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Agrociencia (Uruguay)
versión impresa ISSN 1510-0839versión On-line ISSN 2301-1548
Agrociencia Uruguay vol.17 no.1 Montevideo jun. 2013
Desarrollo local con enfoque agroecológico: la experiencia del Plan de Soberanía Alimentaria Territorial en el departamento de Treinta y Tres
Gómez Perazzoli Alberto1, Chiappe Hernández Marta2
1Centro Uruguayo de Tecnologías Apropiadas, Santiago de Chile 1183, 11200 Montevideo, Uruguay Correo electrónico: a.gomezperazzoli@gmail.com
2Departamento de Ciencias Sociales, Facultad de Agronomía (Universidad de la República) Garzón 780, 12900, Montevideo, Uruguay.
Recibido: 22/812 Aceptado: 27/3/13
Resumen
Entre los años 2005 al 2010, en el departamento de Treinta y Tres (Uruguay) se desarrolló una experiencia innovadora de desarrollo local rural, promovida por el gobierno local. Su propósito era lograr la soberanía alimentaria territorial con un enfoque agroecológico. Involucró a agricultores familiares, quinteros (agricultores urbanos), escuelas rurales y experiencias educativas con jóvenes pobres de la ciudad de Treinta y Tres. Este trabajo tiene como objetivo analizar críticamente la experiencia mencionada utilizando por un lado el Marco de Capitales Comunitarios y por otro, el enfoque de agroecosistemas. Las características y el contexto de la propuesta de desarrollo considerando el papel de la sociedad civil, el Estado y el mercado se analizan mediante el Marco de Capitales Comunitarios, mientras que las características de los predios participantes se describen utilizando el enfoque de agroecosistemas y el relevamiento de puntos críticos para el desarrollo sustentable. La aplicación de ambos enfoques permite detectar factores extrínsecos e intrínsecos que favorecen o limitan la aplicación de principios agroecológicos en el territorio estudiado. En el proceso participaron pequeños agricultores (con rasgos asimilables a campesinos), el gobierno local y otros actores de la academia y la sociedad civil. La dinámica y resistencia que enfrenta la agroecología como una nueva propuesta se analizan a la luz de los cambios técnicos e institucionales requeridos en un régimen socio-técnico hegemónico y del manejo estratégico de nichos para la agricultura.
Palabras clave: AGROECOLOGÍA, DESARROLLO RURAL, DESARROLLO LOCAL, SOBERANÍA ALIMENTARIA, AGRICULTURA FAMILIAR
Summary
Local Development and Agroecological Approach: the Experience of the Territorial Food Sovereignty Plan in the Department of Treinta y Tres
From 2005 to 2010, an innovative proposal of local rural development was developed in the Department of Treinta y Tres (Uruguay), promoted by the local government. Its main purpose was to achieve territorial food sovereignty through an agroecological approach. The initiative involved family farmers, «quinteros» (urban farmers), rural schools and educational experiences with young poor of Treinta y Tres city. This study aims at critically analyzing the experience using two approaches: Community Capitals Framework and an agro-ecosystem approach. The characteristics and context of the development proposal, considering the role of civil society, the state and the market, are analyzed using the Community Capitals Framework, while the characteristics of the participating farms are described using the agro-ecosystem approach and the survey of critical points for sustainable development. Intrinsic factors that favor or limit the application of agroecological principles in the area of study are identified. Peasants, local government and other stakeholders from academia and civil society participated in the process. This paper examines the process of adoption and resistance to agroecology as a new approach to agriculture vis-a-vis technical and institutional changes required under a hegemonic socio-technological regime and strategic niche management for agriculture.
