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Archivos de Medicina Interna
versión impresa ISSN 0250-3816versión On-line ISSN 1688-423X
Arch. Med Int vol.32 no.1 Montevideo mar. 2010
Conferencia
Tratamiento del dolor neuropático
Treatment of neuropathic pain
Dra. Ana Laura Quijano
Asistente. Policlínica para el estudio y tratamiento del dolor. Clínica Médica “B”. Hospital de Clínicas. E Mail: clmedicab@gmail.com Facultad de Medicina. UdelaR. Montevideo
Conferencia realizada el 19 de mayo de 2009 durante el 14º Curso de Actualización en Medicina. Clínica Médica “B”. 19 y 20 de mayo de 2009. Salón de Conferencias, Intendencia Municipal de Montevideo.Correspondencia: Dra. Ana L. Quijano.E-mail: clmedicab@gmail.com, Clínica Médica “B”, Hospital de Clínicas p.12. Avd. Italia S/N 11600. Montevideo. Uruguay
Introducción
El dolor neuropático es el que aparece luego de una injuria o disfunción del sistema nervioso, es así como lo define la Asociación Internacional para el estudio del dolor (IASP) 1;
Por lo general se trata de un dolor crónico y severo y de muy difícil tratamiento. Esto trae consecuencias devastadoras para el paciente y su familia.
Se estima que el 3% de la población mundial sufre de dolor neuropático, si bien este dato puede estar subestimado por la diversidad de condiciones que pueden estar implicados en este tipo de dolor 2.
Existen múltiples entidades que pueden manifestarse con las características de dolor neuropático como: dolor de tipo central por afectación encefálica (ejemplo: dolor talámico), dolor generado a nivel de la médula espinal; y las neuropatías dolorosas periféricas (radiculopatías, neuropatía diabética, neuralgia post herpética, neuropatías relacionadas con enfermedades sistémicas como neoplasias o en pacientes VIH-SIDA, entre otros)
Clínica y diagnóstico
El dolor neuropático tiene algunas característica clínicas muy orientadoras para el diagnóstico y habitualmente no se requiere de exámenes paraclínicos par su diagnóstico. Ya mencionamos que es percibido como un dolor muy intenso que inhabilita tanto a las actividades diarias así como impide el buen descanso nocturno generando consecuencias negativas en la salud del individuo que lo sufre 3,4. El dolor puede ser continuo o permanente y con exacerbaciones. Se trata de un dolor lancinante, punzante e intenso. Es percibido por el paciente como una “corriente eléctrica”, “quemazón” y “hormigueo” en 53, 54 y 48% respectivamente 5. Un elemento fundamental para la orientación diagnóstica es la existencia de alodinia; ésta se define como el dolor provocado por un estímulo no doloroso (ejemplo: roce de la ropa) y se debe al fenómeno conocido como sensibilización central. También se asocia a hiperalgesia (percepción de mayor dolor desencadenado por un estímulo doloroso), parestesias (distorsión de la sensibilidad espontánea o provocada, percibida sin desagrado), disestesias (percepción desagradable espontánea o provocada). Estos elementos pueden intrincarse, cambiar de características o agregar sintomatología, incluso se puede observar un incremento del dolor por estrés emocional 6,7.
Es importante detectar condiciones asociadas o abuso de sustancias que puedan ser el origen del dolor neuropático. Por ejemplo: antecedentes de diabetes, accidente cerebrovascular, neoplasias, abuso de alcohol y otros tóxicos, tratamientos farmacológicos, etc.
El examen físico puede poner de manifiesto lesiones de piel o cambios en su coloración, alteraciones disautonómicas locales, amiotrofia. Se destacan las alteraciones de la sensibilidad (tactil superficial, térmica, etc), que evocan la presencia de alodinia e hiperalgesia. Dichos hallazgos se distribuirán según la región afectada (dermatomas). Los reflejos osteotendinosos pueden estar disminuidos. La fuerza, tono y coordinación están indemnes en las primeras etapas 2,6. En la Tabla I se esquematizan diferentes situaciones que presentan dolor neuropático y que se observan frecuentemente en la práctica clínica. Hay escalas aceptadas a nivel mundial que permiten acercarse aldiagnóstico de dolor neuropático. Una de las más utilizadas es la escala de Lanss 8.
