Introducción
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la malnutrición por exceso como una condición fisiológica anormal causada por el consumo excesivo de macronutrientes, (hidratos de carbono, proteínas y grasas) y micronutrientes (vitaminas y minerales)1.
La malnutrición por exceso se ha convertido en una nueva epidemia para América Latina, las cifras son claras y preocupantes, pues según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), un 62 % de los adultos tiene sobrepeso u obesidad, mientras que cerca de un 25 % de los niños y adolescentes presentan el mismo problema. Esta realidad se torna aún más preocupante en Chile, ya que además de encabezar la lista de sobrepeso en Sudamérica, el Ministerio de Salud reveló que una de cada once muertes en el país es atribuible a sobrepeso u obesidad2)(3.
Las tasas mundiales de obesidad de la población infantil y adolescente aumentaron desde menos de un 1 % (correspondiente a 5 millones de niñas y 6 millones de niños) en 1975 hasta casi un 6 % en las niñas (50 millones) y cerca de un 8 % en los niños (74 millones) en 2016. Estas cifras muestran que, conjuntamente, el número de individuos obesos de 5 a 19 años se multiplicó por 10 a nivel mundial, pasando de los 11 millones de 1975 a los 124 millones en 20164.
Un Índice de Masa Corporal (IMC) elevado es un factor de riesgo para padecer enfermedades no transmisibles, como lo son las enfermedades cardiovasculares (principalmente cardiopatías y accidentes cerebrovasculares); diabetes; y trastornos del aparato locomotor (en especial la osteoartritis) y algunos cánceres (endometrio, mama, ovarios, próstata, hígado, vesícula biliar, riñones y colon)5.
La obesidad infantil se asocia con una mayor probabilidad de obesidad, muerte prematura y discapacidad en la edad adulta. Además de estos riesgos futuros, los niños con obesidad sufren dificultades respiratorias, mayor riesgo de fracturas, hipertensión, presentan marcadores tempranos de enfermedades cardiovasculares, resistencia a la insulina y efectos psicológicos. Con respecto a este último punto la OMS define la salud mental como un “estado de bienestar en el cual el individuo se da cuenta de sus propias aptitudes, puede afrontar las presiones normales de la vida, puede trabajar productiva y fructíferamente y es capaz de hacer una contribución a su comunidad”, la cual se ve cada día más deteriorada6.
A nivel mundial, los problemas de salud mental representan el 16 % de las patologías presentadas en el rango etario 10-18 años, en donde la mitad de este grupo comienzan a presentar alguna patología de salud mental a partir de 14 años o incluso antes, pero la gran mayoría no se detectan ni se tratan. Diversos autores concluyen en que los niños, incluso de sólo 6 años pueden asociar estereotipos negativos con el exceso de peso y creer que un niño con sobrepeso es simplemente menos agradable7.
En Chile el profesional de Enfermería juega un rol fundamental, ya que representa el primer contacto con los niños en la atención pública de salud mediante el Programa Nacional de Salud de la Infancia, para luego continuar trabajando en el marco del Programa Salud Integral Adolescentes y Jóvenes8.La relación que genere el profesional de Enfermería con los cuidadores, y el propio paciente, será clave en la mantención de conductas promotoras de salud, tanto física como mental, como bien menciona Peplau en su teoría de relaciones interpersonales, la enfermera deberá entender la conducta de la otra persona para ayudar a identificar cuáles son sus dificultades, pasando por las etapas de orientación, identificación, explotación y resolución9.
Tanto la malnutrición por exceso como las enfermedades de salud mental en la población infanto-juvenil han aumentado su incidencia, lo que lleva a pensar y plantear la incógnita, si existe una relación entre ambos, o si alguna de estas patologías puede ser el precursor de otra, y cómo en conjunto estas pueden afectar la salud del extremo más joven del ciclo vital. Por lo anterior, el objetivo de esta revisión fue determinar si la malnutrición por exceso afecta la salud mental y/o el autoconcepto de la población infantojuvenil.
