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Páginas de Educación
versión On-line ISSN 1688-7468
Pág. Educ. vol.9 no.1 Montevideo jun. 2016
Viaje a la Escuela del Siglo XXI: Así trabajan los colegios más innovadores del mundo, de Alfredo Hernando Calvo. Madrid: Fundación Telefónica, 2015. 199 págs.
“Explorar para Inspirar para Transformar”. Así comienza el libro, o más bien lo que podríamos llamar un viaje de múltiples descubrimientos, en el cual, el autor, Alfredo Hernando Calvo, nos hace visitar de forma imaginaria, aunque muy realista en sus detalles, los centros educativos más innovadores (y por qué no pintorescos) del mundo.
En el golfo de Bengala (Bangladesh) un maestro tiene una “escuela barco”, en India existe una escuela en la que el currículum es construido por todos los habitantes de la comunidad y en New York los niños tienen la oportunidad de realizar las tareas de la escuela en una “Tienda de suministros para superhéroes”. Esto es solo una muestra de lo que este viaje tiene para ofrecer.
El autor, de origen español, es psicólogo e investigador, y ha estado de visita en más de una oportunidad en nuestro país. Desde el año 2013, lidera el proyecto “Escuela 21”, con el cual emprendió un viaje de dos años para conocer in situ los centros educativos más innovadores del mundo.
Pero antes de continuar, será necesario dejar enmarcado lo que Hernando considera como Escuelas 21. A continuación se mencionarán algunas citas del libro donde se deja de manifiesto la impronta de estas escuelas: “Cuando una escuela actúa, cambia, crece y se desarrolla atenta al presente, a la investigación y a la realidad global y local, descubre su identidad de Escuela 21”. “Una escuela donde los profesores programan juntos, tienen diálogos sobre su práctica en el aula. (…) Una escuela con proyectos originales y creativos, que nacen del corazón de cada estudiante y que se relacionan con los grandes interrogantes de nuestro futuro” (p. 10). “Las Escuelas 21 giran en torno al aprendizaje. Un aprendizaje compartido entre iguales, tanto de alumnos como profesores” (p. 47).
A primera vista este libro nos recuerda a una bitácora de viaje y eso es lo que el autor nos quiere transmitir. Al comienzo de cada capítulo (15 en total) se presenta una ilustración relacionada con el tema y un código QR que permite acceder a un vídeo. En la esquina superior derecha se visualizan cuatro íconos diferentes, cada uno de ellos con un objetivo específico: diferenciar las cuatro partes en las que se divide cada capítulo. La primera parte se refiere al “Viaje”. El autor nos lleva a los lugares más remotos del mundo, como Bangladesh por ejemplo, y a través de una narrativa muy amigable, nos cuenta las experiencias vividas en cada una de las escuelas que ha visitado.
La segunda parte del capítulo hace referencia a la “Idea”. Es decir, las razones que fundamentan la experiencia de transformación de cada escuela, la metodología en la que se sustenta.
La tercera parte hace referencia al “Método”. En esta sección, se abordan las diferentes herramientas que utilizan estas escuelas para poder llevar a cabo los diferentes procesos de innovación.
Por último nos encontramos con “Acción”. Esta sección nos invita a involucrarnos de lleno en las ideas y métodos a través de diferentes propuestas que nos brinda el autor para aplicarlas en nuestras aulas.
El libro realiza un recorrido por varias escuelas innovadoras, de las cuáles se pueden obtener ideas realmente asombrosas para poner en práctica en nuestras propias aulas. Lo interesante del libro es que el lector puede elegir su propia hoja de ruta, al igual que en un viaje. No es necesario leerlo de corrido. A continuación vamos a realizar un pequeño viaje imaginario a través de algunas de estas escuelas.
En las aulas del Colegio Montserrat, en Barcelona, están ocurriendo cosas muy interesantes. La configuración de éstas, dista mucho de las aulas tradicionales. Son espacios luminosos, muchas de ellas con paredes de cristal. Tal como menciona Hernando: “(…) algunos alumnos tienen las manos llenas de pintura, otros están construyendo o prototipando” (p.35). Estas aulas son como una especie de talleres, los niños pueden utilizar maderas, cartones y todo tipo de material. En otro de los salones, los más pequeños entonan canciones. Este Colegio ha generado un modelo que se conoce como “paleta de inteligencias”, basado en las ocho inteligencias de Howard Gardner. En Seattle (USA), se han llevado a cabo varias experiencias tomando en cuenta estas inteligencias, por ejemplo, generando espacios en las escuelas para desarrollar y potenciar cada una de ellas.
