Los múltiples movimientos migratorios producidos a través del mundo en la última década han generado nuevos desafíos en la enseñanza de lenguas, entre ellas, el español. Por ese motivo, Didáctica del español como 2/L en el siglo XXI es una obra bienvenida para docentes y futuros profesores, destinatarios principales de este libro, en cuya introducción Lacorte y Reyes-Torres explicitan su propósito: “Mejorar la formación del docente de español como lengua segunda o extranjera (2/L)”. Sin embargo, los autores de la obra reseñada no ponen el foco en la formación de “hablantes nativos” sino en el desarrollo de futuros usuarios de 2/L capaces de construir y aplicar apropiadamente sus conocimientos a través de múltiples recursos. Los doce capítulos de este manual dan cuenta del incesante interés de los autores por la docencia de 2/L y por la investigación en torno al tema mencionado.
A modo de introducción, en el Capítulo 1, en primer lugar, los autores revisan las principales tendencias actuales en la enseñanza de Español 2/L y las contrastan con las del pasado. En segundo lugar, los creadores de la obra reseñada se detienen en la conceptualización de la pedagogía, la metodología y la didáctica de la 2/L. En tercer lugar, Lacorte y Reyes-Torres destacan como el centro de su libro la didáctica porque esta se relaciona mejor con paradigmas teóricos sobre la adquisición y la enseñanza de 2/L, que defienden la integración de distintos tipos de conocimientos: pedagógico, lingüístico, cultural y social.
En el Capítulo 2 Lacorte y Reyes-Torres señalan las principales características de algunas tendencias actuales en la enseñanza comunicativa de 2/L: enfoque por tareas, aprendizaje basado en proyectos, enseñanza comunicativa intercultural y enseñanza comunicativa intercultural.
Al final de este capítulo, los autores concluyen que en la actual enseñanza de 2/L, en todos los enfoques previamente mencionados, se otorga una gran relevancia al desarrollo de la capacidad crítica y reflexiva de estudiantes y docentes, en torno a variados temas, tales como: la conciencia lingüística, la autenticidad de los materiales, la agencia y la voz propia, es decir, los distintos puntos de vista sobre algún hecho pedagógico asociados a la experiencia personal y al contexto social del aula. Es por esta razón que Lacorte y Reyes-Torres también concluyen que un elemento central para este libro es la conciencia que los docentes deberían crear en torno al valor del contexto para el aprendizaje y la enseñanza de 2/L. Los autores entienden contexto en 3 sentidos: primero, las condiciones personales de los participantes de la comunidad (raza, género, origen cultural o geográfico); segundo, las condiciones profesionales del docente (ej. estatus laboral, nivel salarial, oportunidades de colaboración o innovación, opciones de promoción) y cómo ellas podrían afectar su trabajo profesional en el aula 2/L; tercero, el carácter político e ideológico que subyace en las variedades lingüísticas, los valores culturales, la interacción entre hablantes de diferentes orígenes sociales (Lacorte y Atienza, 2019).
El Capítulo 3 busca fomentar la práctica de la enseñanza reflexiva de 2/L. Por un lado, esta consiste en recapacitar sobre el progreso de los estudiantes a través de un aprendizaje activo. Por otro lado, el profesor debe ser consciente del estilo de enseñanza que se adopta en la práctica docente: enfoques más efectivos, perfil e intereses de los estudiantes, organización de cada clase y forma de llevarla a cabo.
En el Capítulo 4 se perciben dos importantes aportes. En primer lugar, los autores establecen las diferencias entre planificación, currículos, programas y lecciones, siguiendo los niveles de planificación planteados por Martín-Peris (2003).
