Introducción
La educación secundaria para jóvenes y adultos ha cobrado una gran relevancia durante la historia reciente en Argentina (De la Fare, 2013; Finnegan, 2016). Así, esta modalidad educativa específica no solo se ha expandido con fuerza durante las últimas décadas en el país (en un escenario general de masificación del nivel), sino que además ha pasado a ocupar un lugar cada vez más importante dentro del sistema educativo nacional. De acuerdo con la información que presentan otros autores, entre los años 2001 y 2022 el total de alumnos que asisten a este tipo de ofertas en el territorio argentino creció en un 12 %, mientras que el número de egresados lo hizo en un 129 % (De Luca et al., 2023). A la par, en años recientes, una de cada cinco personas que completaron el secundario en el país lo hicieron en la educación de jóvenes y adultos (Finnegan et al., 2021).
Este hecho no ha pasado desapercibido dentro de las ciencias sociales. Al contario, diversas investigaciones como las recién mencionadas han resaltado ese notable incremento en el número de sujetos que concurren y egresan de estas ofertas escolares en el territorio argentino (De la Fare, 2013; Finnegan et al., 2021). Otros han explicado la evolución de la modalidad a partir de los vaivenes de la política nacional, en tanto las iniciativas del Estado en distintos períodos habrían impulsado o frenado su expansión (Brusilovsky & Cabrera, 2006; Filmus, 1992; Rodríguez, 2008). A la par, diferentes obras se han enfocado en las particularidades de sus modelos institucionales, mostrando cómo estos han sido más flexibles que los de la secundaria común (Burgos, 2018; Donvito & Otero, 2020; López, 2015). Finalmente, diversos escritos se han centrado en las características de la población destinataria, señalando que esta no se define solo por su edad, sino que se encuentra atravesada por cuestiones como el desempleo, la pobreza y la precariedad laboral (González, 2019; Riquelme et al., 2018; Sirvent, 2005). Ahora bien, por lo general se trata de estudios centrados en el ámbito nacional y que no analizan lo que sucede en otras partes del mundo. Este permite formular la siguiente pregunta central de investigación: ¿es algo normal a escala mundial que estas ofertas tiendan a expandirse y ocupar un lugar tan relevante dentro de los sistemas educativos nacionales, como ocurre en Argentina?
Considerando esta interrogante, este artículo tiene como objetivo analizar la evolución reciente de la educación secundaria para jóvenes y adultos en Argentina, Corea del Sur y Estados Unidos. Se busca captar cómo ha sido el desarrollo de dicha modalidad en términos cuantitativos y si ha tenido la misma importancia dentro de los sistemas educativos de los tres países durante la historia reciente. Para ello, se emplean distintas fuentes estadísticas, provenientes en su mayoría de diversos organismos nacionales e internacionales. En relación al problema inicial planteado, la hipótesis sostenida es que, a diferencia de Argentina, en Corea del Sur y Estados Unidos la secundaria para jóvenes y adultos no ha tendido a expandirse ni a ocupar un lugar tan relevante dentro de sus sistemas educativos nacionales.
Metodología y fuentes empleadas
Para avanzar con el objetivo central, este artículo parte de un enfoque cuantitativo. Así, se busca medir en términos concretos la evolución que ha tenido la secundaria para jóvenes y adultos en Argentina, Corea del Sur y Estados Unidos durante la historia reciente. La metodología general es aquella de la educación comparada (Caballero et al., 2016; Cowen, 2011; García Garrido, 1991). Siguiendo esta perspectiva, la selección de países se realiza tomando como criterio de comparación que la secundaria para jóvenes y adultos se compone de un conjunto de diversas ofertas escolares creadas para que la población joven y adulta, de manera específica, pueda reingresar al sistema educativo y finalizar sus estudios secundarios.
