En los últimos años se ha hecho más evidente la presencia y el uso de la inteligencia artificial (IA) en los distintos ámbitos de la vida cotidiana, formando parte del día a día de personas de diversos grupos etarios, condición de salud y condición social. Así, la IA ha emergido como una tecnología transformadora en diversas áreas de la sociedad. En el área de la salud, es posible que revolucione los cuidados, diagnóstico, investigación y la gestión de datos. Por estos motivos, la IA ha capturado la atención de expertos, académicos y profesionales de la salud a nivel global.
La inteligencia artificial se define como la capacidad de un computador, red de computadores o red de robots controlados por computadores, para realizar tareas asociadas a seres humanos inteligentes, con la ventaja de la articulación entre diferentes sistemas informáticos. 1
El término inteligencia artificial (artificial intelligence) se atribuye a John McCarthy, quien en 1956 hizo referencia a la idea de que algún día se podrían proporcionar datos a dispositivos electrónicos para simular el pensamiento humano. 2
El uso de la IA en el área de cuidados y salud general abre un mundo de diversas oportunidades, para mejorar aspectos que tienen relación con la justicia social, la equidad, cobertura y acceso. Sin embargo, antes de profundizar en las posibilidades de la IA, se hace necesario revisar aspectos éticos que podrían implicar su uso. 3
En primer lugar, se debe considerar la privacidad y seguridad de los datos. En la mayoría de los países del mundo existen regulaciones con respecto al acceso a la información de tipo personal de cada paciente y su uso. Con la inteligencia artificial esto se hace más necesario, ya que puede ser usado desde un punto de vista predictivo de condiciones de salud y, con esto, limitar el acceso a seguros de esta índole. 3
Otro aspecto interesante tiene que ver con los sesgos en el ingreso de datos cuando la IA está en entrenamiento. Esto puede llevar a errores de diagnóstico y tratamiento en caso de poblaciones subrepresentadas, como así también a la discriminación en otros grupos minoritarios. Es necesario abordar estos sesgos y garantizar la equidad en el acceso y la calidad de la atención médica impulsada por la IA. 4
La IA modificará la relación enfermera-paciente, mejorando la calidad y la eficiencia. Si bien el cuidado de enfermería directo es irremplazable, el impacto de las tecnologías sanitarias de inteligencia artificial requerirá un replanteo de la práctica de enfermería que incluirá nuevos conceptos. Este cambio conlleva el advenimiento de nuevos roles de enfermería, modelos de prestación de cuidado virtual y actualización de los flujos de trabajo. 5
Desde el punto de vista de la aplicación de la IA, sus usos pueden ser tan variados como robots de asistencia, robots humanoides y robots de movilidad, análisis predictivo, sistemas de soporte de decisiones clínicas, hogares inteligentes y chatbots de asistencia virtual. 6
Actualmente, los profesionales de enfermería utilizan robots en su práctica clínica para desarrollar diferentes actividades, como el apoyo con sesiones de ejercicio para personas mayores, de rehabilitación, o como herramienta de distracción para el manejo del dolor, educación a los pacientes, entre otras. 6
Otros profesionales de la salud, incluidas las enfermeras, se han apoyado en robots de asistencia para lograr comprender reflexivamente a sus pacientes. En centros de larga estadía, la IA se usa en la estimulación de la memoria de los residentes con demencia. Esta misma tecnología se emplea como soporte emocional para disminuir el sentido de soledad en mayores institucionalizados y en personas en cuidados paliativos. 7
Desde el punto de vista de la salud en general, la IA puede ser utilizada para precisar el tratamiento con atención personalizada. Al analizar datos clínicos y genéticos, los algoritmos de IA pueden identificar las terapias más efectivas para cada paciente, teniendo en cuenta su perfil genético, historial médico y otros factores relevantes. También puede ser utilizada para la automatización de tareas administrativas, como citas médicas, interconsultas, educación básica de pacientes. 8
El análisis de big data constituye otra área de uso de la IA, en la que es posible encontrar patrones y relaciones, para así identificar factores de riesgo, predecir epidemias y mejorar la comprensión de enfermedades complejas, en otras múltiples aplicaciones. 8
En conclusión, la IA tiene el poder de transformar el sector de la salud, mejorando la calidad de los cuidados, optimizando la gestión de datos y promoviendo la equidad en el acceso a los servicios de salud. Sin embargo, su implementación requiere un enfoque cuidadoso y consideraciones éticas sólidas para abordar los desafíos asociados con la privacidad, la seguridad y la equidad. Es esencial que los gobiernos, las instituciones académicas, los profesionales de la salud y los desarrolladores de tecnología trabajen juntos para establecer regulaciones y estándares éticos en el uso de la IA en el ámbito de la salud. De esta forma será posible mejorar los resultados de salud, promover la equidad y proporcionar cuidados de calidad para todos.