Material y método
El presente artículo es una revisión integrativa, método de investigación que resume los resultados de los estudios disponibles y cuidadosamente diseñados y proporciona un alto nivel de evidencia10. Para esta revisión se utilizaron las cinco fases planteadas por Crossetti: 1. Formulación del problema; 2. Recolección de los datos o definiciones sobre la búsqueda de la literatura; 3. Evaluación de los datos; 4. Análisis de los datos; 5. presentación e interpretación de los resultados11.
La primera fase llevó a plantear la siguiente pregunta PIO (Población / Intervención / Outcome):“¿La malnutrición por exceso (I) afecta la salud mental y/o el autoconcepto (O) de la población infantojuvenil (P)?
En la segunda fase se realizó una búsqueda de artículos entre agosto y diciembre del 2021, con la ecuación de búsqueda expuesta a continuación: (Obesity) OR (overweight) OR (Obesity pediatric) AND (Child) OR (Adolescent) OR (Teen) AND (mental health) AND (Self image), en las siguientes bases de datos; PubMed (United States National Library of Medicine), LILACS (Literatura Latinoamericana y del Caribe en Ciencias de la Salud) y EBSCO. Los criterios de inclusión fueron: Artículos con metodología cuantitativa que relacionan obesidad y/o sobrepeso infantil o adolescente (desde 6 a 18 años) con alteraciones de salud mental y/o autoconcepto, en idiomas inglés o español, publicados entre 2016 y 2021. Los criterios de exclusión fueron: Artículos no disponibles en texto completo de forma gratuita en la web o a través de la biblioteca de la Universidad Nacional Andrés Bello.
Se identificaron inicialmente 3.985 publicaciones y tras la aplicación de filtros (para PubMed se utilizó: idioma (español e inglés), año de publicación (2016-2021), rango etario (6 y 18 años); para LILACS: idioma (español e inglés), año de publicación (últimos 5 años); para EBSCO: año de publicación (en los últimos 5 años)) se obtuvieron 1448 artículos para realizar la lectura de título y resumen (Tabla 1), luego se procedió a eliminar artículos duplicados y que cumplían criterios de exclusión, quedando así 38 artículos preseleccionados para lectura de texto completo y evaluación de calidad, de los cuales sólo 9 cumplían todos los requisitos. 12)(13)(14)(15)(16)(17)(18)(19)(20) .En el diagrama de flujo basado en PRISMA21se puede observar el proceso por el cual se llega a la inclusión de los artículos para esta revisión (Figura 1).
Para los nueve estudios incluidos se confeccionó un formulario tipo ficha para sintetizar los datos de relevancia para esta revisión integrativa. Los datos utilizados fueron debidamente referenciados, respetando e identificando a sus autores (Tabla 2). Con todo lo anterior se cumplen las fases 3 y 4 de Crossetti.
Resultados
La muestra final correspondió a 9 artículos12)(13)(14)(15)(16)(17)(18)(19)(20) que pasan a la fase 5 de Crossetti, de presentación e interpretación de los resultados. Estos 9 estudios fueron publicados entre el 2016 y 2021, los cuales corresponden a investigaciones realizadas en todo el mundo: Portugal, Canadá, Brasil, España, Finlandia, China, Eslovaquia, Suecia. De la recopilación de estos 9 artículos, se extrae la información necesaria para la elaboración de las siguientes categorías de resultados.
Categorización de los resultados:
1. Percepción del peso con síntomas depresivos por sexo: Zhang y colaboradores realizaron un estudio en China donde establecen que la autopercepción dentro de los rangos de sobrepeso se relacionó significativamente con más síntomas depresivos tanto para los niños cómo para las niñas, sin embargo, se encontró que una percepción de "muy bajo peso" solo estaba relacionada con mayores síntomas depresivos en los niños13. En el artículo de Lankinen y colaboradores, realizado en Finlandia muestra que el sobrepeso percibido, se asoció significativamente con un mayor riesgo de depresión y trastorno de conducta en las niñas, y con mayor riesgo de depresión y fobia social en los niños16.