No hay evidencia que exista algún test complementario para hacer diagnóstico de neuropatía dolorosa. La evaluación paraclínica debe estar orientada para detectar una enfermedad subyacente y que su manifestación clínica es a través de dolor neuropático. Es importante entonces solicitar exámenes complementarios que detecten: diabetes, hipotiroidismo, neoplasias, serología para VIH, entre otros, orientando su solicitud según cada paciente en particular.
La alteración de las fibras aferentes mielínicas (Ad) y las no mielínicas (fibras C), como en todo dolor, serían las responsables del dolor neuropático, estas se vinculan con otras funciones como la apreciación del estímulo doloroso, actividad autonómica y la percepción de la temperatura. Hasta el momento no hay ningún parámetro clínico o paraclínico que manifieste su daño 6. Una aproximación cercana es el estudio de la conducción nerviosa y el electromiograma, estos determinan la velocidad de conducción y las eventuales alteraciones de los potenciales evocados, tanto sensitivos como motores. Un decremento de la velocidad de conducción o una disminución de los potenciales evocados pondría de manifiesto una neuropatía. El daño miopático de estar presente, se evidencia a través de electromiograma.
Fisiopatología
El dolor neuropático es el resultado de la lesión del sistema nervioso y en general se acompaña de otros signos generadores de la noxa.
La mayoría de las afecciones determinan daño a nivel del Sistema nervioso periférico (SNP) y en menor medida la alteración primaria surge desde el Sistema nervioso central (SNC), si bien en algunos casos pueden coexistir ambos mecanismos. En la perpetuación del dolor estaría involucrado el Sistema nervioso simpático 2. Se han descrito varios modelos para explicar le génesis del dolor neuropático, en todos ellos se observan señales alteradas tanto en la recepción, modulación y transmisión de los impulsos nerviosos 7.
Mecanismos periféricos
El daño inicial lleva a la formación de contactos anómalos, esto gatilla la actividad en un nervio específico que a su vez estimula a otros nervios. En el caso de la formación de neuromas (regeneración luego del daño nervioso) existe un número mayor de receptores adrenérgicos, lo que determina una actividad mucho mayor que la normal. Este mecanismo incluye un aumento en la expresión de los canales de Sodio. La desmielinización del nervio alterado contribuye a una mayor excitabilidad. Existe también un aumento del voltaje de los canales de Calcio. El calcio entra a través de estos canales y es necesario para la liberación de la sustancia P y glutamato. Dentro del ganglio de la raíz dorsal hay un aumento en la expresión de la subunidad a-2-delta que se correlaciona con el voltaje de los canales de calcio y con la duración de la alodinia. Esto es importante porque la gabapentina y la pregabalina son antagonistas a-2-delta y canales de calcio voltaje dependientes.
Mecanismos centrales
El estímulo doloroso mantenido lleva a la sensibilización central espinal que se debe al aumento en la sensibilidad de la neurona espinal, a la reducción del umbral de activación y al aumento de la respuesta en la entrada sináptica. Este mecanismo es mediado por los receptores NMDA (N-metil-d-aspartato), el bloqueo de los mismos aliviaría el dolor pero los fármacos que están disponibles tienen una estrecha ventana terapéutica. La activación de las vías descendente (sustancia gris periacueductal) contribuyen a la acción de los opioides y antidepresivos.
El mantenimiento del dolor por el Sistema nervioso simpático puede ser explicado por un aumento de neuronas sensoriales injuriadas y en el crecimiento de fibras simpáticas en la piel.
Tratamiento
El paciente que sufre de un dolor neuropático, sufre de dolor crónico, por lo tanto el abordaje terapéutico va más allá de los aspectos farmacológicos. Debe ser evaluado y asistido de manera integral por un equipo multidisciplinario con capacidad para brindar al paciente, además del tratamiento farmacológico más adecuado, información, contención y rehabilitación. Se deberán explicar los objetivos del tratamiento y trabajarlos en conjunto con el paciente. Esto es importante ya que en general el paciente busca el alivio inmediato del dolor, pero nuestros objetivos serán: reducir o eliminar el dolor en un período prolongado, mejorar la función, el sueño, el humor y tratar las alteraciones psicopatológicas asociadas, para que el paciente pueda reinsertarse en su medio laboral y social. Se estimulará entre otras cosas la realización de ejercicio para el reacondicionamiento físico, terapia ocupacional y actividades recreativas. El tratamiento psicológico se orienta a los síntomas de depresión y ansiedad y el manejo de la tensión.
