque este realizado en población adolescente de Sudamérica 29.
Dos investigaciones han encontrado prevalencias altas que superan el 50%, una de ellas llega al 55,5% en población laboral española 30 y la otra supera el 74% en los hombres y el 87% en mujeres pero habiéndose realizado en población adolescente 31).
Un estudio de Stefan et al encontró que la prevalencia de OMS es variable y que esto puede deberse no solo a los diferentes criterios utilizados para definir la obesidad metabólicamente sana, sino también a las características sociodemográficas y de estilo de vida de las poblaciones estudiadas 32. Esta variabilidad sugiere la necesidad de unificar criterios diagnósticos para evaluar la prevalencia de OMS de manera más precisa y poder comparar los resultados entre poblaciones y regiones.
La edad y el género influyen en nuestro estudio en la prevalencia de OMS de manera que es más prevalente en las mujeres y cuanto menor es la edad de las personas. En general, los estudios han mostrado que los adultos jóvenes obesos tienen una mayor probabilidad de ser metabólicamente sanos en comparación con los adultos mayores 33. Este hallazgo podría estar relacionado con la progresión de la resistencia a la insulina 34, la acumulación de grasa visceral y la pérdida de masa muscular que ocurre con la edad 35. Un estudio realizado por Hamer et al. 36) mostró que la prevalencia de OMS disminuye de manera significativa a medida que los individuos envejecen, lo que sugiere que la obesidad metabólicamente sana podría ser un estado transitorio para muchos individuos.
En cuanto al género, las mujeres obesas en nuestro trabajo tienen una mayor prevalencia de OMS en comparación con los hombres. Las diferencias hormonales, especialmente los niveles más altos de estrógeno en las mujeres premenopáusicas, parecen jugar un papel protector al reducir la acumulación de grasa visceral y mejorar la sensibilidad a la insulina. Sin embargo, la prevalencia de OMS en mujeres tiende a disminuir después de la menopausia debido a este descenso estrogénico y a los cambios en la distribución de la grasa corporal asociados con el envejecimiento 37.
Nosotros hemos encontrado que el mayor nivel socioeconómico se asocia a una mayor prevalencia de OMS. Un estudio mexicano que incluyó a 5541 sujetos observó que uno de los factores que disminuían la posibilidad de pasar de OMS a no sano era el nivel socioeconómico elevado 38). Sin embargo otras investigaciones van en sentido contrario como una realizada en Irán 39).
Nuestra investigación muestra que la calidad de la dieta es un factor determinante en el desarrollo y mantenimiento del estado metabólicamente sano en personas obesas y podría desempeñar un papel importante en la prevención de complicaciones metabólicas a largo plazo.. Los patrones dietéticos ricos en frutas, verduras, grasas insaturadas y fibra se han asociado con una mejor sensibilidad a la insulina, menores niveles de inflamación y un perfil lipídico más favorable 40. La dieta mediterránea, en particular, ha sido objeto de varios estudios que han demostrado sus efectos protectores sobre la salud metabólica, incluso en individuos obesos 41,42.
Por el contrario, el consumo elevado de alimentos ultraprocesados, ricos en azúcares refinados y grasas trans, se ha relacionado con un mayor riesgo de resistencia a la insulina, inflamación crónica y dislipidemia, lo que podría contribuir a la progresión de un estado metabólicamente sano a uno no saludable 43.
Nuestros datos muestran que la actividad física es otro factor determinante en la prevalencia de OMS. Varios estudios han demostrado que los individuos obesos que realizan ejercicio regularmente tienden a tener un perfil metabólico más saludable, independientemente de su peso corporal. El ejercicio mejora la sensibilidad a la insulina, reduce los niveles de inflamación y mejora la distribución de la grasa corporal, favoreciendo una menor acumulación de grasa visceral 44. Esto sugiere que el estilo de vida activo podría ser un factor clave para mantener un estado metabólico saludable, incluso en presencia de obesidad.
Un estudio longitudinal realizado por Bell et al. 45) encontró que los individuos obesos que mantenían niveles altos de actividad física durante un período de seguimiento de 10 años tenían menos probabilidades de transitar hacia un estado metabólicamente no saludable, en comparación con aquellos que llevaban una vida más sedentaria. Estos hallazgos subrayan la importancia de la actividad física no solo en la mejora del perfil metabólico actual, sino también en la prevención de futuras complicaciones.
El impacto que puede tener el conocimiento de los OMS en la práctica clínica es significativo ya que la disparidad de criterios diagnósticos (de cero hasta dos factores de SM) puede hacernos pensar que personas obesas con hasta dos componentes de SM, que serían consideradas como metabólicamente sanas, precisan el mismo seguimiento que aquellas sin ningún componente de SM. Por ello cabe preguntarse si los OMS con 1 o 2 componentes de SM no deberían considerarse como obesos no metabólicamente sanos, o al menos como obesos de riesgo intermedio que justifique un seguimiento específico.
La clasificación correcta de los OMS incluyendo únicamente a los que no presentan ningún componente de SM es importante ya que permite identificar a las grupos de más riesgo sobre los que se deberían priorizar estrategias tanto preventivas como terapéuticas. Además hay que recordar que los OMS sin ningún componente de SM no están exentos de riesgo de manera definitiva sino que con el paso el tiempo es probable que añadan alguno de los componentes de SM.
Conclusiones
En nuestro estudio todas las variables sociodemográficas (edad, sexo y estatus socioeconómico) y todos los hábitos de salud (tabaquismo, ejercicio físico y dieta mediterránea) influyen en la prevalencia de OMS, aunque los que muestran mayor influencia son la edad y el nivel de ejercicio físico.
La obesidad metabólicamente sana representa un fenómeno complejo que desafía las percepciones tradicionales sobre la relación entre la obesidad y el riesgo de enfermedades metabólicas y cardiovasculares. Aunque algunos individuos obesos logran mantener un perfil metabólicamente saludable, el riesgo de complicaciones a largo plazo sigue siendo elevado en comparación con los individuos de peso normal con un perfil metabólico saludable. Además, la obesidad metabólicamente sana parece ser un estado transitorio para muchos individuos, lo que sugiere la importancia de intervenciones preventivas, como la promoción de la actividad física y una dieta saludable.
La prevalencia de OMS varía según la población, el género, la edad y el estilo de vida, y está influenciada también por factores genéticos y ambientales. Aunque los OMS pueden tener un menor riesgo de enfermedades metabólicas a corto plazo, su monitoreo a largo plazo es esencial para prevenir la progresión hacia un estado metabólicamente no saludable y para reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares y otras afecciones crónicas relacionadas con la obesidad.