1. Antecedentes
La tesis doctoralEl papel de las experiencias académicas y sociales en la persistencia educativa en diferentes tipos de carrera de la Universidad de la República se propone estudiar la incidencia de la integración social y académica del estudiante en su persistencia en la educación superior. Tal como se ilustra en la figura 1, existen tres factores que se vinculan con la problemática; la relación principal es la siguiente:
X ------------------------------------------------------------------------------------------- →Y
(integración social y académica del estudiante) → (persistencia educativa al segundo año)
Esta es la relación principal que se pretende estudiar (x -> y); se incluyen en la explicación el efecto de la carrera como determinante del nivel de integración social y académica que experimente el individuo a lo largo del primer año (conjunto de variables antecedentes S que influyen en X) y los atributos del estudiante al ingresar a la universidad, entendiendo que este factor (variable independiente Z) tendrá efectos directos sobre la persistencia y al mismo tiempo mediados por la integración académica y social.
En este trabajo en particular el objetivo es indagar si existe una relación entre el factor Z (atributos del estudiante antes de ingresar a la Udelar) y S (la carrera que elige de acuerdo a su duración), porque de existir una relación entre estos factores, el modelo de determinantes debería pensarse de esta forma, figura 2:
Entender que la elección de la carrera se ve determinada por los factores previos al ingreso no solo hace variar el modelo de determinantes que nos proponemos en el proyecto general, sino que además manifestaría un mecanismo de desigualdad en sí mismo.
Entre los factores que suceden antes de que el individuo ingrese a la institución educativa se encuentran las variables que corresponden a su hogar de origen, tales como el máximo nivel educativo alcanzado por sus padres y el máximo nivel educativo del hogar. Además de incluyen factores que tienen que ver con características sociodemográficas del individuo, como el sexo, la edad y la ascendencia étnico-racial, así como factores que tienen que ver con sus antecedentes académicos, como el hecho de haber asistido a un centro de educación media de gestión pública o privada.
Por último, y siguiendo el orden cronológico de los factores, se encuentran eventos que tienen que ver con el ciclo de vida del estudiante. A diferencia de los anteriores, este tipo de eventos pueden variar una vez que el individuo ingresa a la institución educativa, pero en este trabajo solo analizaremos estos factores al momento de ingresar. En este caso analizaremos dos de los eventos que hacen a la transición a la adultez: el ingreso al mercado laboral y la tenencia de hijos (Casal, García, Medino, Quesada, 2006).
2. Conceptos teóricos relevantes
2.1 Factores vinculados a la persistencia educativa en la educación superior
La persistencia educativa refiere a la continuidad en los estudios; en esta perspectiva se enfatiza la decisión del individuo. Asimismo, esta se ve influenciada por determinantes institucionales, organizacionales, estructurales y coyunturales de diversa índole; en el presente trabajo se supone que la decisión de abandonar o persistir en la educación superior es atribuible a los sujetos y por lo tanto se optará por utilizar este término (Fernández de Morgado, 2009).
Si bien, como sugiere Fernández de Morgado (2009), aquel individuo que decide abandonar definitivamente (Himmel, 2002) la educación superior tiene menores y peores oportunidades laborales, estas pueden distinguirse en dos grupos de situaciones en la interpretación individual. Por un lado, puede hablarse de exclusión cuando el estudiante por distintos factores no logra adaptarse y responder a las exigencias académicas o no logra financiar sus estudios, pero sí tiene la intención de graduarse. Por otro lado, el individuo puede interpretar que ya logró su meta y/o que la permanencia en la institución y/o la carrera no lo favorece y decide retirarse. Por ejemplo, su objetivo puede ser adquirir ciertas competencias y conocimientos que logra a partir de cursar un tramo y no le hace falta culminar la carrera; otros ejemplos son quienes tras una estadía breve en una carrera aclaren su visión de futuro y decidan tomar un camino diferente. En estos casos, la interpretación del abandono institucional y definitivo será distinta de la perspectiva institucional, que en todo caso refleja una ineficiencia de recursos. La perspectiva nacional, por último, distará de las dos anteriores, ya que el país destina una cantidad de recursos determinada con el objetivo de que esta formación tenga un rédito social y esta inversión será ineficiente en el caso del abandono definitivo, pero no necesariamente del abandono institucional (Tinto, 1987; 1997).
