Servicios Personalizados
Revista
Articulo
Links relacionados
Compartir
Ciencias Psicológicas
versión impresa ISSN 1688-4094versión On-line ISSN 1688-4221
Cienc. Psicol. vol.10 no.1 Montevideo mayo 2016
IMPULSIVIDAD Y FACETAS DE LA PERSONALIDAD: RELACIÓN ENTRE INSTRUMENTOS DE MEDIDA
IMPULSIVITY AND PERSONALITY FACETS: RELATIONSHIP BETWEEN MEASURING INSTRUMENTS
Lariana Paula Pinto*
Ana Cristina Ávila-Batista*
*Universidade São Francisco. Brasil
**Consejo Nacional de Investigación y Desarrollo. Brasil
Resumen: El objetivo fue relacionar la impulsividad con rasgos de personalidad, estudiando evidencia de validez convergente-discriminante para la Bateria Fatorial de Personalidade (BFP) y para la Escala de Avaliação da Impulsividade (EsAvI). Participaron 178 de la policía militar del estado de Minas Gerais, Brasil. En los resultados se recurrió al análisis de regresión stepwise, por el cual fueron identificados modelos predictores constituidos por facetas de los cinco factores de la personalidad, destacándose los factores ‘Inestabilidad Emocional’ y ‘Responsabilidad y Extraversión’ como los más relacionados a la Impulsividad. También se observó que el factor ‘Falta de Concentración y de Persistencia’ de la EsAvI fue el que reveló modelos con mayor variancia explicada por un conjunto de facetas de la BFP.
Palabras Clave: evaluación psicológica; impulsividad; personalidad; cinco grandes factores; psicometría; evidencia de validez
Abstract: The aim was to relate the personality traits with the impulsivity, studying evidence of convergent-discriminant validity for Bateria Fatorial de Personalidade (BFP) and Escala de Avaliação da Impulsividade (EsAvI). Participated 178 soldiers of the Military Police of Minas Gerais, Brazil. In the results, it was used the regression analysis by stepwise method, whereby predictors models were identified, which were composed of facets of the five personality factors, highlighting the factors ‘Emotional Instability’ and ‘Responsibility and Extraversion’ as the most related to impulsivity. It was also observed for factor Lack of Concentration and persistence ‘of ESAVI was revealed models with higher variance explained by a set of facets of BFP.
Key Words: psychological assessment; impulsivity; personality; five factor model; psychometric, evidence of validity
Correspondencia: Fabián J. M. Rueda. Universidade São Francisco. Brasil.
Correo Electrónico: fabian.rueda@usf.edu.br
Recibido: 10/2015
Revisado: 02/2016
Aceptado: 03/2016
Introducción
Aparentemente, muchas veces la impulsividad puede ser considerada un rasgo de la personalidad fácilmente observable en el cotidiano de las personas, pero en realidad su definición científica es algo compleja y ya ha sido estudiada por profesiones de diferentes áreas, como la psicología, la psiquiatría, la neurociencia, las ciencias sociales y hasta la filosofía. Evenden (1999), al proponer una revisión sobre el tema, mencionó que no existe una dimensión única cuando se trata de impulsividad, sino más bien diversas formas de comportamiento impulsivo. Además de eso, de acuerdo con Stanford et. al. (2009) existe interés social en estudiar la impulsividad, como una forma de entender mejor las diferencias individuales de sujetos normales, así como los comportamientos o disturbios psicopatológicos, además de entender sus impactos en varios dominios, tales como la salud mental, la justicia criminal, los negocios y la educación.
Whiteside y Lynam (2001) llamaron la atención sobre el hecho de que la impulsividad está presente en varios modelos que intentan explicar la personalidad, así como es un criterio diagnóstico importante en diversas psicopatologías y trastornos de control de impulsos descriptos en el Diagnostic and Statistical Manual for Mental Disorders (DSM-IV; American Psychiatric Association, 1994). Señalan, también, que hay una diversidad de conceptos para explicar la impulsividad.
En ese sentido, al tratar la importancia de la evaluación de la impulsividad en personas que usan armas de fuego, Pueyo (2003), compiló varias definiciones descriptas en la literatura. El autor señaló que la impulsividad está presente en la mayor parte de los comportamientos violentos y antisociales; en los trastornos de déficit de atención e hiperactividad; en los trastornos por abuso de substancias; entre otros. Las definiciones incluyen incapacidad para evaluar una situación de riesgo, tendencia a responder rápidamente a un estímulo sin reflexión previa, incapacidad de mantener la atención por un tiempo prolongado, dificultad de planear acciones, ausencia de premeditación y comportamiento intuitivo y espontáneo.