2.Sintomatología de trastornos mentales: En el artículo realizado por Liu y colaboradores describen que en los niños y jóvenes con obesidad presentan una mayor incidencia de sintomatologías asociadas a trastornos mentales como el inicio de malos hábitos, temperamento negativo y menor capacidad de adaptación17, en esa misma línea, en el artículo de Hunsberger y colaboradores realizado con niños europeos mencionan que los niños que tenían sobrepeso tienen un mayor riesgo de mala calidad de vida relacionada con la salud mental19.
3.Relaciones familiares: En el artículo de Frontini y colaboradores se establece una relación entre la cohesión familiar y los síntomas psicopatológicos en niños y jóvenes europeos con problemas de malnutrición por exceso, donde pertenecer a una familia más cohesionada puede mejorar la salud mental de los niños/adolescentes con sobrepeso/obesidad14.
4.Nivel socioeconómico: En los artículos realizados por Justino; Frontini; Deepa y colaboradores se incluyen factores socioeconómicos como desencadenantes o precursores de malnutrición por exceso. Los adolescentes de familias de bajos ingresos mostraron la mayor frecuencia de insatisfacción corporal, en donde la única variable que se asoció a esto fue el nivel económico. Los adolescentes de familias de ingresos más altos tenían menos probabilidades de reportar insatisfacción corporal(12), además, se ha reconocido que la obesidad pediátrica surge en familias con menor cohesión e ingresos familiares14) y los jóvenes con mejor nivel de ingresos y peso consumen una dieta más saludable15.
5.Autopercepción e imagen corporal: En el artículo realizado en España encontraron que la autopercepción deseada de la población estudiada era inferior a la mediana del IMC de la población general18. Sumado a esto, el artículo realizado en Eslovaquia por Štefanová y colaboradores concluye que un 24,5 % de los jóvenes no se encuentran conformes con su cuerpo, ya que se encuentran demasiado gordos20.
Discusión
En los artículos analizados se observa que las niñas presentan un mayor porcentaje de autopercepción negativa y problemas de aceptación de su autoimagen en comparación con los niños. Además, el sobrepeso percibido, se asoció significativamente con un mayor riesgo de depresión autoinformada y trastorno de conducta autoinformada en niñas y con mayor riesgo de depresión autoinformada y fobia social autoinformada en niños. Los trastornos de salud mental con mayor prevalencia en este grupo etario fueron: depresión, trastorno de temperamento, ansiedad y problemas de adaptación social. También, se observa una relación directa entre trastornos de malnutrición por exceso y problemas de autoestima en niños de 6 años hasta adolescentes12)(13)(14)(15)(16)(17)(18)(19)(20.
A partir de la primera infancia se adquieren ciertas pautas de comportamiento y aprendizajes que guían las conductas de cada individuo, dentro de estas pautas se encuentran los estereotipos de género, estándares de belleza implantados por la sociedad y medios de comunicación, estos se encuentran directamente relacionados con los problemas de autopercepción y autoestima presentes en la población infanto-juvenil, afectando en mayor porcentaje al género femenino. Como consecuencia las niñas y adolescentes con problemas de malnutrición por exceso experimentan principalmente baja autoestima e inseguridades respecto a su cuerpo, lo que conlleva a una autopercepción negativa y sentimiento de culpa por no cumplir con los estándares de belleza impuestos por la sociedad22)(23)(24.