Los factores que Tinto (1987) define como “atributos previos al ingreso” (figura 3) son los antecedentes familiares que refieren al nivel educativo y la ocupación de los padres principalmente: las destrezas y habilidades y la escolaridad previa. En el caso que se desea estudiar se considerarán los antecedentes familiares medidos a través de la consideración de la ocupación del padre, la madre y del máximo nivel educativo de ambos, y de la escolaridad previa evaluada solo a partir de la asistencia a un centro de educación media de gestión pública o privada en el último año (6.o año).
2. 2 La duración de la carrera elegida como resultado de diferencias en la moratoria social y vital
En este trabajo interesa estudiar la elección de la carrera desde la perspectiva de la moratoria social y vital, en el entendido de que el tiempo que los estudiantes ingresantes pueden proyectarse estudiar una carrera universitaria dependerá de sus atributos previos al ingreso, por tanto, la elección de la carrera de acuerdo a su duración se ve determinada por estos factores.
Bourdieu (2002) sugiere que la edad es un dato biológico socialmente manipulable y manipulado. Las distintas juventudes, en este sentido, se encuentran en situaciones muy distintas de acuerdo al origen socioeconómico. Es así que las condiciones de vida, el mercado de trabajo y el tiempo disponible son tres atributos que varían en los individuos de “joven edad”, distinguiendo entre los jóvenes que ya trabajan y los adolescentes que todavía estudian. Thevenot (1979) demostró que entre estos dos polos opuestos, el adolescente que estudia (proveniente de un medio socioeconómico favorable) y el joven que trabaja (proveniente de un medio obrero principalmente), existe una variedad considerable de formas de transitar esa etapa llamada juventud.
En el texto La juventud no es más que una palabra, de Bourdieu (2002), este sugiere que la universalización de la escolarización a nivel de la enseñanza media a las distintas clases sociales induce a los jóvenes provenientes de clases populares a sumarse a esa forma de transitar esta etapa como “adolescente que estudia”. El adolescente que estudia no solo comparte su tiempo con personas de su misma edad y queda (generalmente) exento de tener que salir al mercado laboral, sino que queda “fuera de juego” del resto de responsabilidades de los adultos. La escuela, además, no solo enseña conocimientos, sino que transmite aspiraciones. La educación secundaria que prepara a sus estudiantes para la educación superior genera aspiraciones que no son realistas en los hijos de la clase obrera. Esto genera una frustración que era inexistente antes de la universalización de la enseñanza media: “es posible encontrarse lo suficientemente adaptado al mundo escolar como para encontrarse aislado del medio de trabajo, sin estarlo lo suficiente como para encontrar trabajo por medio de los títulos académicos” (Bourdieu, 2002, p. 169).
Estas expectativas y aspiraciones de seguir estudiando pueden ser compartidas por los jóvenes de distintas clases sociales que culminan la enseñanza media. Ahora bien, si es factible llevar a cabo estas expectativas diferentes de acuerdo al origen socioeconómico, ¿podrá expresarse esa distinción en una diferencia en la duración de la carrera? En otras palabras, ¿las diferencias en la duración de la moratoria social de acuerdo al origen socioeconómico del estudiante serán reconocidas por los ingresantes a la Udelar y expresadas en diferencias en la duración de la carrera elegida?
Margulis (1996) refiere a la noción de “quedar fuera de juego” mencionada por Bourdieu (2002) con el concepto de moratoria. Esta se definiría como la posibilidad de demorar las exigencias que provienen de la propia familia y del trabajo. En otras palabras, es el tiempo legítimo para dedicarse al estudio y la capacitación. Ser joven desde la perspectiva del autor sería estar en presencia de esa moratoria, por lo que la juventud varía de acuerdo a la clase social, ya que la capacidad de ofrecer el beneficio de la moratoria varía de acuerdo a esta. En el mismo sentido, la juventud terminaría cuando el individuo forma su propio hogar, tiene hijos e ingresa al mercado de trabajo.