Partiendo de ese criterio, en principio corresponde justificar la elección de Corea del Sur y Estados Unidos para comparar con el caso argentino. En ese sentido, teniendo en cuenta que existen datos que indican que la secundaria para jóvenes y adultos también se ha expandido en otros países de la región (como Brasil, Chile o Uruguay2), se escogió a estos dos países porque al igual que Argentina son territorios nacionales en los que el capitalismo se halla plenamente desarrollado, pero que al mismo tiempo tienen fuerzas productivas más avanzadas y ocupan una posición distinta en el mercado mundial, con respecto a la que muestran los ámbitos nacionales de América Latina (normalmente caracterizados por exportar materias primas y tener una industria atrasada en términos tecnológicos). Por lo tanto, se buscó que la contrastación sea con dos países donde las leyes generales de la acumulación capitalista también se despliegan de forma plena y, a la vez, se tuvo como fin evitar el surgimiento de conclusiones erróneas o sesgadas sobre lo que ocurre en el plano internacional, que podrían haberse presentado al hacer la comparación con territorios de la región más parecidos al argentino en términos económicos y en los que se sabe que se ha expandido el nivel secundario de la educación de jóvenes y adultos (en adelante, EDJA).
Como primera dimensión para abordar la pregunta inicial se tomó la situación educativa de la población joven y adulta, en tanto se trata del sector del que provienen los estudiantes de la EDJA. Los indicadores seleccionados para ver este asunto fueron:
1-su promedio de años de escolaridad con el paso de los años,
2-el máximo nivel educativo alcanzado,
3-la cantidad que tiene el secundario completo a lo largo de las décadas,
4-el total de población en este grupo etario,
5-la cantidad relativa que no ha terminado el nivel (tanto para los jóvenes como para los adultos).
El primero se tomó porque posibilita ver de qué forma se ha incrementado el número de años que estos sujetos transitan por los sistemas escolares en cada país. El segundo ya que permite captar cuál es el alcance de esa extensión de la escolaridad en tiempos recientes en los tres países. El tercero puesto que indica cómo se ha dado el proceso de masificación de la secundaria en este grupo poblacional. El cuarto y el quinto debido a que muestran cuál es la matrícula potencial de jóvenes y de adultos que están en condiciones de acceder a la EDJA en los ámbitos nacionales estudiados.
Todas las cifras referidas a estas cuestiones fueron sacadas de la base de datos de Barro & Lee (2013), salvo por el monto de la población adulta total que se obtuvo de la base de datos del Banco Mundial.
Como segunda dimensión se seleccionó el desenvolvimiento específico de la educación secundaria para jóvenes y adultos en el caso estadounidense, surcoreano y argentino. Se eligieron como indicadores:
1-la evolución de la cantidad de alumnos en términos absolutos,
2-su evolución porcentual en comparación con la secundaria común,
3-el peso relativo de la matrícula de la EDJA sobre la matrícula secundaria total en años recientes,
4-el peso relativo de la misma en su momento de mayor alcance.
El primero se escogió porque indica, en concreto, si la modalidad ha tendido a crecer o decrecer durante las últimas décadas en cada uno de los países. El segundo ya que posibilita cotejar su desarrollo con el de la secundaria común (por la que, en teoría, deberían avanzar los sujetos para completar el nivel). El tercero, en tanto, muestra cuál es la relevancia de la secundaria para jóvenes y adultos dentro de los sistemas educativos en la actualidad. El cuarto debido a que permite ver ese mismo alcance en el momento donde la cantidad de estudiantes en la EDJA era mayor en cada caso.
Toda la información se consiguió de las fuentes que se presentan a continuación.