Pueyo (2003) además resaltó que, en general, las consecuencias de la impulsividad tienden a ser negativas, no sólo para el individuo que actúa de esa forma, sino que también para la sociedad. De esa forma, es considerada una característica negativa. Agregó que la impulsividad implica un agrupamiento de procesos emocionales, cognitivos y motivacionales que actúan en conjunto y, desde el punto de vista de la Psicología, sería posible discutir la impulsividad bajo tres aspectos. El primero sería el individual, como un comportamiento circunstancial de un individuo, al actuar sin reflexionar o de forma brusca; el segundo como una característica del sujeto que lo predispone a reaccionar, tomar decisiones y pensar impulsivamente, constante y rutinariamente, lo que se torna una forma de describirlo; y el tercer aspecto se refiere a la impulsividad como un síntoma de enfermedad mental, como la psicopatía o la esquizofrenia.
Uno de los autores que más se dedicó al estudio de la impulsividad fue Barratt (1959; 1963; 1981; 1993), que la definió como un rasgo de personalidad complejo, relacionado a una tendencia a realizar acciones motoras rápidas, no planeadas y con frecuencia ineficientes e incorrectas. Complementando ese concepto, Moeller, Barratt, Dougherty, Schimitz y Swann (2001) hablan de la impulsividad como una predisposición a reacciones rápidas y no planeadas a partir de estímulos internos o externos, sin que el individuo considere las consecuencias negativas que su reacción podría tener para sí o para otros. Señalan también que sujetos impulsivos no serían capaces de evaluar las consecuencias de sus acciones para sí mismos, ni tampoco para los demás. Así, una concepción que abarque las dimensiones sociales de la impulsividad debería considerar que ella, frecuentemente, trae un impacto no sólo para el sujeto, también para otras personas, principalmente cuando nos referimos a niveles elevados.
En 1959 Barratt creó una escala para evaluar la impulsividad, la Barratt Impulsivity Scale (BIS), actualmente en su décima primera versión. Inicialmente, tal escala fue creada con el objetivo de tratar de relacionar la impulsividad con la ansiedad y con la eficiencia psicomotora. En la versión actual (BIS-11), de Patton, Stanford y Barratt (1995), el análisis de componentes principales apuntó a la existencia de tres factores: el primero de ellos se refiere a la atención (dificultad para fijar la atención por un período grande de tiempo); el segundo se refiere a la impulsividad motora (actuar sin pensar) y el tercero a la falta de planeamiento (vivir el momento o incapacidad para planear acciones).
Otros autores que se dedicaron a entender e investigar el constructo impulsividad fueron Eysenck y Eysenck (1977), que en sus estudios propusieron un modelo de personalidad en el cual consideraban tres dimensiones principales: extraversión, inestabilidad emocional y psicoticismo, siendo que la primera abarcaría como rasgo subyacente la impulsividad, inicialmente representada por cuatro sub-factores. Posteriormente, perfeccionando sus proposiciones, los autores llegaron a dos sub-factores: el primero, ‘impulsividad’, estaría relacionado con las dimensiones extraversión, inestabilidad emocional y psicoticismo, mientras que el segundo, ‘la búsqueda de aventura’, se alinearía sólo con la extraversión. Vigil-Colet y Codorniu-Raga (2004) complementan que en la extraversión, la impulsividad indica que el individuo en su proceso de decisión, considera el riesgo e igualmente reacciona, mientras que en el psicoticismo, el sujeto desconsidera los riesgos y tampoco percibe las consecuencias en el transcurso de sus acciones.
En lo referente a la personalidad y su relación con la impulsividad, McCrae y Costa (1990) propusieron un modelo de personalidad conocido como el modelo de los cinco factores (Five Factor Model) que contempla los dominios: apertura a experiencias (openness to experience); responsabilidad (conscientiousness), extraversión (extraversion), sociabilidad (agreeableness) e inestabilidad emocional (neuroticism), y postulan que existen cuatro dimensiones subyacentes a tres de los dominios citados que revelan aspectos de la impulsividad. De esa forma, un autocontrol bajo sería medido por el sub-factor impulsividad vinculado a la inestabilidad emocional; autodisciplina y deliberación serían dos aspectos de la impulsividad presentes en la realización y, por fin, búsqueda de excitación estaría ligada a extraversión (Miller, 2003). Costa y McCrae (1995) describen que las personas impulsivas tienen dificultad para resistirse a hacer lo que no quieren, mientras que individuos con niveles bajos de autodisciplina no consiguen hacer lo que tiene que ser hecho. Además de eso, dicen que sujetos impulsivos pueden ser irritables, malhumorados, excitables, desorganizados y perezosos.