Tal como se mencionó, la moratoria es desigual para las personas con distintos orígenes socioeconómicos; los jóvenes de los sectores medios y altos cuentan con un contexto social protector que hace posible que tanto la moratoria como los signos de la juventud se prolonguen en el tiempo en comparación con lo que ocurre con los jóvenes provenientes de sectores bajos. Los individuos provenientes de sectores populares tendrían acotadas sus posibilidades de acceder a la moratoria social, carecen del tiempo y del dinero para vivir un período más o menos prolongado con relativa despreocupación y ligereza. No debe confundirse el estar desempleado, producto de condicionantes externas, con acceder a la moratoria social, ya que aquel genera tiempo libre vivido con frustración y desdicha (Margulis, 1996).
Además de este concepto de moratoria social, Margulis (1996) utiliza el concepto de moratoria vital, en referencia a la posesión de tiempo de vida, de capital temporal con relación a la lejanía de la muerte. Ser joven requiere estar en posesión de moratoria vital, algo que indefectiblemente está vinculado a la edad biológica del individuo. Ser juvenil, en cambio, se vincularía con los signos de lo juvenil, implica signos exteriores y una estética determinada. Por lo que se podría ser joven sin ser juvenil y viceversa.
La moratoria vital, entendida con relación al desgaste del cuerpo, tendría variaciones según género y sector social. La moratoria social, por su parte, no solo tendría diferencias de acuerdo al sector socioeconómico del que se provenga, sino que también mostraría diferencias de género. En nuestra sociedad, el tiempo transcurre para la mayoría de las mujeres de una manera diferente que para el grueso de los hombres; la maternidad implica una moratoria diferente que altera no solo el cuerpo, sino que también afecta la condición sociocultural de la juvenilización. En la sociedad actual, las carreras profesionales, artísticas e intelectuales constituyen alternativas a la maternidad para la mujer de clase media o alta (Margulis, 1996).
En este sentido, se podría pensar que los hombres al poder postergar su paternidad pueden extender más que las mujeres la moratoria social. En este trabajo esa condición se expresaría en que el hombre opte mayormente por carreras largas en comparación con la mujer y viceversa. La segunda explicación detrás de un comportamiento diferencial en la elección de la carrera de acuerdo al género en quienes transitaron el evento de tener hijos es que los hombres tienden a destinar menos tiempo al cuidado de sus hijos, a diferencia de las mujeres, tal como se señala en diversas investigaciones al respecto (Batthyány, 2010).
3. Pregunta problema
Interesa en este trabajo conocer qué relación existe entre la carrera elegida y los factores que anteceden al ingreso a la institución entre los ingresantes a la Universidad de la República en el 2018. Por lo que la pregunta que guía este trabajo es la siguiente: ¿Cómo inciden en la elección de la carrera los factores de desigualdad social y educativa previos al ingreso?
4. Método
Para el presente trabajo se procesaron los microdatos generados por Sistema de Gestión de Bedelías (SGB), por el Sistema de Gestión y Administración de la Enseñanza (SGAE) (de 2017 en adelante), del Formulario Estadístico de Ingreso (FEI) y del FormA para el 2018. Agradecemos en todos los casos la colaboración recibida de la Dirección General de Planeamiento (DGPlan) y la Unidad del Sistema de Información de la Enseñanza (USIEn).
4.1 Definición de las variables
Para construir la variable duración de carrera se clasificó a las carreras de menos de cuatro años como cortas, a las de cuatro años como medias y a las de cinco años o más como largas.
Las variables de comparación entre las distintas carreras son cinco: I) ocupación del hogar de origen; II) generación de primer ingreso, medida como 1 para los estudiantes cuyos padres no cursaron la universidad y 0 para los que tienen padres o madres que hayan ingresado; III) sexo, IV) edad; V) ascendencia étnico-racial principal; VI) gestión de la institución donde cursó el último año de educación media; VII) condición de actividad y VIII) tenencia de hijos.
Para analizar estos datos se utilizaron, en primer lugar, tablas bivariadas que muestran la relación entre cada una de las variables independientes indicadas y el tipo de carrera según su duración. En segundo lugar, se creó un modelo de regresión logística que modela la relación entre las variables explicativas y la variable de respuesta. Para este análisis se recodificó la variable duración de la carrera de la siguiente manera: cortas (menos de 4 años) y medias y largas (4 años o más), ya que entre estas últimas categorías existía una mayor homogeneidad. Además, se agregaron dos variables explicativas: la cantidad de años desde el egreso de la educación media, que permite identificar si el individuo ingresó a la universidad al año siguiente de egresar de la educación media o lo hizo años después, y la región de residencia, que podría mostrar diferencias en las aspiraciones educativas según la oferta de carreras que se tiene en el territorio.
