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Revista Uruguaya de Cardiología
versión On-line ISSN 1688-0420
Rev.Urug.Cardiol. vol.27 no.2 Montevideo ago. 2012
Oscar Bazzino
No por mucho madrugar, amanece más temprano
El 5 de julio del presente año la CHSCV organizó una jornada titulada 30 Años del Uso de Fibrinolíticos. Sin duda, el principal avance en el tratamiento del infarto agudo de miocardio (IAM) con elevación del ST ha sido la apertura del vaso culpable. Mucha agua ha corrido bajo el puente durante el transcurso de estas tres décadas. ¿Qué ha sucedido en nuestro país? Hemos sido testigos de innovaciones tecnológicas, con el desarrollo de técnicas de reperfusión mecánica. Esto ha condicionado la conducta terapéutica de la cardiología nacional y, como efecto colateral, la docencia del manejo de los pacientes con IAM. El resultado final: dos países con inequidad de oportunidades, el interior y la capital. Esta es la base que sustenta la generación de hechos, buenos y de los otros, a saber: hace tres años la sociedad uruguaya de cardiología (SUC) ha liderado el Programa de Infarto Agudo de Miocardio (PIAM). Este proyecto tiene por objetivo establecer estrategias de reperfusión en Uruguay, acordes a las posibilidades de cada sitio, y de esta manera emparejar (para arriba) las oportunidades terapéuticas para todos los uruguayos. El programa, por cierto muy loable, no ha tenido los avances suficientes como para plasmarse en los resultados deseados. Por otro lado, la población ha estado expuesta a artículos de prensa y a programas televisivos, muchas veces con una impronta sensacionalista, donde se afirman conceptos falsos o verdades a medias. Esto genera condiciones inadecuadas para la práctica médica, propicia una medicina defensiva ineficiente y muchas veces estimula decisiones inadecuadas (por ejemplo, angioplastias primarias con tiempos de reperfusión inaceptables). ¿Cómo se pueden revertir estos hechos inapropiados? En primer lugar, la SUC debe seguir trabajando con el PIAM, en conjunto con el Fondo Nacional de Recursos, tratando de conseguir nuevos socios para esta empresa. En segundo término, nuestra sociedad debe generar espacios para los colegas del interior, con amplia experiencia en el tratamiento de reperfusión con fibrinolíticos, de forma tal de crear escenarios donde se divulguen las fortalezas y las barreras a derribar en los diferentes sitios de nuestro país. Por último, pero tal vez lo más importante, debemos sensibilizar a las autoridades nacionales para que asuman un rol protagónico en torno al tema, generando el soporte jurídico que impulse por fin un Programa Nacional de Atención del Infarto Agudo de Miocardio justo, eficiente y solidario.
Dr. Oscar Bazzino
Presidente de la SUC