Tratamiento farmacológico
Ningún fármaco ha demostrado beneficio total y exclusivo para el tratamiento del dolor neuropático. Los fármacos que más se utilizan son coadyuvantes del dolor ya que los analgésicos no brindan mayores beneficios. El tratamiento debe ser individualizado seleccionando el fármaco más adecuado para nuestro paciente teniendo en cuenta el tipo de dolor neuropático, la edad, comorbilidades asociadas, etc.
En múltiples ocasiones el paciente se beneficiará de la asociación de 2 o más fármacos. Debemos comenzar el tratamiento con la dosis mínima tolerada y aumentar progresivamente hasta llegar al objetivo o a la aparición de efectos adversos. Estos últimos se minimizan con el uso de dosis escalonadas.
En la Tabla II se muestran los diferentes fármacos, sus efectos adversos, dosis e indicaciones principales para el tratamiento del dolor neuropático.
Antidepresivos
Antidepresivos tricíclicos: Son fármacos de primera línea para el tratamiento del dolor neuropático 9,10. Han demostrado ser efectivos en el tratamiento del dolor neuropático, reduciendo significativamente la percepción del mismo. El mecanismo analgésico fundamental es el bloqueo de la recaptación de serotonina y noradrenalina (con una predominancia de esta última), además son antagonistas de los receptores NMDA y bloqueadores de los canales de sodio. El más utilizado es la Amitriptilina, tiene como ventajas un efecto sedativo y si se administra en la noche favorece el buen descanso nocturno. Sus desventajas son los efectos secundarios: sedación excesiva, sequedad de boca, hipotensión ortostática, retención aguda de orina, entre otros. Los primeros se pueden minimizar utilizando al inicio del tratamiento dosis bajas (12,5 mg) y aumentar si no aparecen efectos adversos a la dosis objetivo (25 mg). Está contraindicado su uso en paciente portadores de glaucoma de ángulo cerrado e hipertrofia prostática sintomática y embarazo.
Otros antidepresivos: La Venlafaxina y la Duloxetina son recaptadores selectivos de la noradrenalina y la serotonina y no han demostrado mayor beneficio que la Amitriptilina 2. Ambos mejoran los estados depresivos, además de aliviar el dolor neuropático 9. En un estudio prospectivo Español, de 180 casos se compararon los efectos en el dolor neuropático entre la Amitriptilina y la Duloxetina; se llegó a la conclusión que los beneficios para el alivio del dolor son similares entre ambos. Como beneficio de la Duloxetina ante la Amitriptilina es el menor porcentaje de efectos adversos de la primera 11.
Otros estudios avalan el uso de Duloxetina para el tratamiento de la depresión, la incontinencia urinaria y la neuropatía diabética 12. La dosis recomendada para el tratamiento del dolor neuropático es entre 60 y 120 mg día. Algunos autores recomiendan iniciar con 30 mg/día para minimizar los efectos adversos 9,11.
La Venlafaxina se debe utilizar con precaución en pacientes con Cardiopatía de base e hipertensos. No se recomienda discontinuar abruptamente su uso 9.
La Insuficiencia renal, disfunción hepatocítica y el abuso de alcohol deben ser tomados en cuenta a la hora de indicar duloxetina ya que puede ser riesgoso su ingesta en esta situaciones 9.
Los Inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (IRSR) no han demostrado beneficio para el tratamiento de este tipo de dolor 2.
Anticonvulsivantes
Los anticonvulsivantes han demostrado efecto beneficioso en las neuropatías dolorosas. La Carbamazepina (CBZ) y la Difenilhidantoína (DFH) han demostrado su beneficio en la neuropatía diabética, sin embargo no son fármacos de primera línea ya que tienen muchos efectos adversos 2. En la única situación, refiriéndonos a neuropatías dolorosas, en la cual la CBZ está indicada como fármaco de primera elección es en la neuralgia del trigémino 2,13. Los efectos no deseados pueden minimizarse si se utilizan dosis escalonadas. Se recomienda comenzar con 200 mg/día y ascender gradualmente hasta el alivio del dolor con una dosis máxima de 800 a 1200mg/día. La Oxcarbazepina es un metabolito de la CBZ y parece ser mejor tolerada10, pero la evidencia que hay hasta el momento es controversial para recomendar su uso 9.