5. Resultados
5.1 Los factores de desigualdad social y la duración de la carrera elegida
Tal como se desarrolló en las páginas anteriores, la moratoria social se concibe como desigual según el origen socioeconómico del estudiante. Dos indicadores utilizados frecuentemente para analizar el origen socioeconómico son la ocupación de los padres y su nivel educativo. Estos pueden verse con relación a la duración de la carrera en las tabla 1 y tabla 2.
Ocupación del hogar de origen | ||||||
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Carrera | No manual calificado | No manual no calificada | Manual calificado | Manual no calificado | Fuerzas armadas | Total |
Corta | 11,81 | 15,74 | 18,16 | 19,44 | 19,41 | 15,44 |
Media | 45,23 | 47,89 | 46,48 | 49,08 | 49,41 | 46,49 |
Larga | 42,96 | 36,37 | 35,36 | 31,47 | 31,18 | 38,07 |
Total | 100,00 | 100,00 | 100,00 | 100,00 | 100,00 | 100,00 |
Fuente: Elaboración propia con base en la formA (USIEn).
En la tabla 1 puede identificarse que los estudiantes provenientes de clases no manuales se encuentran inscritos en mayor proporción en carreras largas que los demás; superan ampliamente a los demás estratos los provenientes de la clase ocupacional no manual calificada (42,96 %). La relación inversa puede verse en el caso de las carreras cortas: mientras que un 19,44 % de los estudiantes provenientes de la clase ocupacional manual no calificada optan por este tipo de carreras, en el caso de la no manual calificada lo hacen en un 11,81 %. En los hogares de origen donde la ocupación es no manual calificado o no calificado, se tiende a carreras largas, mientras que en los hogares donde prima el trabajo manual calificado o no calificado se tiende a carreras cortas. En las carreras de duración media no se observan grandes diferencias según la ocupación del hogar de origen.
Carrera | Primera generación de ingreso | Total | ||
No | Sí | |||
Corta | 9,79 | 17,81 | 15,74 | |
Media | 44,35 | 47,02 | 46,33 | |
Larga | 45,86 | 35,17 | 37,93 | |
Total | 100,00 | 100,00 | 0 100,00 |
Fuente: Elaboración propia con base en la formA (USIEn).
En la tabla 2 se pueden observar diferencias en la duración de la carrera elegida a partir de diferenciar entre los estudiantes que son primera generación de ingreso y quienes no lo son. Mientras que los que son primera generación de ingreso optan por carreras largas en un 35,17 %, los que no lo son optan por estas en un 45,84 %. En el caso de las carreras cortas, optan por estas un 17,81 % de quienes son primera generación de ingreso, mientras que entre los que no lo son optan un 9,79 %. Al igual que en la tabla anterior, la diferencia en carreras medias es baja: un 44,35 % para quienes no son generación de ingreso y un 47,02 % para quienes sí lo son.
Tanto la tabla 1 como la tabla 2 muestran que los antecedentes familiares no solo tienen incidencia en la persistencia, como afirma Tinto (2012), sino que puede visualizarse una relación entre la elección de la carrera según su duración de acuerdo a los antecedentes ocupacionales y educativos de los padres. Cabe cuestionarse si esto responde a diferencias en la moratoria social y vital que genera en los estudiantes de primera generación de ingreso la necesidad de realizar carreras cortas para poder ingresar rápidamente al mercado laboral.
Carreras | Sexo | |||
Mujer | Varón | Total | ||
Corta | 17,05 | 13,94 | 15,84 | |
Media | 46,89 | 45,40 | 46,31 | |
Larga | 36,07 | 40,66 | 37,76 | |
Total | 100,00 | 100,00 | 100,00 |
Fuente: Elaboración propia con base en la formA (USIEn).
