La publicación de los resultados experimentales a través de artículos en revistas especializadas arbitradas es el medio por el que normalmente se comunican los de trabajos de investigación originales. Esto es un medio para difundir resultados científicos, muchas veces muy específicos, y que en general no van a tener una aplicación directa, sino que contribuyen a la comprensión de los temas o a sentar bases para aplicaciones. Difícilmente se pueda lograr el desarrollo de tecnologías directamente aplicables a partir de uno o de unos pocos experimentos, además de que antes de su aplicación, sus posibles ventajas deberían ser validadas en cada realidad concreta. Al mismo tiempo, los resultados no comunicados, o sea, no publicados, son inexistentes para el resto de la comunidad científica. Ello determina que no sean considerados por otros investigadores en el momento en que diseñan nuevos experimentos, lo que puede determinar la repetición de trabajos ya realizados simplemente porque la información sobre los mismos no está disponible. Tampoco esos resultados podrán ser considerados al momento de postular nuevas hipótesis, lo que limita la velocidad de avance de la ciencia.
Si bien los sistemas varían entre revistas, en la mayoría de estas los trabajos enviados son revisados por dos árbitros anónimos, quienes recomendarán al editor científico la aceptación o no del trabajo, o las modificaciones requeridas para ello. En general, los editores buscan investigadores de referencia en el tema, elaboran comentarios y realizan aportes constructivos que permiten mejorar la calidad de los trabajos enviados en el caso de que ameriten ser publicados. Por ello, la retroalimentación de los revisores debe considerarse no solamente como una forma de evaluación de cada artículo, sino como una estrategia de crecimiento científico de una comunidad. En países como Uruguay la comunidad científica es pequeña, no llegando a 2000 investigadores en el Sistema Nacional de Investigadores (SNI). Más aún, en el área Ciencias Agrarias hay actualmente poco más de 200 investigadores categorizados en el SNI. En muchas áreas de conocimiento específicas no existen más que uno o dos grupos de investigación trabajando, lo que sin duda limita enormemente la posibilidad de intercambios y evaluaciones exigentes de los trabajos, por lo que en muchas ocasiones la evaluación de los trabajos por parte de científicos extranjeros se convierte en la única retroalimentación que tienen los investigadores locales para mejorar su trabajo. Por tanto, el envío de trabajos a ser evaluados por científicos consolidados, permitiendo interactuar con referentes de los temas que trabajan en otros países, es una estrategia de desarrollo científico en áreas del conocimiento con poco desarrollo a nivel local.
Más allá de que cualquier sistema de evaluación es imperfecto, más cuando se trata de evaluaciones que no son estandarizables, como en el caso de los artículos de investigación, la existencia de la misma aumenta las garantías de la calidad de lo que se publica. Pero además de esto, la revisión por pares debería ser considerado una estrategia central de desarrollo científico en un medio pequeño, donde existen limitantes de espacios donde interactuar y de capacidades y fortalezas disponibles en muchos temas. Es frecuente que, al no contar con interlocutores locales formados en muchas temáticas, quienes trabajan en ellas no tengan retroalimentaciones que les permitan mejorar su actividad. La receptividad a las críticas, y la consideración de las mismas para mejorar las capacidades en diferentes líneas de investigación es esencial a la actividad en sí misma. En este sentido, sobre todo para quienes se están iniciando en la investigación, el arbitraje es una fuente de aprendizaje de alto valor. Por ello, más que como un filtro, debería ser considerado como un insumo para mejorar el análisis e interpretación de sus resultados, y por tanto la presentación de sus trabajos. Por tanto, además del proceso individual, la exposición al arbitraje, la evaluación y la crítica debería considerarse como una estrategia central para mejorar la calidad científica en cualquier ámbito, institución, o país. Esto permitiría indirectamente acceder a intercambios con quienes tienen trayectoria y formación en áreas en las que la falta de masa crítica local pueda impedir desarrollar o consolidar la investigación de calidad.