La investigación de Whiteside y Lynam (2001) tuvo como objetivo entender la naturaleza multifacética de la impulsividad a partir de su relación con modelos de los cinco factores, señalados por estudios anteriores. Los autores utilizaron varios instrumentos como fuente de factores de impulsividad y el NEO-PI-R (Costa y McCrae,1995), como medida de personalidad. El estudio de los autores corroboró el de McCrae y Costa (1990), pues también relacionaron los aspectos deliberación (factor inestabilidad emocional), impulsividad (factor extraversión), búsqueda de emoción (factor inestabilidad emocional) y autodisciplina (factor realización).
Para Whiteside y Lynam (2001), entender la estructura factorial de la impulsividad ofrece un cuadro potencialmente útil para la comprensión y el estudio de la personalidad, especialmente cuando es evidente que sus diferentes aspectos pueden ser emergentes del modelo de los cinco factores. De esa forma, en este estudio se buscó verificar cuánto los aspectos del modelo de los cinco grandes factores, obtenidos a partir de la Batería Factorial de Personalidad – BFP (Nunes, Hutz & Nunes, 2010), predicen rasgos latentes de la impulsividad, teniendo como medida los factores de la Escala de Evaluación de la Impulsividad (Rueda & Ávila-Batista, 2012). Como ya se mencionó, el modelo de los cinco grandes factores fue escogido por la gran cantidad de estudios realizados a lo largo de los años, además de incluir varios aspectos de la impulsividad. Ese tipo de análisis contribuirá con evidencia de validez convergente-discriminante para los instrumentos utilizados en la investigación, que son la BFP y la EsAvI.
Método
Participantes
Participaron del estudio 178 militares, con un mínimo de 15 años de carrera, candidatos en un concurso interno de una corporación militar brasileña, siendo 87,6% del sexo masculino, con edades entre 32 y 46 años (M=37,8; DT=2,82). Sobre su escolaridad, 51,7% poseía Enseñanza Secundaria completa y 39,4% tenía la Enseñanza Superior completa o incompleta.
Instrumentos
- Escala de Evaluación de la Impulsividad (Rueda & Ávila-Batista, 2012). La EsAvI es una escala compuesta por 31 ítems que evalúan la impulsividad en 4 dimensiones, que son: el Factor 1 -Falta de Concentración y de Persistencia (12 ítems)-, que se refiere a la incapacidad que el individuo tiene de mantener el foco en una determinada tarea o actividad por un tiempo prolongado sin dispersarse, así como dar continuidad a algo que había iniciado; el Factor 2 -Control Cognitivo (8 ítems)-, que se refiere a cuánto el individuo busca reflexionar sobre sus acciones, buscando evaluarlas antes de reaccionar o responder a los estímulos externos o internos; el Factor 3 -Proyección futura (5 ítems)-, hace mención a la capacidad de planear acciones cuyos efectos no se restringen al momento presente, o sea, los ítems se refieren a pensamientos sobre el futuro de la persona; y el Factor 4 -Audacia y Temeridad (6 ítems)-, que señala la incapacidad para evaluar situaciones que puedan envolver algún riesgo, así como refleja la búsqueda de sensaciones nuevas. Las respuestas a la EsAvI son en formato Likert de 5 puntos (variando desde ‘nunca’ hasta ‘siempre’).
La consigna de la escala informa que el individuo encontrará varias frases que se refieren a su manera de ser y/o de comportarse, debiendo leer con atención cada frase y señalar con una ‘X’ la alternativa que mejor lo describe. Algunos ejemplos de frases son: ‘Tengo dificultad para mantener la atención por largos períodos’ (Factor 1), ‘Antes de tomar una decisión analizo cuidadosamente la situación’ (Factor 2), ‘Pienso más en el futuro que en el presente’ (Factor 3) y ‘Me gusta asumir riesgos por más que no obtenga beneficios con eso’ (Factor 4).