En las últimas décadas la matriculación de la Udelar se ha invertido a favor de las mujeres; sin embargo, estas son quienes eligen carreras cortas en mayor proporción y carreras largas en menor proporción con relación con los varones. Mientras que las mujeres optan en un 17 % por carreras cortas, los varones lo hacen en un 14 %; la situación inversa se observa en las carreras largas, que las mujeres eligen en un 36,07 %, mientras que los varones lo hacen en un 40,66 %. En las carreras medias la diferencia porcentual es de 2 % a favor de las mujeres. Cabe cuestionarse si esta diferencia en la elección de la carrera manifiesta diferencias en las posibilidades que tienen hombres y mujeres de acceder a más años de moratoria social y vital. Entendiendo que la maternidad es clave en esta posible diferenciación, la mujer dispone de menos tiempo para postergarla con relación al hombre, tal como sugiere Margulis (1996).
Edad en intervalos | ||||||
Carreras | 17-19 | 20-24 | 25-30 | 31-35 | 36 y más | Total |
Corta | 11,92 | 21,02 | 24,98 | 29,58 | 27,20 | 15,84 |
Media | 45,61 | 57,69 | 61,93 | 57,82 | 63,73 | 50,28 |
Larga | 42,47 | 21,29 | 13,09 | 12,60 | 9,07 | 33,89 |
Total | 100,00 | 100,00 0 | 100,00 | 100,00 | 100,00 0 | 100,00 0 |
Fuente: Elaboración propia en base a la formA, (USIEn).
Al comparar los inscritos en cada tipo de carrera de acuerdo a la edad, se puede visualizar que quienes optan por carreras más largas son los estudiantes más jóvenes; este porcentaje va disminuyendo a medida que aumenta la edad, pasando de 42,47 % para quienes tienen entre 17 y 19 años a 9,07 % entre quienes tienen 36 y más años. El caso opuesto puede verse para las carreras cortas: mientras quienes tienen entre 17 y 19 años las eligen en un 11,92 %, quienes tienen 36 y más las eligen en un 27,20 %. En el caso de las carreras medias también se puede ver que a mayor edad, más opción por estas carreras, pasando de 45,61 % entre quienes tienen 17 y 19 años a 63,73 % entre quienes tienen 36 y más años.
Esta diferencia podría indicar que a medida que se tiene más edad los eventos de transición a la adultez son más probables; la moratoria social es más acotada y por tanto una proyección de estudio a largo plazo resulta menos realizable. Al mismo tiempo, cuando la moratoria vital se va reduciendo (tiempo de vida antes de morir), proyectarse a mayor plazo resulta menos alcanzable.
Ascendencia principal | |||||||
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Carrera | Afro o negra | Asiática | Blanca | Indígena | No cree tener | Ninguna | Total |
Corta | 19,37 | 13,77 | 15,11 | 20,23 | 18,79 | 17,44 | 15,84 |
Media | 50,64 | 44,93 | 46,07 | 47,98 | 45,73 | 44,73 | 46,31 |
Larga | 29,99 | 41,30 | 38,82 | 31,79 | 35,48 | 37,82 | 37,85 |
Total | 100,00 | 100,00 | 100,00 | 100,00 | 100,00 | 100,00 | 100,0 |
Fuente: Elaboración propia con base en la formA (USIEn).
En el caso de la ascendencia étnico-racial, de acuerdo a la tabla 5 puede notarse que quienes eligen en mayor proporción carreras largas son quienes tienen ascendencia asiática, seguidos por quienes tienen ascendencia blanca, luego indígena y por último afro. Las carreras cortas son elegidas en mayor proporción por quienes tienen ascendencia indígena, aunque con escasa diferencia con los demás. En las carreras de duración media no se observan grandes diferencias porcentuales según ascendencia étnico-racial. En este sentido, cabe cuestionarse si las diferencias en la moratoria social de acuerdo a la ascendencia étnico-racial principal podrían explicar la desigualdad en las carreras elegidas.
Gestión del último año de EMS | |||
Público | Privado | ||
Carrera | Total | ||
Corta | 17,84 | 8,20 | 15,82 |
Media | 47,34 | 42,72 | 46,37 |
Larga | 34,83 | 49,08 | 37,81 |
Total | 100,00 | 100,00 | 100,00 |
Fuente: Elaboración propia con base en la formA (USIEn).