La planificación involucra una mayor cantidad de aspectos: objetivos, necesidades, materiales pedagógicos, recursos humanos, criterios de evaluación. La secuenciación enfatiza en la articulación o sucesión de actividades o acciones didácticas en el currículo, el programa o la lección con la claridad, la coherencia y el ritmo apropiados al contexto institucional, pedagógico y personal de la enseñanza. El currículo es el nivel más general de planificación, es el marco pedagógico, institucional e ideológico para un plan de estudios o proyecto educativo integrado, generalmente, por más de un curso académico. La planificación curricular debe considerar: el análisis de necesidades, el entorno institucional, metas y objetivos, metodologías, materiales educativos y criterios de evaluación. A esta conceptualización del currículo, Lacorte y Reyes-Torres agregan la descripción de las características básicas de los marcos curriculares institucionales más comunes en la enseñanza de 2/L en Europa y en Estados Unidos. El programa, sílabo, temario o prontuario es el nivel de planificación más concreto, que refleja la filosofía del currículo, es un plan de trabajo para un curso académico específico que debe incluir: objetivos, contenidos, actividades, metodología y procedimientos de evaluación.
La unidad didáctica representa un nivel intermedio de planificación, de menor escala que los programas de curso o sílabos pero debe contener los mismos elementos que estos.
La planificación de clases representa la organización de cada una de las sesiones de enseñanza y aprendizaje de 2/L. Debe incluir objetivos, contenidos, secuencia didáctica, dinámica de grupo, materiales, problemas y soluciones, tareas, evaluación continua.
Lacorte y Reyes-Torres diferencian los conceptos de planificación de clases y secuencia didáctica.
Por una parte, la planificación de clases debe incluir: objetivos, procedimientos, actividades, previsión de problemas con actividades complementarias, evaluación continua del progreso. Por otra parte, la secuencia didáctica, como organización de actividades o acciones didácticas durante la clase, comprende 4 fases: (1) presentación (motivacional); (2) comprensión de la información lingüística; (3) práctica o ejercitación de las distintas destrezas lingüísticas y/o culturales; (4) transferencia con actividades que impliquen una mayor creatividad (ej. Juego de roles, narraciones, encuestas, debates, informes). También los autores exponen en este capítulo varios modelos actuales de la secuencia didáctica para la enseñanza de 2/L.
En segundo lugar, el otro gran aporte de este Capítulo 4 consiste en la reflexión de Lacorte y Reyes-Torres sobre la función de docentes y alumnos en el proceso de planificación. Siguiendo a Teng (2019), aluden a dos conceptos fundamentales: (1) la agencia, definida como una serie de acciones conscientes y reflexivas en relación con la enseñanza y el aprendizaje de 2/L; (2) la identidad (como docentes o alumnos), definida como el resultado de las decisiones y acciones en distintos espacios individuales y colectivos que forman el aprendizaje y la enseñanza de 2/L.
En el Capítulo 5 los autores integran el enfoque comunicativo y la interacción verbal con una Pedagogía de las Multiliteracidades que se vuelve mucho más multimodal porque deja de centrarse en el lenguaje verbal como forma exclusiva para la construcción de significado y contempla otros modos de representación que propician también la creación de ideas y la elaboración de conocimientos que conduzcan al aprendizaje (Bataller y Reyes-Torres, 2019).
Lacorte y Reyes-Torres consideran que el desarrollo de la literacidad involucra aspectos que pueden organizarse en tres dimensiones:
Dimensión personal y cognitiva: los lectores son creadores de significados; su tarea principal es crearlos, construirlos, no sólo captarlos.
Dimensión conceptual: refiere al metalenguaje y al estudio de convenciones lingüísticas, culturales, literarias y visuales.
Dimensión sociocultural y estética. En este aspecto es necesario destacar que no sólo se requiere introducir recursos multimodales en el aula sino también guiar a los alumnos a interpretarlos y producirlos. Por esa razón, la pedagogía de las multiliteracidades se fundamenta en el Aprendizaje mediante diseño (Kalantzis et al., 2019), que gira en torno a tres elementos: 1. Los diseños disponibles que son susceptibles de interpretación; 2. El acto de diseñar o crear nuevos significados, guiados por el profesor la primera vez; 3. El rediseño, el significado transformado, el nuevo producto en el cual los alumnos transfieran su conocimiento a otro contexto.