En lo más profundo de la selva colombiana nos encontramos con la escuela La Cabaña, que funciona bajo el modelo de Escuela Nueva (nacida en los años ochenta). Este tipo de escuelas se ha extendido en varios países latinoamericanos y africanos. ¿Qué tienen en común estas escuelas? Carencia de docentes y la necesidad de educar a niños de edades diversas. Básicamente lo que busca este modelo de escuela es que el alumno actúe desde un rol docente. Según Hernando, en la actualidad estas escuelas funcionan bajo tres grandes ejes que tienen como finalidad mejorar la experiencia de escolarización. Estos ejes son: comunicación, gestión escolar y atención pedagógica. Se potencia sobre todo el aprendizaje cooperativo. Para ello se crean diferentes tipos de grupos en los que los niños toman diferentes roles (dinamizador, ordenador, líder y pensador). Algunas tareas cooperativas que recomienda el autor para aplicar en nuestras aulas son: realización de mapas conceptuales, redacción de informes, completar una hoja de pensamiento por parejas, trabajar con rúbricas, entre otros.
Nos movemos de la selva colombiana hacía la ciudad de Bogotá. Aquí funciona la Alianza Educativa por Colombia, que nuclea a varias escuelas de las zonas más pobres de Bogotá. Los resultados han sido prometedores y en la actualidad nueve de cada diez alumnos finalizan el bachillerato. En estas escuelas la dinámica del día a día es muy peculiar. Hernando nos relata la gran variedad de proyectos en los que están trabajando los alumnos. Algunos relacionados con las plantas, otros con la música, motores, etc. Estas escuelas tomaron como metodología el Aprendizaje Basado en Proyectos (PBL en inglés). Según el autor, esta metodología integra contenido curricular con problemas o desafíos basados en experiencias reales y prácticas sobre el mundo y el entorno de la escuela. En el capítulo se presenta el Método del PBL y todos los pasos a seguir para crear un proyecto.
Otro tema interesante que se aborda en el libro es el de la Evaluación Auténtica. Para ello nos traslada a la ciudad de San Diego, en el Estado de California (USA). El Instituto High Tech High se parece muy poco a una escuela tradicional. Rodeados de los prototipos más diversos, robots y mucha cosas más, los docentes se mezclan entre los alumnos, tal como hace mención Hernando: “De un lado a otro de la escuela puede verse a alumnos y profesores creando y compartiendo trabajo por igual” (p. 98). El proyecto del High Tech High se ha extendido a otros lugares de los Estados Unidos y tiene como fortaleza que ha ayudado a varios jóvenes de las zonas más desfavorecidas a culminar con sus estudios. La clave: el modelo de aprendizaje por proyectos. Sumado a ello, en estas aulas la evaluación juega un papel muy importante, pero muy alejado de la concepción tradicional. Según Hernando: “la evaluación es tanto una fiesta, como una calificación, un regulador de la práctica educativa, una guía, un compromiso, un cuaderno, un diario de aprendizaje” (p.100).
En este lugar, pero igualmente en todas las “Escuelas 21”, el aprendizaje y la evaluación forman una entidad indisociable. Para ello se promueve la utilización de autoevaluaciones, evaluaciones entre pares, rúbricas, portfolios, entre otras. Al finalizar el capítulo se sugieren algunas ideas relacionadas con la evaluación para poder aplicarlas en el aula.
De las costas californianas nos movemos a la calurosa India, a la ciudad de Ahmedabad. Desde hace algunos años, la iniciativa internacional Design for Change, que impulsa la metodología de Design Thinking (Pensamiento de Diseño) desembarcó en la escuela de Riverside (Ahmedabad). Básicamente lo que hace esta metodología es crear soluciones para diferentes problemas. La finalidad del Design Thinking es aprovechar al máximo la creatividad de los alumnos. Esta metodología se estructura en cinco fases que tienen como resultado final la generación y desarrollo de ideas para problemas que se puedan presentar en el aula. Las fases son: descubrir, interpretar, idear, experimentar y evolucionar. Es una metodología que busca fortalecer la empatía, potencia el trabajo colaborativo y la generación de ideas. Al finalizar el capítulo, el autor sugiere realizar este proceso en un centro educativo, por ejemplo entre el equipo directivo y los docentes.
Recorriendo el resto de los capítulos, Hernando nos lleva de visita a nuestro país, para dar a conocer la experiencia del Plan Ceibal y del Liceo Jubilar. En una escuela de Suecia, los docentes están utilizando el “blended learning” para personalizar el aprendizaje de los alumnos y en otra de New York, los alumnos aprenden a través de video juegos.
Para finalizar, y tal como menciona Hernando: “El primer paso a toda innovación siempre empieza con una persona, una persona que actúa y que se comunica con otra: después, un grupo; después una escuela; después, un movimiento” (p.184). Luego de leer este libro, quizá tú puedas ser el próximo en comenzar a poner en marcha una innovación en tu escuela y transformarla en una Escuela 21.
Cabe señalar que la publicación es gratuita y se encuentra solo en formato digital (se puede descargar desde el siguiente enlace: http://www.fundaciontelefonica.com/educacion_innovacion/viaje-escuela-siglo-21/ ).
Ismael Burone
INSTITUTO UNIVERSITARIO CLAEH