En la tabla 6 puede observarse que el mayor porcentaje de estudiantes que eligen carreras largas están entre quienes provienen de liceos privados en comparación con los provenientes de los públicos; la diferencia es de 49,08 % a 34,83 % a favor de los privados. El caso inverso se observa en las carreras cortas: solo un 8 % entre quienes provienen de liceos privados, valor que asciende a un 18 % entre quienes provienen de los públicos. En las carreras medias el porcentaje es similar; es un poco mayor el de quienes provienen de liceos públicos.
En este sentido, se observan diferencias en la elección de la duración de la carrera según el tipo de gestión del liceo al que asistieron. Los estudiantes que provienen de liceos privados tienden en mayor medida a carreras largas que quienes asistieron a liceos públicos, y esta situación se invierte en las carreras cortas. Esta relación coincide con los resultados de las tablas 1 y 2, en las que el origen socioeconómico influye en la elección de la carrera en la que se inscriben. Sería necesario controlar ese efecto para identificar si existe un efecto de la institución, más precisamente de la gestión pública o privada, en esta decisión, más allá del origen socioeconómico y de la consecuente moratoria social que conlleva. La institución podría incidir en las aspiraciones y expectativas con que el individuo egresa y elige una carrera universitaria.
5.2 Los eventos de transición a la adultez y la duración de la carrera elegida
La moratoria social, tal como fue definida, implica que el individuo tiene un tiempo disponible destinado principalmente a estudiar. Estar en moratoria requiere por tanto no haber transitado los eventos de transición a la adultez. En este apartado se estudiará si haber transitado los eventos de ingresar al mercado laboral y haber tenido hijos genera diferencias en la proyección sobre el tiempo de que se dispone para estudiar.
Según la literatura sobre el tema, el mercado de trabajo es el principal enemigo del tiempo disponible para estudiar. En este trabajo visualizamos a quienes ingresaron a la Udelar, por lo que no podemos ver el efecto que tiene ingresar al mercado laboral en inscribirse en una carrera universitaria. Lo que nos interesa, en este caso, por tanto, es ver si haber comenzado a trabajar genera diferencias en la elección de la carrera.
Trabaja | |||
Carrera | No | Sí | Total |
Corta | 13,62 | 21,98 | 15,84 |
Media | 43,49 | 54,14 | 46,31 |
Larga | 42,89 | 23,88 | 37,86 |
Total | 100,00 | 100,00 | 100,00 |
Fuente: Elaboración propia con base en la formA (USIEn).
En la tabla 7 puede observarse que quienes no trabajan optan más por carreras largas en contraposición con quienes sí lo hacen, pasando de un 42,89 % en el primer caso a un 23,88 % en el segundo. Lo opuesto puede observarse para las carreras cortas: las eligen un 21,98 % de los que trabajan y un 13,62 % de los que no trabajan. En el caso de las carreras medias, las eligen un 54,14 % de los que trabajan en contraposición con un 43,49 de los que no trabajan.
Tiene hijos | ||||
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Carrera | No | Sí | TOTAL | |
Corta | 14,90 | 28,70 | 15,84 | |
Media | 45,64 | 55,52 | 46,31 | |
Larga | 39,45 | 15,78 | 37,86 | |
Total | 100,00 | 100,00 | 100,00 |
Fuente: Elaboración propia con base en la formA (USIEn).
En la última tabla 8 puede observarse que existen grandes diferencias en la elección según la duración de las carreras y transitar el evento de haber tenido hijos. Mientras que en las carreras largas un 39,45 % de los estudiantes no tuvo hijos, un 15,78 % sí los tuvo. El caso opuesto ocurre en las carreras cortas, mientras que un 28,7 % sí tuvo hijos, un 14,9 % no los tuvo. Para las carreras medias también es mayor el porcentaje de quienes tuvieron hijos en contraposición con quienes no los tuvieron. La tenencia o no de hijos presenta grandes diferencias al momento de elegir la carrera, hay una menor presencia de estudiantes con hijos en carreras largas, que son quienes tienden más a realizar carreras cortas. Este resultado podría indicar que quienes se inscriben a la Udelar y ya tienen hijos no pueden proyectarse destinando tiempo a estudiar a largo plazo.