-Evolución de matrícula de secundaria de la EDJA. Se debió trabajar de manera particular para cada país. Para Estados Unidos los números entre 1971-1999 se obtuvieron de un informe publicado por el Departamento de Educación (2013). Esas cifras se empalmaron con las que provee el mismo Departamento de Educación entre 2000 y 2018, que se tuvieron que generar desde la base de datos del Sistema Nacional de Informes para la Educación de Adultos (NRS, por sus siglas en inglés) para la Adult Secondary Education (Educación Secundaria de Adultos o ASE), en conjunto de los 57 espacios subnacionales que la fuente brinda durante ese lapso temporal3. A la ASE común se le debió sumar la matrícula contenida en la Distance Education (educación a distancia) que entre 2007 y 2015 figura como ASE Low (tramo básico) y ASE High (tramo superior) y desde 2016 aparece como Adult Basic Education (Educación Básica de Adultos o ABE) niveles 5 y 6. Para Corea del Sur se usaron los datos que provee Chang (1995) entre 1971 y 1990. Estos se empalmaron con los del Anuario Estadístico de Educación entre 1998 y 2006, así como el cuadernillo sobre Estadísticas de la Educación a lo Largo de la Vida, entre 2007 y 2018, ambos publicados por el Ministerio de Educación y Desarrollo de Recursos Humanos. Aquí, a diferencia de los otros dos países, hubo que construir los datos sumando la matrícula de cada una de las ofertas que Corea del Sur provee para jóvenes y adultos. Para el caso argentino, la información entre 1971 y 1976 se extrajo de los anuarios publicados por el Ministerio de Educación. Luego, se empalmó con la que brinda el Relevamiento Anual del mismo Ministerio entre 1996 y 2018.
-Evolución porcentual comparada de secundaria común y secundaria de la EDJA. El cálculo se realizó usando las cifras de la matrícula de la secundaria común entre 2000 y 2018 que brinda la base de datos de la UNESCO, en conjunto con los números sobre la matrícula del nivel secundario de la EDJA antes mencionados entre esos mismos años.
-Peso relativo de secundaria de la EDJA sobre matrícula secundaria total. El cálculo se hizo usando los datos recién mencionados de la UNESCO y de las fuentes nacionales, para los años 2000 y 2018.
-Peso relativo de secundaria de la EDJA en año de mayor relevancia sobre matrícula secundaria total. El cálculo se hizo de la misma forma que el anterior indicador, solo que en este caso se eligieron años distintos para cada país, considerando el punto donde más matrícula de la modalidad tuvieran en el lapso temporal estudiado. Para Estados Unidos se tomó el año 1991 y los datos de la matrícula común se adquirieron del Centro Nacional de Estadísticas Educativas (NCES, por sus siglas en inglés). Para Corea del Sur se seleccionó el año 1984 y las cifras de la matrícula común se obtuvieron de Chang (1995). Para Argentina se consideró el año 2018 y los números de la matrícula común provienen del Relevamiento Anual del Ministerio de Educación.
Las dimensiones e indicadores recién mencionados se resumen en la Tabla 1.
Los estudios sobre la educación secundaria para jóvenes y adultos en Argentina
Múltiples investigaciones han dado cuenta de la evolución de la secundaria para jóvenes y adultos en Argentina. Al respecto, diferentes autores muestran cómo ha tenido un notorio crecimiento cuantitativo y ha pasado a ocupar un lugar muy relevante dentro del sistema educativo nacional. En ese sentido, se señala no solo que su matrícula de alumnos ha tendido a crecer en tiempos recientes, sino que además se trata de una modalidad que ha permitido que miles de individuos puedan completar sus estudios secundarios (De la Fare, 2013; De Luca et al., 2023; Finnegan et al., 2021).
En la misma línea, existe una diversidad de escritos que han buscado dar cuenta de las causas políticas de su evolución, desde sus orígenes en la década del setenta. Así, este tipo de producciones se han centrado en explicar cómo en determinadas coyunturas estas ofertas tienden a expandirse y, en otras, a estancarse, de acuerdo con lo que ocurre en el contexto político nacional. Para ello delimitan su evolución en distintos períodos históricos, algunos en los que la intervención estatal buscó potenciar el desarrollo de la modalidad y otros en los que el Estado tuvo mayores reticencias para impulsar a la EDJA o directamente llevó a cabo políticas que resultaron nocivas (Brusilovsky & Cabrera, 2006; Canevari & Yagüe, 2014; Filmus, 1992; Rodríguez, 2008).
Otras obras se han abocado a la descripción de sus modelos institucionales, buscando así evidenciar las características específicas que definen a estas ofertas. En relación a ello, el uso de espacios escolares más cercanos a donde viven o trabajan los alumnos, diseños curriculares que requieren menos años de estudio o menos horas de asistencia semanal para obtener el título, esquemas de cursada a distancia o semipresenciales, son algunos de los elementos que los autores especializados en el tema destacan para explicar la importancia que ha adquirido esta modalidad en el país. Así, los formatos escolares más accesibles favorecen el reingreso y la finalización de los estudios por parte de los jóvenes y adultos (Bargas & Cabrera, 2022; Burgos, 2018; Donvito & Otero, 2020; López, 2015).