Los autores investigaron las propiedades psicométricas de la EsAvI, encontrando una estructura factorial de cuatro dimensiones, cuya explicación de los factores fue de 43,01%, con valores propios mayores que 1. En relación a la confiabilidad, fue calculada a partir de los coeficientes alfa de Cronbach, y fueron encontrados índices variando de 0,62 a 0,87.
- Batería Factorial de Personalidad (Nunes, Hutz & Nunes, 2010). La BFP es compuesta por 126 ítems y evalúa la personalidad por medio del modelo de los Cinco Grandes Factores. Tales factores son Extraversión, Sociabilidad, Inestabilidad Emocional, Responsabilidad y Apertura a experiencias. ‘Extraversión’ (25 ítems) puede ser entendida como la manera por la cual los individuos se relacionan con los otros en lo que se refiere a cantidad e intensidad de las interacciones, así como cuánto son de comunicativos, activos y asertivos. Ese factor es representado por las facetas Nivel de comunicación (E1), Altivez (E2), Dinamismo (E3) e Interacciones sociales (E4).
La ‘Sociabilidad’ (28 ítems), a su vez, se refiere a la calidad de las relaciones interpersonales establecidas por el sujeto y la manera como se relaciona con los demás, abarcando características que van desde la empatía y generosidad hasta el cinismo y la manipulación y tiene como facetas: Amabilidad (S1), Pro-sociabilidad (S2), y Confianza en las personas (S3). El factor ‘Inestabilidad Emocional’ (29 ítems) se refiere a las características emocionales de las personas en lo que se refiere al grado de ajuste e inestabilidad, pudiendo señalar también cómo los individuos difieren al experimentar sufrimiento y angustia, así como otras molestias psicológicas; y tiene como facetas Vulnerabilidad (N1), Inestabilidad (N2), Pasividad (N3) y Depresión (N4).
Otro factor descripto en el modelo es la ‘Responsabilidad’ (21 ítems), que evalúa aspectos asociados a organización, persistencia y control. Abarcan características personales tales como confiabilidad, decisión, puntualidad y escrúpulo; así como en el polo opuesto abarca poco compromiso, pereza, negligencia y hedonismo. Incluye las facetas Competencia (R1), Prudencia (R2) y Empeño (R3). El último factor es ‘Apertura a experiencias’ (23 ítems) y apunta a características personales que revelan interés en explorar y valorizar nuevas experiencias o, en lo opuesto, describe el convencionalismo y la rigidez; y es representado por las facetas: Apertura a ideas (A1), Liberalismo (A2) y Búsqueda por novedades (A3).
El formato de respuestas de la BFP es una escala tipo Likert de siete puntos, variando desde ‘ese ítem me describe muy mal’ hasta ‘ese ítem me describe muy bien’. En relación a los índices de confiabilidad, fueron encontrados valores de alfa que variaron de 0,74 a 0,89.
Procedimiento
La aplicación de los instrumentos fue realizada en el aula, después de la etapa del examen psicológico del concurso al cual se candidateaban los militares, siendo que los instrumentos se aplicaron en una misma recolección de datos. Los participantes que estuvieron de acuerdo en participar de la investigación fueron divididos en grupos de 20, y la consigna fue dada por una única persona, a fin de mantener la uniformidad. El tiempo promedio de aplicación de la EsAvI fue de 20 minutos y de la BFP 45 minutos. Es importante destacar que la participación fue voluntaria y que los militares que aceptaron participar firmaron un documento que contenía la explicación de la investigación y garantizaba el anonimato y el resguardo de sus respuestas. Los datos fueron recolectados después del final del concurso interno, dejando claro que esto no supondría ninguna influencia en el resultado final del concurso. También es importante destacar que no hubo ningún tipo de compensación para participar de la investigación.
Análisis de datos
El estudio utilizó el análisis de regresión múltiple, por el método de stepwise, buscando caracterizar modelos predictivos entre los factores de la BFP y de sus facetas (variables independientes) en relación a los factores de la EsAvI (variables dependientes). Fue considerado un nivel de significación p<0,05.
Resultados
Inicialmente serán presentados los estadísticos descriptivos de los instrumentos utilizados, conforme se indica en la Tabla 1. Considerando que los factores de ambos instrumentos poseen diferente cantidad de ítems, las medias son presentadas pudiendo variar de 1 a 5 en el caso de la EsAvI y de 1 a 7 para la BFP.