Lacorte y Reyes-Torres también destacan la importancia en la pedagogía de las multiliteracidades del Marco para los procesos del conocimiento (Knowledge process framework) que supone la implementación de los cuatro actos pedagógicos: 1. Experimentar (práctica situada); 2. Conceptualizar (instrucción explícita); 3. Analizar (encuadre crítico de representaciones artísticas, ideológicas, académicas); 4. Aplicar (práctica transformadora).
Finalmente, los autores del manual concluyen que los beneficios que aporta la pedagogía de las multiliteracidades son: la autonomía de trabajo, el aprendizaje significativo y la educación integral del alumnado.
En el Capítulo 6 Lacorte y Reyes-Torres se detienen en el análisis, diseño e implementación de recursos didácticos. Los autores del manual destacan la importante función integradora del texto como recurso pedagógico primordial en la instrucción de 2/L que permite poner más énfasis en su valor comunicativo y social y desde allí analizar su estructura, estilo, función social, cuestiones lingüísticas, elementos comunicativos y culturales más relevantes (Troyan, 2020).
Lacorte y Reyes-Torres destacan la importancia de utilizar dos tipos de textos: (1) auténticos producidos por y para hablantes nativos en contextos reales fuera del aula; (2) no auténticos originados a partir de los intereses y necesidades de los participantes-nativos y no nativos-del aula de 2/L.
Además los autores del manual concuerdan con la aproximación de Muñoz-Basols y Hernández Muñoz (2019), quienes plantean pautas para diseñar materiales didácticos: (1) Potenciar el aprendizaje significativo con cualquier diseño de materiales; (2) Comenzar por los objetivos y necesidades de los alumnos; (3) Asegurar la comprensión del encabezado y de las pautas; (4) Incorporar distintos modelos lingüísticos y culturales; (5) Potenciar el componente visual; (6) Integrar o explotar el componente lúdico; (7) Potenciar la creatividad; (8) Integrar estrategias metacognitivas y de aprendizaje; (9) Implementar y evaluar.
En los Capítulos 7 y 8 Lacorte y Reyes-Torres analizan la importancia de la integración de las destrezas comunicativas en la enseñanza de español 2/L: escuchar, leer, hablar y escribir, a la que suman una quinta destreza que corresponde a la capacidad de usar la 2/L para pensar. El gran aporte de estos dos capítulos es la presentación de aspectos pedagógicos como así también de consideraciones didácticas y de ejemplos concretos aplicables en toda clase de 2/L.
En el Capítulo 9 Lacorte y Reyes-Torres se enfocan en la enseñanza y aprendizaje de gramática y vocabulario. Los mencionados autores presentan algunas estrategias concretas útiles para el aprendizaje de vocabulario. Además, tras hacer una revisión sobre el tema a través de la historia, los autores del manual destacan la importancia de la gramática pedagógica.
Esta interpreta y adapta los aspectos gramaticales generales (estructurales, comunicativos, cognitivos, sistémico-funcionales) y específicos de la 2/L (prescriptivos, descriptivos, comunicativos) para seleccionarlos, secuenciarlos y presentarlos de la manera más apropiada para el avance de la interlengua de los estudiantes y de acuerdo con las condiciones contextuales de la enseñanza y el aprendizaje.
En el Capítulo 10 Lacorte y Reyes-Torres se centran en la aproximación multimodal de la lectura y educación literaria en 2/L, a través de la mediación docente. Los autores consideran que la pedagogía de las multiliteracidades y la competencia literaria están íntimamente vinculadas porque ambas buscan la construcción de significados a partir de distintos textos para desarrollar la comprensión de otras culturas y reflexionar sobre la naturaleza humana.