Por último, otros investigadores han explorado las características específicas de la población destinataria, tanto desde un enfoque centrado en la matrícula potencial (todos los sujetos que están en situación de acceder a la EDJA) como también realizando trabajos de campo en lugares geográficos acotados, en los que se despliegan procesos de educación secundaria para jóvenes y adultos. A grandes rasgos, estos estudios han mostrado que quienes concurren a la modalidad no solo se definen por una cuestión etaria, sino que se trata de trabajadores que se encuentran fuertemente atravesados por fenómenos como el desempleo, la precariedad laboral y la pobreza (De la Fare, 2013; González, 2019; Riquelme et al., 2018; Sirvent, 2005).
Ahora bien, más allá de sus importantes contribuciones sobre la temática, por lo general se trata de investigaciones que se enfocan en este asunto desde una perspectiva nacional. Como resultado, no buscan analizar lo que ocurre con la secundaria para jóvenes y adultos en otras partes del planeta. Esto deja la puerta abierta a una serie de interrogantes en relación a lo que sucede con la modalidad a nivel internacional, siendo la primera de ellas si es algo normal a escala mundial que estas ofertas tiendan a expandirse y ocupar un lugar tan relevante dentro de los sistemas educativos nacionales, tal como ocurre en Argentina. La respuesta a esta pregunta no es evidente ni ha sido tratada por otros autores, por lo que resulta un problema para ser abordado científicamente.
La situación educativa de la población joven y adulta en Argentina, Corea del Sur y Estados Unidos
Con el fin de avanzar en la resolución del problema planteado, en este apartado se explora la situación educativa de la población joven y adulta en los tres países. Para ello se presentan una serie de datos sobre el promedio de años de escolaridad con el paso del tiempo, el máximo nivel educativo alcanzado, la cantidad que tiene el secundario completo a lo largo de las décadas, como así también el total de población en este grupo etario y la cantidad relativa que no ha terminado el nivel (tanto para los jóvenes como para los adultos).
Para comenzar, en consonancia con una tendencia de carácter global, durante las últimas décadas se ha dado en los tres países un crecimiento constante del promedio de años de escolarización de la población adulta. Sin embargo, como muestra la Figura 1, en este aspecto se han desplegado notables diferencias.
De ese modo, hasta mediados de los setenta la población adulta de Argentina y Corea del Sur tenía un promedio de años de escolarización similar, aunque muy por debajo del que poseían los adultos en Estados Unidos. A pesar de ello, desde los ochenta los caminos se bifurcaron. Así, aunque en ambos territorios nacionales dicho promedio aumentó, esta evolución fue mucho más acelerada en el país asiático, llegando en 2010 a un nivel cercano al de Estados Unidos (más de 12 años de escolaridad). En el caso argentino, a la inversa, este movimiento tuvo un desarrollo más lento, lo que derivó en un rezago en la cantidad de años de estudio que tienen los adultos (en 2010 apenas por debajo de los 10 años de escolaridad).
Esto determinó un panorama de notorias asimetrías entre los países seleccionados en cuanto al máximo nivel que alcanzan a cursar los adultos, tal como puede verse en la Figura 2.
En el año 2010, en Estados Unidos el 97 % de la población mayor a 25 años había concurrido como mínimo al secundario (más del 50 % inclusive al nivel terciario). Por su parte, en Corea del Sur esa cifra llegaba casi al 85 %. En Argentina, al contrario, menos del 60 % de esta franja etaria había accedido a la secundaria ese año. Por lo tanto, en el territorio argentino la fuerza de trabajo adulta alcanza niveles de escolarización más bajos en comparación con los otros dos ámbitos nacionales estudiados. De hecho, más del 40 % solo había llegado a cursar la primaria ese año.
Si se observa la evolución de la población adulta que ha alcanzado a finalizar la secundaria en estos países en la Figura 3, las disparidades entre Argentina y los otros dos casos también resultan evidentes.