Un gran porcentaje de la población infanto-juvenil con sobrepeso u obesidad sufre Bullying, en algunas ocasiones este acoso se presenta por parte del núcleo familiar y mayoritariamente en el ámbito escolar por sus pares con normopeso, provocando que las víctimas vivan situaciones de aislamiento, bajo rendimiento escolar, deserción escolar y problemas de salud mental como depresión, ansiedad y baja autoestima22)(23)(24)(25
Un estudio realizado por la Facultad de Psicología de la Universidad de Barcelona evidencia que existe una estrecha relación entre ansiedad y obesidad tanto en mujeres como en hombres entre 16 y 17 años, y en ambos casos entre más severa es la obesidad, mayor es el nivel de ansiedad26. En una revisión sistemática realizada por la Facultad de Ciencias de la Universidad Católica donde analizaron la imagen corporal, las variables sociodemográficas que influyen sobre ella y su relación con la composición corporal, destacan en sus resultados que la familia ejerce una gran presión a la hora de proponer alcanzar “la belleza corporal”, por otro lado, el sexo femenino a diferencia del masculino presenta un mayor deseo de estar delgadas y una mayor insatisfacción con su cuerpo lo que a su vez aumenta los niveles de ansiedad27. Por último, se analizó una investigación realizada por Pallares y colaboradores en España, la cual realizó un análisis del sobrepeso y la obesidad en una muestra de población infantil y la medida en que tales circunstancias pueden afectar a su imagen corporal. Dentro de los resultados se observó que a temprana edad (11 y 12 años), van formando su imagen corporal bajo el prisma o influencia del contexto social28.
En una revisión integrativa realizada en Brasil analizaron el actuar de enfermería en relación con niños y adolescente con alteraciones de salud mental, en donde concluyen que la actuación del profesional de Enfermería considera la gestión y organización del cuidado con una mirada individualizada y respetuosa, con el objetivo de promocionar la autonomía y resocialización de estos jóvenes y sus familias, a partir de la inclusión de la familia en la planificación del cuidado29 Otra revisión integrativa similar analizó las principales necesidades de salud mental de los adolescentes y los cuidados de Enfermería otorgado, en donde las principales necesidades se relacionaban con la depresión, la ansiedad, el estrés, el uso y la adicción a las drogas, los trastornos alimenticios, entre otros, y los cuidados de enfermería constatados fueron: acciones de educación en materia de salud, terapia cognitiva conductual, fomento de grupos, relaciones interpersonales y de actividades que impliquen al adolescente con su familia, sus pares y su entorno escolar30.
Se sugiere que los profesionales de Enfermería realicen planes de intervenciones que contemplen educar sobre la promoción y prevención de la malnutrición por exceso, y por consiguiente a la salud mental y autoconcepto en la etapa preescolar. Asimismo, en los controles de salud infantil enfatizar en entregar recursos e información sobre los hábitos de vida saludable, con una buena captación de la información por parte de los padres, cuidador o tutor. Por otro lado, en establecimientos educacionales, implementar talleres deportivos, artísticos, de autoconocimiento y autopercepción, fomentando la actividad física desde una edad temprana y una autopercepción positiva hacia sí mismo. A su vez se sugiere la realización de estudios con enfoque socioeconómico, incluyendo especialmente a los estratos más bajo, con el fin de detectar problemas sobre malnutrición y su relevancia en la autopercepción de los menores, interviniendo de manera efectiva a los problemas antes mencionados, por parte de un equipo multidisciplinario debidamente capacitado.
Las limitaciones que se presentaron durante la realización de esta revisión fueron; artículos no disponibles en texto completo; dificultad en la búsqueda de artículos que relacionaran las variables malnutrición por exceso y salud mental y/o autoimagen; acotada cantidad de artículos enfocados en la población infanto-juvenil.
Conclusión
La presente revisión permitió conocer cuáles son los factores que influyen en la relación entre malnutrición por exceso, salud mental y autopercepción en la población infanto-juvenil. Estos elementos encontrados generan oportunidades para intervenir desde temprana edad, como lo es la etapa preescolar, para así, evitar los problemas que pudieran surgir en etapas más avanzadas. El rol de enfermería en atención primaria y/o colegios, desempeña un papel fundamental para la prevención y promoción de la salud física y mental, interviniendo de una forma completa en la persona, incluso fortaleciendo la autoestima, autopercepción y confianza en sí mismo, tanto en personas que presentan malnutrición, cómo en la población con mayor riesgo. Todo este trabajo puede ser gestionado e implementado a través de un equipo multidisciplinario que vele por entregar las herramientas necesarias para el bienestar y desarrollo de la población infanto-juvenil