La Gabapentina y la pregabalina por su mecanismo de acción, antagonistas a-2-delta y canales de calcio voltaje dependientes, están indicados en el tratamiento de las neuropatías dolorosas. Tienen un excelente efecto analgésico, así como también mejoran el humor y la calidad del sueño 2,9. La pregabalina además tiene otro efecto adicional beneficioso que es la mejoría de los estados ansiosos9. La precaución que se debe manejar en ambos casos es la Insuficiencia renal.
Las dosis recomendadas para la gabapentina son: iniciar con 100 a 300 mg/noche o dividido en tres tomas diarias para aumentar paulatinamente (cada 1 a 7 días) hasta una dosis máxima de 3.600 mg/día (1.200 mg c/8hs minimiza el daño renal).
Para la pregabalina se recomienda: iniciar con 75 mg/día, aumentar cada 7 días hasta 600 mg/día fraccionado en dos o tres veces día 9.
Otros antiepilépticos: No hay evidencia suficiente que sustente el benefico del tratamiento con Valproato, Lamotrigina o Topiramato 2,9.
Analgésicos Opioides
Son fármacos de segunda línea en el tratamiento del dolor neuropático. Resultan útiles cuando fracasa el tratamiento con los fármacos de primera línea (antidepresivos y antiepilépticos) y son utilizados habitualmente en la práctica a pesar de que el nivel de evidencia continúa siendo controversial2,14.
Sin embargo más recientemente, hay trabajos que muestran beneficio, tanto en su uso aislado o combinado con alguno de los grupos anteriores 15.
El beneficio mayor de éste tipo de analgésico es su rápido efecto. Se debe tener precaución a la hora de indicarlos si el paciente tiene historia de abuso a drogas 9.
Los más utilizados son el Tramadol, en el grupo de los opioides menores, y entre los mayores se usan la Morfina, la Metadona y el Fentanil 2,9,14.
Antagonistas de los receptores MNDA
Por su mecanismo de acción podría ser beneficioso su uso, pero dado que la mayoría de estos fármacos tienen importantes efectos secundarios, el uso en la práctica médica es muy limitado.
La evidencia de su eficacia es controversial 2, por ejemplo para el Dextromethorfan los resultados obtenidos de estudios controlados para el dolor neuropático son inciertos, podría ser beneficioso en la neuropatía diabética 2,9.
Otros fármacos
El ácido alfalipoico demostró ser beneficioso para el tratamiento de la polineuropatía diabética sintomática, observándose una franca disminución de la sintomatología luego de 5 semanas de uso continuado. Se sugiere una dosis de 600 mg/día ya que mejora el dolor y es bien tolerada por el paciente. Los efectos secundarios que más se observan son: nauseas, vómitos y vértigos 16.
Mexiletina es un análogo oral de la lidocaína, no se ha demostrado superioridad frente a placebo para el tratamiento del dolor neuropático 2,9.
Cannabinoides: sus derivados son beneficiosos en el dolor neuropático asociado a esclerosis múltiple y se recomienda su uso en esta situación 9.
Agentes de uso tópico
Los parches de lidocaína al 5% han demostrado beneficio en la neuralgia post-herpética 2,9.
Sus escasos efectos adversos y la ausencia de interacción farmacológica hacen del mismo una buena opción, sobre todo en los pacientes con múltiples fármacos y rebeldes al tratamiento 9,17.
La evidencia del uso de la Capsaicina tópica es controversial 2,9.
Técnicas invasivas
Deben ser considerados sólo cuando el tratamiento médico fracasa. Los procedimientos recomendados varían según cada neuropatía. Es así que para el dolor radicular la técnica más utilizada es el bloqueo epidural o perineural con anestésicos o corticodes, en cambio para la neuralgia del trigémino el procedimiento de elección es la ablación del ganglio de Gasser (Rizotomía) 2,18. Otras técnicas son: Inserción de estimuladores espinales o colocación de bombas de infusión analgésicas intratecales 2.
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