Hacia la década de 1950 en Estados Unidos el 40 % de los adultos alcanzaba a acabar el nivel, mientras que en Argentina y Corea del Sur esa cifra no llegaba siquiera al 10 %. Desde entonces, en los tres espacios nacionales se incrementó el porcentaje de mayores de edad que termina el nivel, aunque con un notorio atraso para el caso argentino. Así, en el año 2010 Corea del Sur tenía más del 80 % de sus habitantes adultos con el secundario completo y en Estados Unidos esa cifra estaba por encima del 90 %. Mientras tanto, en Argentina apenas superaba el 45 %.
Esto ha configurado unos escenarios muy disímiles en lo que refiere al total de jóvenes y adultos que no han logrado culminar el secundario. Dicha información resulta relevante ya que se trata de la población que se encuentra en situación potencial de acceder a la EDJA y finalizar el nivel. En la Tabla 2 se expone la cantidad de adultos cuyo máximo nivel educativo es la primaria completa o la secundaria incompleta, sobre el total de ese mismo grupo etario en 2010. Como puede verse, ese año Argentina triplica la cantidad de adultos sin secundario completo de Corea del Sur y casi decuplica la de Estados Unidos.
Al hacer el mismo ejercicio con la población joven de 20 a 24 años, que se ubica en los años inmediatos a la edad teórica en que se finaliza el secundario, esta diferencia es aún más grande. De esta forma, en Argentina la cantidad de jóvenes cuyo máximo nivel educativo es la primaria completa o la secundaria incompleta asciende a casi 18 veces el total de Estados Unidos y a 78 veces el de Corea del Sur. Esto puede verse en la Tabla 3.
En síntesis, al explorar lo que ocurre en concreto con la población joven y adulta en los tres países estudiados, se puede ver una situación que no es para nada homogénea. Así, mientras que en Argentina la demanda potencial de la EDJA es especialmente alta, no sucede lo mismo en Estados Unidos y Corea del Sur. Es esperable entonces que se configuren panoramas muy diversos al observar los recorridos de la educación secundaria para jóvenes y adultos en los tres casos seleccionados, cuestión que se analiza en el próximo apartado.
La evolución de la educación secundaria para jóvenes y adultos en los tres países analizados
Habiendo reconocido las asimetrías que existen en cuanto a la situación educativa de la población joven y adulta, lo que resta ahora es observar qué pasa con la evolución de aquellas ofertas destinadas a su escolarización en el nivel secundario y el lugar que han ocupado en los respectivos sistemas educativos. Para eso, se exponen a continuación diversos datos acerca de la evolución de la matrícula y el peso relativo de la modalidad.
Para comenzar, si se examina la trayectoria de la secundaria de la EDJA en Estados Unidos, la estadística disponible muestra un crecimiento importante de la matrícula desde comienzos de los setenta hasta los inicios de los noventa, para luego empezar una tendencia a la baja muy pronunciada que se sostiene hasta finales de la década de 2010. Así, en la Figura 4 se ve que la cantidad de estudiantes que asisten a ofertas específicas de la secundaria para esta porción de la población es cada vez menos. De hecho, es menor en 2018 que en 1971.
En Corea del Sur el recorrido es bastante similar. Como muestra la Figura 5, el número de alumnos se incrementa desde inicios de los setenta hasta finales de los ochenta, pero a partir de allí comienza una tendencia descendente que se sostiene hasta fines de la década de 2010. Es decir, al igual que en Estados Unidos, en años recientes el movimiento evidencia una reducción significativa del total de personas que cursan el secundario en la educación de jóvenes y adultos. También la matrícula es más pequeña en 2018 que en los inicios del período considerado.
Por el contrario, en Argentina la estadística oficial presentada en la Figura 6 muestra un crecimiento notorio de la matrícula del secundario de la EDJA. Aquí la evolución en el tiempo resulta más difícil de captar en su totalidad por la falta de datos disponibles entre los años 1977 y 1995. No obstante, cuando se analizan las cifras halladas para inicios de los setenta y desde 1996, resulta evidente que hay un incremento sustancial de la cantidad de estudiantes. O sea, comparando los números de 1971 y 2018 el contraste es claro4. Incluso desde finales de la década de 1990 hasta el 2018 el total de alumnos casi triplica su tamaño.