5.3 Modelo de regresión logística
Para continuar con el análisis se realizó un modelo de regresión logística que buscaba responder la siguiente pregunta: ¿Qué efecto tienen los factores de desigualdad previos al ingreso en la elección del tipo de carrera según su duración? El modelo distingue entre carreras cortas y medias-largas; las carreras cortas son todas aquellas que tienen una duración de 3 años o menos, mientras que las carreras medias y largas son todas aquellas que tienen una duración de 4 años o más. Se realizaron diversos modelos y el modelo que se muestra en la tabla 9 resulta ser el más explicativo, con un Pseudo R2 = 0,1440.
Duración carrera | Coef. |
Es mujer | -,29*** |
Tenencia de hijos | ,03 |
Edad_intervalos3 | |
20/24 | -,39*** |
25/30 | -,65*** |
31/35 | -,77*** |
36 y más | -,83*** |
Ascendencia | |
Asiática o amarilla | ,36 |
Blanca | -,08 |
Indígena | -,10 |
No cree tener ascendencia | -,16 |
Ninguna | -,20 |
Generación primer ingreso | -,15*** |
Año de egreso educación media | |
Entre 2 y 5 años | -,35*** |
Más de 5 años | -,12 |
Gestión institución educación media | |
Privada | ,33*** |
Trabaja | |
Sí | -,30*** |
Región de residencia | |
Noreste | -,12*** |
Litoral Norte | -,22*** |
Este | -,21*** |
_cons | ,29*** |
Fuente: Elaboración propia con base en la formA (USIEn).
A pesar de que el poder explicativo del modelo es bajo, resulta interesante identificar qué variables resultan significativas. En primer lugar, se puede visualizar que las mujeres tienen menos chances de elegir una carrera larga o media en relación con una corta en comparación con los hombres. Este hallazgo resulta fundamental ya que las mujeres suelen tener más ventaja en los resultados que los hombres en los distintos niveles de educación. Es importante, por ende, tener en cuenta que, al observar la duración de la carrera, las mujeres eligen más carreras cortas y menos carreras medias y largas en comparación con los hombres, con las diferencias retributivas que eso podría implicar. Esta observación coincide con la que puede verse en la tabla 3.
En segundo lugar, se puede identificar que la tenencia de hijos, cuando se controlan las demás variables, deja de ser significativa en la explicación. Esto nos indica que lo que se observaba en la tabla 8 esconde una relación espuria que en realidad responde a diferencias en la tenencia de hijos de acuerdo al origen socioeconómico. Esto mismo sucede con la variable ascendencia étnico-racial, que al controlar por el resto de las variables incluidas en el modelo deja de ser significativa.
En tercer lugar, puede identificarse que en todos los tramos de edad analizados la edad a la que ingresan incide en la elección de la carrera: existen más chances de elegir una carrera larga si se tiene entre 18 y 19 años que en el resto de los tramos estudiados. Este resultado nos muestra que la moratoria social y vital se ve claramente relacionada con la edad, tal como se puede observar en la tabla 4. Esto es coherente también con que el haber egresado recientemente de la educación media genera más chances de hacer una carrera media o larga que aquellos que hace entre dos y cinco años que egresaron. Es así que haber tenido y continuar una trayectoria educativa normativa genera más chances de una carrera larga o media. Si además estos antecedentes educativos se dieron en el marco de una institución privada, ello implica aún más chances de elegir una carrera media o larga frente a una corta.
La variable ocupación del hogar de origen correlaciona con la variable generación de primer ingreso de la familia a la universidad. Tal como es esperable, el nivel educativo de los padres está directamente relacionado con la ocupación que tienen. Ambas variables mostraban ser significativas en ausencia de la otra variable; en este caso se escogió la variable generación primer ingreso para integrar el modelo porque resulta más clara esta influencia desde la perspectiva del capital cultural de Bourdieu (1997). Desde esta perspectiva puede observarse que en la elección de la carrera de acuerdo a su duración el capital cultural que puedan haberles transmitido los padres puede influir en las perspectivas que se hayan generado sobre las credenciales educativas a las que aspiran.
Al mismo tiempo, desde una perspectiva de la moratoria social diferencial de acuerdo a la clase social, la variable de máxima ocupación del hogar de origen representa la capacidad del joven de continuar estudiar más tiempo y retrasar más su ingreso al mercado laboral, ya que puede contar con apoyo económico de su familia durante más tiempo que el estudiante con un origen ocupacional manual que necesita insertarse rápidamente en el mercado laboral.