En la Tabla 1 se puede observar que entre los factores de la EsAvI, el ‘Control cognitivo’ presentó el promedio mayor (M=4,18; DT=0,52), mientras que el menor promedio fue verificado en el factor ‘Falta de Concentración y de persistencia’ (M=2,06; DT=0,41). En relación a los factores de la BFP, se observaron promedios mayores para Socialización (M=5,83; DT=0,41) y Responsabilidad (M=5,73; DT=0,60).
En conformidad con la propuesta del trabajo, se presentan los resultados del análisis de regresión realizado, considerando como predictores los factores y las facetas del BFP, en relación a cada uno de los factores de la EsAvI. Antes de iniciar el análisis de regresión, se realizaron pruebas para verificar la multicolinearidad fueron realizadas, y no fueron encontrados valores que inviabilizasen la interpretación de los coeficientes encontrados, o sea, valores de VIF (Variance Inflation Factor) ajustados (Tabachinick & Fidell, 2007). En la Tabla 2 se encuentran los resultados.
De forma general, se verifico que apenas el factor ‘Proyección futura’ de la EsAvI presentó un modelo predictor, mientras que los demás mostraron solución de tres modelos. Se puede observar que la mejor predicción fue en relación al factor ‘Falta de Concentración y de Persistencia’, que se refiere a las características de personas incapaces de mantener el foco en una determinada actividad, o de dar continuidad a alguna tarea que esté en ejecución. De acuerdo con la relación revelada en el primer modelo, esas características son bastante predichas (β=0,65) por aspectos que se refieren a la fragilidad e inestabilidad emocional, indicados por el factor ‘Inestabilidad Emocional’. Siguiendo, el factor ‘Responsabilidad’ contribuyó inversamente con la predicción (β= -0,18), evidenciando que cuanto menor es la motivación para realizar determinadas actividades, mayor es la dificultad de mantenerse concentrado hasta el final de la tarea. Finalmente, el tercer modelo, cuya variancia explicada fue de 46%, tuvo la adicción del factor ‘Apertura a experiencias’, que se refiere al comportamiento de personas curiosas e imaginativas, que tienden a explorar nuevas ideas y conceptos.
A su vez, el factor ‘Control cognitivo’, que se refiere a que el individuo es capaz de reflexionar sobre sus acciones, tratando de evaluarlas antes de reaccionar a estímulos externos o internos, también fue explicado por tres modelos, con variancia total de 43%. Los rasgos de personalidad relacionados fueron ‘Responsabilidad’, ‘Inestabilidad emocional’ y ‘Extraversión’, respectivamente β=0,59; β=-0,28 y β=-0,17. Se observa que están relacionadas las características de personas perseverantes y que buscan alcanzar sus objetivos, de una forma que mantengan la estabilidad emocional y estén más focalizadas en los propios intereses.
Con apenas un modelo predictor el factor ‘Proyección futura’, presentó relación muy pequeña y solo con el factor ‘Sociabilidad’ (β=-0,17), con una variancia explicada de apenas 2%. De esa forma, la capacidad de planear acciones no sólo en el presente, podría estar relacionada a características de independencia y autonomía en las decisiones tomadas, sin preocuparse en atender a las necesidades de otras personas.
Finalmente, el factor ‘Audacia y temeridad’, cuyos ítems indican la incapacidad para evaluar situaciones que involucren algún riesgo o búsqueda de sensaciones nuevas, presentó como predictores los factores ‘Extraversión’ (β=0,47), ‘Inestabilidad emocional’ (β=0,16) y ‘Apertura a experiencias’ (β=0,15). Con eso, la tendencia a la búsqueda de contacto con otras personas, asociada a la vulnerabilidad emocional y apertura a nuevas ideas y acciones, se relaciona con la dificultad de evitar involucrarse en actividades peligrosas.