Haciendo una lectura general sobre la evolución de la secundaria para jóvenes y adultos en los países seleccionados, tal como muestran los gráficos anteriores la situación está lejos de ser uniforme. Más bien pueden observarse condiciones variadas: mientras que en Argentina la modalidad crece de manera muy potente en los últimos 50 años, en Corea del Sur y Estados Unidos crece hasta fines de los ochenta o comienzos de los noventa, para luego decrecer con fuerza hasta finales de la década de 2010.
Tomando solo el período que va desde el 2000 al 2018 puede verse, además, que la dirección y ritmo con los que evoluciona el nivel secundario de la EDJA no necesariamente acompañan los de la educación secundaria común, tal como indica la Figura 7 5.
En Estados Unidos la matrícula de la educación secundaria entre esos años crece un 10 %, mientras que la matrícula del secundario para jóvenes y adultos disminuye casi un 80 %. En Corea del Sur ambas matrículas disminuyen, aunque la de la EDJA lo hace de forma más pronunciada (en una cifra cercana al 40 %)6. En cambio, en Argentina las dos matrículas crecen, pero la de la secundaria para jóvenes y adultos lo hace con mucha más fuerza que la de la secundaria común (en un monto que llega casi al 40 %).
Estas diferencias se expresan también en fuertes divergencias en cuanto a la importancia que tiene la secundaria para jóvenes y adultos dentro de los sistemas educativos. Tomando como referencia el mismo lapso de tiempo, los resultados que se exponen en la Figura 8 indican que en Argentina tiene un peso notorio dentro de la matrícula secundaria total y este es más alto en el año 2018 que en el 2000. Por el contrario, en los otros dos países analizados este peso es marginal y es más bajo en el 2018 que en el 2000.
Ahora bien, es cierto que durante varias décadas la secundaria para jóvenes y adultos también creció en Corea del Sur y Estados Unidos, como pudo verse en algunos de los gráficos anteriores7. Eso puede llevar a pensar que, durante ese período temporal, la EDJA ocupaba un lugar importante dentro de sus sistemas educativos (el cual se habría reducido durante el siglo XXI). No obstante, cuando se observa en ambos casos el año donde la matrícula del nivel secundario para jóvenes y adultos llegaba a su punto más alto, se puede advertir que la relevancia de estas ofertas dentro de los sistemas escolares era muy baja (cercana al 6 %). En Argentina, por el contrario, el peso de la modalidad supera el 12 % en su momento más alto en 2018, como ya se explicó. Esta información se muestra en la Tabla 4 8.
Nota. Elaboración propia en base a datos de UNESCO y fuentes nacionales de cada país mencionadas anteriormente.
En síntesis, la información analizada en este apartado ha permitido captar que la evolución del secundario para jóvenes y adultos en los tres países estudiados no ha sido la misma. En Argentina, tal como han marcado diversas investigaciones, la secundaria dentro de la EDJA tiene un peso relativo importante y además ha tendido a crecer en la historia reciente al canalizar una parte sustancial de la demanda educativa que no se realiza por la escuela común. No obstante, tal como se señaló con anterioridad, los estudios sobre esta temática suelen limitarse al plano nacional para abordar este asunto, por lo que no resulta claro si es algo normal en el mundo que la modalidad tienda a expandirse y a ocupar un lugar tan importante dentro de los sistemas educativos. Considerando esta vacancia, la contribución de este artículo ha sido mostrar que lo opuesto sucede en Corea del Sur y Estados Unidos, donde el secundario para personas jóvenes y adultas no solo ha tenido un alcance más reducido, sino que incluso ha tendido a disminuir hasta volverse marginal.