Este mecanismo de competencia entre el mercado laboral y permanecer en el sistema educativo también se ve presente en el hecho de que quienes trabajan al momento de ingresar a la carrera tienen más chances de elegir una carrera corta frente a una media y una larga en comparación con quienes no trabajan.
Por último, al incluir la variable región de residencia actual, puede visualizarse que esta genera diferencias en las chances de elegir una carrera larga o media a favor de Montevideo en comparación con el resto de las regiones del país. Esto muestra que la oferta educativa en el territorio aún es muy disímil entre Montevideo y el resto del país, lo que genera que quien reside en cualquier otra regional de la Udelar tenga menos chances de cursar una carrera larga o media y vea sus opciones limitadas a carreras cortas, principalmente.
6. Conclusiones
A partir de los datos analizados pueden identificarse diferencias relevantes en la elección de una carrera en Udelar de acuerdo a los factores de desigualdad previos al ingreso a la universidad. Estas diferencias pueden notarse en los antecedentes familiares, donde se evidencia que a las carreras largas ingresan estudiantes asociados con lo que en la bibliografía se conoce por “herederos”, ya que, a diferencia de quienes entran a carreras cortas, tienen en mayor proporción algún padre con estudios universitarios y con ocupación no manual calificada. La existencia de una moratoria social de mayor duración en el caso de los estudiantes con orígenes socioeconómicos más favorecidos explicaría por qué los estudiantes provenientes de hogares con trabajadores no manuales calificados, hijos de al menos un padre que ingresó a la educación superior y que asistieron a una institución de educación media de gestión privada, se inscriben en carreras largas en mayor medida.
Al analizar las diferencias que tienen que ver con aspectos sociodemográficos como la edad y el sexo, podemos ver que son los estudiantes más jóvenes, con mayor moratoria vital, quienes eligen en mayor proporción carreras largas en lugar de cortas, y esta diferencia se invierte en el caso de las carreras cortas. Al mismo tiempo podemos ver que las mujeres eligen en mayor proporción que los varones carreras cortas, mientras que estos eligen en mayor proporción carreras largas. Esto podría expresar las diferencias en la moratoria social por género que identifica Margulis (1996) principalmente vinculadas con la maternidad. Al incorporar al análisis eventos que tienen que ver con la transición a la adultez como trabajar y tener hijos, vemos que quienes más han atravesado estos eventos son quienes eligen en mayor proporción las carreras cortas mientras que ocurre lo opuesto en el caso de las carreras largas.
Por último, al modelar la relación entre las variables explicativas y la duración de la carrera, encontramos que algunas de las relaciones que encontrábamos en las tablas bivariadas dejan de ser significativas. Es así que la ascendencia étnico-racial y la tenencia de hijos no parecen generar diferencias en la elección de la carrera. Al mismo tiempo, se puede ver que aquellos individuos que siguen una trayectoria académica normativa tienen más chances de elegir una carrera larga. Este efecto ya podía verse al visualizar la relación entre la edad y la carrera, pero al agregar la cantidad de años que hace que egresó de la educación media podemos ver que ambas variables son significativas y en el mismo sentido: quienes ingresan a la universidad al año de egresar tienen más chances de elegir una carrera larga o media en comparación con quienes egresaron de dos a cinco años antes, y además quienes ingresan con 18 años tienen más chances de elegir una carrera larga o media que el resto.
Las desigualdades territoriales que se pueden identificar en el modelo muestran que, aún después de 16 años de un intenso fortalecimiento de la descentralización de la Udelar, las chances de estudiar una carrera media o larga siguen siendo mayores en Montevideo que en el resto del país.
Estos hallazgos señalan la existencia de una diferencia importante en el perfil de quienes ingresan a las carreras largas en comparación con quienes ingresan a las carreras cortas. El tiempo de duración de las carreras parecería mostrar diferencias entre un grupo más “heredero” en el caso de las carreras largas, y uno de primera generación de ingreso, en el caso de las carreras cortas.
Es necesario, por tanto, seguir profundizando en estudios que intenten entender cuáles son los mecanismos que explican estas diferencias y qué consecuencias podrían traer, ya que es posible que esta diferencia implique un mecanismo más de desigualdad social, en la medida en que quienes realizan carreras largas perciben mayores ingresos y acceden a ocupaciones de mayor estatus y de contractibilidad.