Key words: AGROECOLOGY, RURAL DEVELOPMENT, LOCAL DEVELOPMENT, FOOD SOVEREIGNTY, FAMILY-FARMING
Introducción
El departamento de Treinta y Tres, ubicado en el noreste del país, presenta una baja generación y baja captación local de la riqueza generada. El cultivo de arroz, los molinos arroceros y la ganadería son sectores económicos clave en el departamento. Existe un número relativamente importante de agricultores familiares: 73% del total del departamento, frente a un promedio nacional de 79% (Figari et al., 2008; DIEA, 2006). Los bajos niveles de ingreso y falta de oportunidades se reflejan en una población decreciente, desempleo y expulsión de mano de obra rural. En el año 2005, como parte de la propuesta de desarrollo rural de la Intendencia Departamental de Treinta y Tres (ITT), Uruguay, se crea un Departamento de Agroecología y Soberanía Alimentaria (DASA) que implementa un Plan de Soberanía Alimentaria Territorial (PSAT). Se trató de una iniciativa innovadora basada en enfoques de agroecología y soberanía alimentaria, que desafían al régimen sociotécnico dominante en el sector agropecuario nacional, caracterizado por la intensificación agrícola en base a monocultivos, así como por el avance del agronegocio orientado a los commodities de exportación y asociado a la concentración y extranjerización de la tierra. Incluso en los ámbitos vinculados al desarrollo rural y a la agricultura familiar estos conceptos han sido poco incorporados en la discusión de estrategias para mejorar la calidad de vida de los habitantes rurales y el sistema alimentario del país.
La agroecología se define como un enfoque científico que aplica conceptos y principios ecológicos en el diseño y manejo de agroecosistemas sustentables (Gliessman, 2001). Para Altieri (1999) es una disciplina que provee los principios ecológicos básicos para estudiar, diseñar y manejar agroecosistemas que sean productivos y conservadores del recurso natural, y que también sean culturalmente sensibles, socialmente justos y económicamente viables. El alcance de la agroecología se ha ampliado para incluir diferentes enfoques científicos, prácticas agrícolas (como la agricultura ecológica u orgánica) o la gestación de un movimiento social o político (Wetzel et al., 2009). La escala de análisis trasciende la unidad de producción o agroecosistema para incluir al conjunto del sistema alimentario (Francis et al., 2003).
Para el DASA (ITT), la soberanía alimentaria se entiende como «el derecho que tiene la población de nuestro territorio de definir por sí misma, de forma colectiva y participativa, el uso de sus recursos, las formas de producir y los valores culturales a consolidar». Definen a la agroecología como una «herramienta de cambio integral y holístico para generar la transición hacia un nuevo paradigma» (Intendencia Departamental de Treinta y Tres. Departamento de Agroecología y Soberanía Alimentaria, 2009).
Este trabajo tiene como objetivo describir y comprender el proceso a través del cual cual se vinculan en el PSAT e inciden en el desarrollo local diferentes actores -productores e instituciones- en distintas escalas de análisis: los agroecosistemas, grupos de agricultores, gobierno local.
Para esto se describen y analizan los agroecosistemas de un grupo de agricultores familiares vinculados al Plan de Soberanía Alimentaria Territorial, ubicados en los alrededores de la ciudad de Treinta y Tres. Se identifican sistemas de producción diferentes, describiendo su estructura y función.
En la escala local se describe el PSAT analizando los procesos y resultados obtenidos a la luz de los objetivos iniciales y el contexto en el cual se desarrolló.
Dado que al cambiar de partido el gobierno local en el año 2010 este no continuó con el PSAT, se discuten cuáles de los cambios impulsados durante la ejecución del mismo pueden sustentarse, cómo juegan en esta coyuntura el Estado, el mercado y la sociedad civil, y cuáles son los caminos posibles para el desarrollo rural en la zona.
Materiales y métodos
La descripción de la zona y del funcionamiento del PSAT se basó en información secundaria, entrevistas a informantes calificados y observaciones realizadas al participar en talleres y reuniones de agricultores (Cuadro 1).