De esa forma, más allá de que en este escrito no se han explorado, en concreto, las particularidades de los modelos institucionales de estas ofertas en Corea del Sur y Estados Unidos, ni las características socioeconómicas de quienes asisten para saber si coinciden con las de Argentina, con lo visto hasta aquí sí puede afirmarse que la dirección hacia la que avanza la EDJA y su relevancia dentro de los sistemas educativos en esos dos países no han sido las mismas. Esto resulta un aporte para un campo de estudio que se ha caracterizado históricamente por tener un enfoque centrado en lo que ocurre en el ámbito nacional o, como mucho, regional.
Conclusiones
Este artículo tuvo como objetivo analizar la evolución reciente de la educación secundaria para jóvenes y adultos en Argentina, Corea del Sur y Estados Unidos. De ese modo, se buscó detectar de qué manera se ha desarrollado la modalidad en términos cuantitativos y si alcanzó la misma relevancia dentro de los tres países durante la historia reciente. Para eso se recurrió a diversas fuentes estadísticas, principalmente de organismos nacionales e internacionales.
En líneas generales, la información analizada posibilitó reconocer que en Argentina el secundario de la EDJA ha avanzado en la historia reciente en un sentido muy distinto al de los otros dos ámbitos nacionales estudiados. Así, tanto en Corea del Sur como en Estados Unidos la secundaria para jóvenes y adultos tuvo un alcance mucho más acotado en el período histórico estudiado y, si bien se observó un acrecentamiento inicial de su matrícula, luego se contrajo con fuerza hasta la actualidad. De esa manera, se trató de dos casos en los que el número de estudiantes que asisten a estas ofertas ha decrecido y las mismas han ocupado un lugar marginal dentro de los sistemas escolares. Por el contrario, se vio que en Argentina la secundaria de la EDJA se ha expandido de forma notoria y ha ocupado un lugar cada vez más relevante dentro del sistema educativo.
Esto se vinculó con la forma en que se ha masificado la educación secundaria en estos territorios nacionales, proceso que ha sido más lento en el caso argentino. Así, se vio que en Corea del Sur y Estados Unidos la demanda potencial de la población joven y adulta por terminar el nivel es mucho menor que en Argentina, ya que una parte mayor ha conseguido completar sus estudios secundarios. Esas diferencias permitieron, en parte, entender el papel diferenciado que ha cumplido la EDJA en los tres casos analizados.
Teniendo en cuenta que los estudios sobre la educación para jóvenes y adultos en Argentina se han caracterizado con frecuencia por tener un enfoque acotado a lo que acontece en el territorio nacional (o, como mucho, en América Latina), esto representa una contribución para poder seguir pensando lo que sucede con la modalidad (y con la educación secundaria en general) desde una mirada global. En este aspecto, la contrastación con otros casos propicia una mayor y mejor comprensión de lo que pasa en Argentina, desnaturaliza la relevancia de esta modalidad específica en el país y brinda elementos para poder considerar su evolución a futuro. En relación con esto, una de las cuestiones más llamativas ha sido encontrar que, incluso en el momento de mayor matrícula en términos absolutos, tanto en Corea del Sur como en Estados Unidos la secundaria para jóvenes y adultos ocupaba un lugar muy poco relevante. Aunque los motivos de esa situación escapan a este artículo, resulta un dato interesante que permite sostener que la centralidad de la EDJA en la escolarización de la población no parece ser un fenómeno generalizado a escala global.
Habiendo realizado este ejercicio comparativo, se abre aquí una serie de cuestiones a seguir investigando. Por un lado, es relevante preguntarse por las causas materiales que han determinado esta expansión diferenciada de la educación secundaria para jóvenes y adultos en los tres países cotejados. Es decir, ¿a qué se deben estas divergencias entre los países estudiados? A la vez, más allá de que queda claro que la modalidad no necesariamente tiende a expandirse en todo el mundo, emerge la necesidad de ampliar el análisis hacia otros territorios nacionales no considerados en este artículo. En otros términos, ¿qué otras conclusiones pueden sacarse ampliando la cantidad de países estudiados? Por último, es posible formular la interrogante por si Argentina transitará o no por un proceso similar de contracción de la secundaria de la EDJA una vez finalizada esta fase expansiva, aunque lo haga de manera más tardía que Estados Unidos y Corea del Sur. O sea, ¿la modalidad también terminará reduciéndose en el territorio argentino con el paso del tiempo?