Analizando la Tabla 3 se observa la formación de 5 modelos predictivos en relación al factor ‘Falta de Concentración y de Persistencia’. En líneas generales, se visualiza que las facetas provenientes del factor ‘Inestabilidad emocional’ (N) y ‘Responsabilidad’ (R) fueron las más presentes en los modelos. En el modelo 1, la variable independiente que mejor predijo fue la faceta N3 (Pasividad), del factor Inestabilidad emocional, que trata de las características de personas que tienden a procrastinar actividades o dificultad de ejecutar tareas y explicó 40% de la variable. En el segundo modelo de la faceta N1 (Vulnerabilidad), aumenta la variancia explicada al 48%, incluyendo en esa variable las características relacionadas con fragilidad emocional. El modelo siguiente tuvo la participación de la faceta R2 (Prudencia), y el cuarto modelo incluyó la faceta A2 (Liberalismo), presentando aumento de 3% y 1% en la variabilidad, respectivamente. Por lo tanto, se puede observar que la relación de R2 con el factor de la EsAvI se da de manera inversa. El último modelo revelado quedó compuesto por las cuatro facetas ya presentadas y también la R1 (Competencia), cuya predicción final fue de 53%, y la asociación es inversa. Esas tres facetas aumentaron poco la variabilidad, a pesar de haber participado significativamente del modelo predictivo.
Teniendo en vista los modelos formados para el primer factor de la EsAvI, a continuación se presenta la Tabla 4, con los análisis de regresión realizados en el segundo factor, que refiere al ‘Control cognitivo’.
A partir de la Tabla 4 se verificó que, así como en la Tabla 2, existió la formación de 5 modelos predictivos. El primer modelo tiene 35% de la variancia explicada por la faceta R2 (Prudencia), reforzando el cuidado que los individuos tienen en relación a la forma de expresar opiniones o intereses. En los modelos siguientes fueron incluidas las facetas R1 (Competencia), N3 (Pasividad), R3 (Empeño) y S2 (Pro-sociabilidad), respectivamente para el segundo, tercero, cuarto y quinto modelo. El segundo modelo tiene características relacionadas a una actitud activa en la búsqueda de los objetivos. El tercero agregó características de pasividad frente a tareas, pero en sentido contrario. El cuarto reveló que también están relacionados aspectos que se refieren al nivel de exigencia personal. Por fin, el último modelo explicó 49% de la variancia e incluye acciones que se refieren a moralidad, leyes y comportamientos de riesgo o agresividad.
En la Tabla 5 se plantean los modelos que explican la variancia del factor ‘Proyección futura’.
De acuerdo con lo indicado en la Tabla 5, el factor ‘Proyección futura’ fue el que presentó la menor cantidad de modelos predictores y, por lo tanto, reveló la menor variancia explicada a partir de las facetas de la BFP. El primer modelo contó con la inclusión de la faceta S3 (Confianza en las personas), y el modelo siguiente con la E1 (Nivel de comunicación), cuyas predicciones fueron de 4% y 6%, respectivamente. Así, las características que se refieren a personas que no confían o creen en los otros, asociadas a los rasgos de personas comunicativas y expansivas, contribuyen, aunque mínimamente, con la predicción de la capacidad de planear acciones cuyos efectos no se restringen al momento presente.
El último factor de la EsAvI también fue relacionado con las facetas de la BFP, la que se observa en la Tabla 6.
Así como los factores ‘Falta de Concentración y de Persistencia’ y ‘Control Cognitivo’, en el factor ‘Audacia y Temeridad’ de la EsAvI existió la formación de 5 modelos predictores. El primer modelo observado tuvo 18% de la variancia explicada por la faceta E4 (Interacciones sociales), que representa personas que procuran interrelacionarse socialmente. El último modelo, con una varianzaxplicada de 33%, tiene un mayor peso de las facetas E2 (Altivez), A3 (Búsqueda por novedades), R1 (Competencia) y S2 (Pro-sociabilidad), que presentan, respectivamente, la percepción valorizada de su capacidad, la preferencia por experimentar nuevas situaciones y acciones, el reconocimiento de empeño en el cumplimiento de metas y, por fin, comportamientos de riesgo, confrontación con la ley y actos contra la moral.
Para confirmar la confiabilidad de los resultados obtenidos, se calculó el coeficiente alfa para los factores de la EsAvI y de la BFP. Para los cuatro factores de impulsividad fueron encontrados valores que variaron entre 0,56 (Audacia y Temeridad) y 0,84 (Control Cognitivo). En relación a los cinco factores de la personalidad, los valores variaron de 0,65 (Apertura a experiencias) a 0,84 (Extraversión).