La descripción de la zona y el funcionamiento de influencia del PSAT Plan de Soberanía Alimentaria Territorial se realizó en base al Marco de Capitales Comunitarios que considera el desarrollo económico y comunitario desde una perspectiva sistémica y de sustentabilidad (Emery y Flora, 2006; Fey et al., 2006; Flora y Flora, 2007). El análisis se centra en los siguientes componentes del capital comunitario: natural, cultural, humano, social, político, financiero y construido. El marco de capitales comunitarios asume como central el concepto de agencia colectiva para el desarrollo comunitario. El desarrollo de la comunidad en este enfoque es mucho más que desarrollo económico, ya que este último no necesariamente implica la agencia colectiva y tampoco resulta necesariamente en la mejora de la calidad de vida (Emery y Flora, 2006; Fey et al., 2006; Flora y Flora, 2007).
La caracterización de los predios y de los sistemas de producción se basó en entrevistas realizadas a todos los agricultores del grupo de transición agroecológica, participantes de un proyecto promovido por el PSAT, coordinado por el Centro Uruguayo de Tecnologías Apropiadas (CEUTA) y con apoyo del Programa de Pequeñas Donaciones de Naciones Unidas (PPD). Se aplicó un formulario que incluía preguntas cerradas sobre datos referentes al sistema productivo y preguntas abiertas para obtener opiniones y visiones de los agricultores. Se realizó una primera ronda de entrevistas a 16 agricultores durante el mes de noviembre del 2008. Cada entrevista tuvo una duración de una hora y media a dos horas y se desarrolló en los predios de los agricultores. Se procesaron las entrevistas en sus aspectos cuantitativos y se realizó una primera caracterización de los sistemas de manejo y sus puntos críticos. Este análisis fue presentado y revisado junto a los agricultores y técnicos del CEUTA en un taller realizado en febrero del 2009.
En una segunda visita a todos los predios se consultó sobre los puntos críticos que cada productor identificaba en su predio, la prioridad que cada productor asignaba a los problemas y las propuestas de mejora para cada situación. Los puntos críticos se agruparon por sistema de producción, tomando como referencia la metodología MESMIS (Marco para la Evaluación de Sistemas de Manejo Incorporando Indicadores de Sustentabilidad) (Astier et al., 2008; Ortíz-Ávila, 2008; Masera et al., 2008; Galván-Miyoshi et al., 2008). Esta metodología propone un enfoque sistémico del cual se derivan atributos o características fundamentales de los sistemas de manejo: productividad, estabilidad, resiliencia, confiabilidad, adaptabilidad (flexibilidad), autodependencia y equidad. Los puntos críticos son los aspectos o procesos que limitan o fortalecen la capacidad de los sistemas para sostenerse en el tiempo (Masera et al., 2000).
También se entrevistó a diez informantes calificados, en base a una guía de entrevista no estructurada, adaptada a cada entrevistado. Las entrevistas fueron grabadas y transcriptas textualmente. El listado de los entrevistados se presenta al final del artículo.
Las entrevistas fueron analizadas utilizando el software para análisis cualitativo de datos Atlas.ti 6.0. Adicionalmente se realizaron visitas a los predios de los agricultores en conjunto con técnicos de la Intendencia y/o del CEUTA y una visita a la planta procesadora de alimentos de la ITT.
Las entrevistas a productores fueron realizadas en noviembre de 2008, cuando estos comenzaban a participar en uno de los proyectos del Plan; su objetivo fue describir una situación inicial en términos de los sistemas de producción y conocer las opiniones de los productores en relación al Programa.