El Capítulo 11 se centra en la clase de 2/L como espacio social y en tres elementos fundamentales en el desarrollo de la misma: afecto, gestión y liderazgo. Lacorte y Reyes-Torres conciben el espacio pedagógico como un “microcosmos” o una “micro-ecología” de múltiples condiciones locales. Junto con las nociones de cultura del aula de 2/L y culturas de aprendizaje, los autores destacan la cultura docente (conocimiento, creencias, actitudes y valores compartidos), en la que influyen muchos factores externos (estatus profesional, bajos salarios, baja participación, falta de apoyo, presión, expectativas de los alumnos y sus familias).
Los autores del manual adscriben a Arnold (2019), para quien el profesor debe establecer un marco equilibrado de afecto y autoridad a través de distintas estrategias para la gestión del aula, tales como la asertividad, la entrega gradual de responsabilidad, entre otras. El liderazgo académico debe ser ejercido de manera participativa, como agentes de cambio, como expertos que además establecen relaciones constructivas y de confianza.
En el Capítulo 12 Lacorte y Reyes-Torres plantean los aspectos fundamentales de la evaluación para el desarrollo de las multiliteracidades en una 2/L. Desde esta óptica la evaluación es interpretativa, multimodal y multidimensional porque la literacidad debe tener en cuenta las siguientes dimensiones: (1) personal y cognitiva; (2) conceptual; (3) sociocultural y estética. En relación directa con los cuatro actos pedagógicos de la pedagogía de las multiliteracidades (experimentar, conceptualizar, analizar y aplicar), en la aplicación los estudiantes deben transferir conocimientos a situaciones nuevas y esas actividades sirven como herramientas de evaluación. La retroalimentación debe ser durante y después de las actividades. El docente debe ampliar las opciones de posibles errores, no solamente ortográficos, léxicos o morfosintácticos sino también textuales, pragmáticos, sociolingüísticos y culturales (Muñoz-Basols y Bailini, 2019). La función principal de la retroalimentación es apoyar y favorecer el aprendizaje, no tanto en su función de feedback exclusivamente sino desde la de feedforward, con sentido prospectivo y constructivo. En otras palabras, “no se trata solamente de detectar y corregir errores de un trabajo finalizado sino también de orientar, apoyar y estimular al estudiante en su aprendizaje posterior” (Canabal y Margalef, 2017: 151).
Por un lado, Lacorte y Reyes-Torres destacan la importancia de la evaluación integrada teniendo en consideración tres fases: (1) Interpretativa; (2) Interpersonal; (3) Presentacional. Cada una de estas fases consta de algún tipo de retroalimentación o rúbrica de evaluación. Por otro lado, los autores enfatizan la importancia del portfolio o portafolio. Señalan las 3 secciones del Portafolio Europeo de Lenguas (PEL): (1) un pasaporte lingüístico con informaciones lingüísticas y culturales; (2) una biografía lingüística con una autoevaluación y reflexiones sobre el aprendizaje personal, habilidades lingüísticas y planes para el futuro; (3) un dosier con trabajos escritos y audiovisuales para mostrar el progreso lingüístico y cultural en la 2/L. La evaluación corona el último capítulo de este libro de gran valía para docentes y futuros profesores de 2/L.
Por un lado, la obra realiza una clarificación precisa y muy bien documentada de los principales conceptos en la didáctica del español como 2/L en el siglo XXI.
Por otro lado, el libro aporta múltiples ejemplos concretos para la implementación de recursos didácticos, para el desarrollo de destrezas y estrategias por medio de variados textos multimodales, para las diferentes formas de evaluación como así también para el desarrollo de la clase de 2/L como espacio social donde la agencia, el liderazgo y el balance entre afecto y autoridad son pilares fundamentales. A los méritos mencionados se suma finalmente el indudable aporte de este manual reforzado por bibliografía muy amplia y actualizada, tanto en inglés como en español.