Discusión
El estudio fue propuesto considerando que el constructo impulsividad es un rasgo de la personalidad fácilmente observable en lo cotidiano, pero de compleja definición. De ese modo, comprender la relación de la impulsividad, especialmente cuando sus aspectos son discutidos a partir de un modelo factorial de la personalidad consistente, como es el caso del modelo de los cinco grandes factores, se torna imprescindible, como ya lo indicaron Whiteside y Lynam (2001). Además de eso, estudiar una medida válida para ese constructo también es relevante, considerando su aplicabilidad en diversos contextos de evaluación, como por ejemplo, tránsito, porte de armas de fuego, procesos selectivos, contextos judiciales, entre otros. Por lo tanto, este estudio tuvo la finalidad de verificar en cuánto las facetas del modelo de los cinco grandes factores, obtenidas a partir de la Batería Factorial de Personalidad (Nunes, Hutz & Nunes, 2010), predicen rasgos latentes de la impulsividad, teniendo como medida los factores de la Escala de Evaluación de la Impulsividad (Rueda & Ávila-Batista, 2012); lo que puede ser considerada una evidencia de validez del tipo convergente-discriminante.
A partir de los resultados se verificó que al ser evidenciados modelos predictores, las facetas correspondientes a Inestabilidad Emocional y Responsabilidad, fueron aquellas fuertemente presentes en los modelos de los factores ‘Falta de Concentración y de Persistencia’ y ‘Control cognitivo’ de la EsAvI. A su vez, la faceta Extraversión se mostró como una predictora fuerte en el factor ‘Audacia y Temeridad’. Esos resultados corroboran lo señalado por Costa y McCrae (1992), McCrae y Costa (1990), Miller (2003) y Whiteside y Lynam (2001), al prever una relación más fuerte con las tres facetas indicadas. Por otro lado, se debe mencionar que ‘Apertura a experiencias’ y ‘Sociabilidad’ también contribuyeron con sus facetas en los modelos predictores, lo que representa una relación, aunque baja, con la impulsividad.
En síntesis, de los cuatro factores de la EsAvI, se puede observar que el factor ‘Falta de Concentración y de Persistencia’ fue el que mostró modelos con mayor variancia explicada por un conjunto de facetas de la BFP. Tal hecho evidencia una relación más fuerte entre ese factor con algunos rasgos de la personalidad. Por ejemplo, los datos de este estudio confirman los de Schreiber, Grant e Odlaug (2012) e Velotti e Garofalo (2015), que también identificaron la relación entre ‘Inestabilidad emocional’ e impulsividad. Por otro lado, el factor ‘Proyección futura’ presentó una predicción prácticamente nula en relación a las facetas, lo que puede ser atribuido a la presencia de características puramente cognitivas. Ese resultado está de acuerdo al encontrado por Whiteside e Lynam (2001), y muestra que sujetos organizados, concentrados, sociables y confiables tienden a pensar antes de responder a estímulos.
La confirmación del carácter predictor de los rasgos de personalidad en relación a los factores evaluados de la impulsividad, como la combinación de procesos emocionales, cognitivos y motivacionales que actúan en conjunto, conforme señaló Pueyo (2003), ofrecen al área de la Psicología, y en especial a la Evaluación Psicológica, un argumento consistente para la verificación de aspectos de la normalidad del individuo. Además de eso, se torna una fuente de información sólida de apoyo en la toma de decisiones, especialmente en áreas como la salud mental, la justicia criminal, los negocios y la educación. Esas decisiones sólo pueden estar sustentadas si se considera la utilización de instrumentos con propiedades psicométricas adecuadas, siendo esa una de las contribuciones de este estudio. En ese sentido, se cumplió uno de los objetivos, que era obtener evidencia de validez convergente-discriminante para las escalas BFP (Nunes, Hutz & Nunes, 2010) e EsAvI (Rueda & Ávila-Batista, 2012).
En tanto, no fue objetivo de este trabajo estratificar la relación entre las variables, reconociendo las limitaciones del estudio y la amplitud de los constructos investigados. Una limitación de la investigación fue la característica restricta de la muestra, en tanto todos son militares, y también las características que se señalaron en el método. Vale también indicar que el instrumento de impulsividad es una escala de auto relato, en la cual el sujeto puede responder de acuerdo con su deseabilidad social, o tratando de manipular los resultados. Por otro lado, el hecho de que los sujetos muestrales estuvieran participando de un concurso interno de las fuerzas militares brasileras también puede influir para que los mismos traten de responder de la forma más adecuada posible.