Resultados y discusión
En esta sección se presentan los resultados de la caracterización de sistemas de producción de agricultores familiares de los alrededores de la ciudad de Treinta y Tres en relación a sus puntos críticos y a la lógica y estrategia de los mismos. Estos agricultores pertenecen al grupo de transición agroecológica, convocado por el PSAT entre agricultores familiares interesados en incorporar prácticas sustentables. Integró a productores orgánicos y convencionales y contó con el asesoramiento del CEUTA. Adicionalmente, se analizan los impactos del PSAT en la escala local en donde intervienen otros actores y se incluyen experiencias de índole colectiva. Entre ellos se destacan las siguientes: la Escuela Rural de La Calera en donde se instala una Unidad de Experimentación Participativa, otras unidades similares en dos escuelas y centro del Instituto del Niño y del Adolescente del Uruguay (INAU), proyectos de elaboración de compost en zona urbana, proyecto de recuperación de recursos genéticos en Quebrada de los Cuervos, el Banco Popular de Semillas Criollas y la Fiesta de la Semilla Criolla. Adicionalmente, se analizan los impactos del PSAT en la escala local.
Sistemas de producción
Los agricultores se ubican en los alrededores de la ciudad de Treinta y Tres y utilizan principalmente mano de obra familiar. En un pequeño grupo de 16 agricultores fue posible diferenciar tres sistemas de producción: 1) ganaderos, 2) huerta y animales y 3) quintas (agricultores urbanos) (Cuadro 2).
Mediante el análisis de la información relevada en la encuesta y la opinión de los agricultores y técnicos del proyecto CEUTA/ITT se determinaron las fortalezas y debilidades o puntos críticos para cada sistema de manejo.
Existen puntos críticos comunes a los diferentes sistemas de manejo (Cuadro 3). Como puntos críticos negativos (debilidades) se presentan los bajos ingresos y la degradación de suelos. Estos dos aspectos podrían estar relacionados al pequeño tamaño de los predios, lo cual limita la capacidad de generar ingresos suficientes y promueve el uso intensivo por sobre la capacidad de uso de los suelos.
La fragilidad de los sistemas frente a la variabilidad climática es una debilidad general, con problemas vinculados a las sequías e inundaciones, viento y golpes de sol en cultivos o animales. Los ingresos bajos limitan las inversiones necesarias para levantar algunas limitantes como por ejemplo las deficiencias hídricas. Otra característica común es la baja capacidad de organización y de incidencia en las políticas locales o nacionales, ya que los agricultores no son miembros de organizaciones gremiales que defiendan sus intereses. Sin embargo existen redes y grupos de pequeña escala valoradas por los agricultores.
Como fortalezas comunes a los diferentes sistemas se encuentra la alta generación de empleo, aunque esto no signifique necesariamente ingresos altos. Los productores no señalaron problemas de endeudamiento. La cercanía a la ciudad les facilita el acceso a mercados. En general valoran la tranquilidad del campo y la posibilidad de vivir en ambientes de mayor naturalidad. La experiencia de los productores en las tareas rurales es otra fortaleza.
Como debilidades específicas del sistema ganadero se señala la falta de acceso a energía eléctrica y la elevada carga animal.
El sistema huerta y animales tiene como fortalezas el elevado consumo de productos del predio y la producción de semillas propias o su obtención en redes de intercambio, como por ejemplo el banco de semillas criollas. Estos puntos se vinculan con la mejora de la autonomía de los predios. La alta diversidad de rubros es otra fortaleza, considerando la mezcla de cultivos y animales y también la alta diversidad de hortalizas.
Existen problemas de vivienda y de acceso a energía que afectan la calidad de vida de los agricultores. Hay una presión alta sobre las pasturas por la alta carga de ganado. La existencia de aves y cerdos requiere de la compra de concentrados para su cría, lo que aumenta los costos prediales. Existen algunos problemas de malezas y plagas que afectan los cultivos. Son varios los predios que utilizan agrotóxicos en las hortalizas, aunque es común también el uso de métodos orgánicos. Finalmente se observa una baja pronunciada de la producción hortícola en invierno, provocando un desequilibrio en los ingresos anuales.
El sistema «quintas» comparte debilidades con el sistema de «huerta y animales» como la dependencia de concentrados para alimentar aves y cerdos, baja producción invernal y problemas de calidad de vida por déficit en la vivienda y en el acceso a energía. A esto se suma la carencia en maquinaria y herramientas, lo que está vinculado a problemas de ingresos por la pequeña escala.