Por fin, se sugiere para nuevas investigaciones el uso de otros modelos explicativos de la personalidad, así como la aplicación de otros instrumentos que evalúen los constructos aquí investigados; recurriendo además a otras pruebas estadísticas, a fin de confirmar o refutar los resultados presentados. Otras pruebas estadísticas, modelos de mediación o que utilicen la teoría de respuesta al ítem pueden ser utilizados para contribuir y perfeccionar los conocimientos existentes sobre la relación entre los constructos.
Referencias
Barratt, E. S. (1959). Anxiety and Impulsiveness related to psychomotor efficiency. Perceptual and Motor Skills, 9, 191-198.
Barratt, E. S. (1993). Impulsivity: Integrating cognitive, behavioral, biological, and enviromental data. Em W. G., McCown, J. L. Johnson & M. B. Shure. The impulsive Client, 39-53. Washington, DC: American Psychological Association.
Barratt, E., Patton, J., Olsson, N., & Zucker, G. (1981). Impulsivity and paced tapping. Journal of Motor Behavior, 13, 286-300.
Barratt, E.S. & White, R. (1963). Impulsiveness and anxiety related to medical student’s performance and attitudes. Journal of Medical Education, 44, 604-607.
Costa, P.T. & McCrae, R. R. (1995). Domains and Facets: Hierarchical Personality Assessment Using the Revised NEO Personality Inventory. Journal of Personality Assessment, 64(1), 21-50.
Evenden, J. L. (1999). Varieties of impulsivity. Psychopharmacology, 146, 348-361.
Eysenck, S. B. G. & Eysenck, H. J. (1977). The place of impulsiveness in a dimensional system of personality description. British Journal of Social and Clinical Psychology, 16, 57-68.
McCrae, R. R. & Costa, P. T. Jr (1990). Personality in adulthood. New York: Guilford.
Miller, E. (2003). The Measurement of Impulsivity. (Tesis doctoral). Coventry University, School of Health and Social Sciences and University of Warwick.
Moeller, F. G., Barratt, E. S., Dougherty, D. M., Schimitz, J. M., & Swann, A. C. (2001). Psychiatric Aspects of Impulsivity. American Journal of Psychiatry, 158 (11), 1783-1793.
Nunes, C. H. S. S., Hutz, C. S. & Nunes, M. F. O. (2010). Bateria Fatorial de Personalidade (BFP). São Paulo: Casa do Psicólogo.
Patton, J. H., Stanford, M. S., & Barratt, E. S. (1995). Factor Structure of the Barratt Impulsiveness Scale. Journal of Clinical Psychology, 51, 768-784.
Pueyo, A. A. (2003). Evaluación de la impulsividad y riesgo en el uso de armas de fuego en policías y fuerzas de seguridad. Recuperado em 05 de março de 2011 de http://www.raco.cat/index.php/RCSP/article/view/130953/180719
Rueda, F. M. J. & Ávila-Batista, A. C. (2012). Escala de Avaliação da Impulsividade – EsAvI – Formas A e B. São Paulo: Vetor Editora Psicopedagógica Ltda.
Schreiber, L. R. N; Grant, J. E., & Odlaug, B. L. (2012). Emotion regulation and impulsivity in young adults. Journal of Psychiatric Research. 46, 651-658. doi: 10.1016/j.psychires.2012.02.005
Stanford, M. S., Mathias, C. W., Dougherty, D. M., Lake, S. L., Anderson, N. E., & Patton, J. H. (2009). Fifty years of the Barratt Impulsiveness Scale: An update and review. Personality and Individual Differences, 47, 385-395.
Tabachinick, B. G. & Fidell, L. S. (2007). Using multivariate statistics. (5ª Ed.). New York: Pearson Education, Inc.
Velotti, P. & Garofalo, C. (2015). Personality styles in a non-clinical sample: The role of emotion dysregulation and impulsivity. Personality and Individual Differences, 79, 44-49. doi: 10.1016/j.paid.2015.01.046.
Vigil-Colet, A. & Codorniu-Raga, M. J. (2004). Aggression and inhibition deficits, the role of functional and dysfunctional impulsivity. Personality and Individual Differences, 37, 1431–1440.
Whiteside, S. P. & Lynam, D.R. (2001). The Five Factor Model and impulsivity: using a structural model of personality to understand impulsivity. Personality and Individual Difference, 30, 669-689.
Para citar este artículo:
Rueda, F.J.M., Pinto, L.P., & Ávila-Batista, A.C. (2016). Impulsividad y facetas de la personalidad: relación entre instrumentos de medida. Ciencias Psicológicas, 10(1), 7-16.