Agricultores y condición campesina
La descripción de la estructura de los sistemas se complementó con el análisis de la lógica y estrategia del modo de producción. Se encontraron elementos comunes a todos los pequeños productores coincidentes con los criterios que Van der Ploeg (2008) utiliza para definir la condición campesina, (basado en el modo de hacer agricultura) caracterizada por la lucha por la autonomía y la sobrevivencia en un contexto de privación y dependencia (Figura 1 y Cuadro 4).
Impacto del PSAT en el desarrollo local
El PSAT basó su estrategia en revalorizar y mejorar el capital natural, mediante la recuperación y valorización de semillas criollas y de árboles nativos. También promovió la mejora de los suelos, mediante prácticas de reciclado de materia orgánica, abonos verdes y herramientas de laboreo conservacionistas. Al mismo tiempo priorizó el capital humano, a través de la capacitación y experimentación participativa con una experiencia central en una escuela rural (Escuela de La Calera). En el proceso se observa desarrollo del capital social, sobre todo vinculado a la organización del Banco Popular de Semilla Criolla y a la organización de la Fiesta de la Semilla Criolla.
El grupo de productores de transición agroecológica avanzó en la construcción de capital social vinculante, a través de una mejora en las relaciones y confianza entre agricultores, tanto entre productores orgánicos como con otros que no se definían como tales. Durante el proyecto fortalecieron vínculos también con organizaciones externas. Desde el punto de vista del capital construido y financiero el Plan contó con recursos escasos. Los recursos humanos fueron limitantes, y dependieron en parte de convenios con otras instituciones. No se lograron apoyos del gobierno central para el PSAT (Cuadro 5).
Las acciones impulsadas por el PSAT en el plazo analizado no logran aumentar la producción local de alimentos, aunque permitieron mejorar la capacitación de los agricultores y los recursos productivos.
Se puede considerar como un logro del PSAT el promover el Banco Popular de semillas criollas y también la experiencia de la escuela rural de La Calera. Se intentó consolidar la propuesta en un «nicho» de acuerdo a la definición de Roep et al. (2003): un espacio donde «las nuevas técnicas son desarrolladas por agentes de cambio (pueden ser agricultores, técnicos o políticos), son probadas en un lugar protegido de un ambiente hostil, pasando de un estado inmaduro y por lo tanto vulnerable, a su madurez».
El manejo agroecológico realizado en la Escuela de La Calera y en los predios de algunos agricultores también es una novedad, en especial la mejora de suelos con abonos orgánicos (compost y vermicompost), el uso de insumos biológicos para controlar plagas, el diseño de policultivos, la siembra de abonos verdes para recuperar suelos o la plantación de frutales nativos o árboles para cercos y aumento de la biodiversidad.
A pesar de estos logros se presentaron frenos al proceso. Esto se explica en primer lugar por problemas internos del PSAT (falta de recursos, inexperiencia en el gobierno local, funcionamiento poco coordinado y superposición de funciones de diferentes oficinas del gobierno departamental). En el inicio del PSAT los objetivos fueron demasiado ambiciosos y numerosos, lo cual dificultó concentrar esfuerzos.
En el caso de los agricultores, la experiencia del grupo de transición agroecológica demuestra que es posible avanzar en la soberanía alimentaria, pero el desafío de recuperar cinturones productivos de ciudades o pueblos del interior enfrenta muchas resistencias y necesita por lo tanto dedicación importante en recursos y continuidad en el tiempo, lo que no fue posible lograr en forma óptima en esta experiencia. En el caso de los horticultores locales, a pesar de la ventaja de la cercanía con los centros urbanos, deben competir con la oferta del mercado del sur del país, donde se encuentra el mercado concentrador y existen productores de mayor escala y nivel de especialización. En el caso de la producción animal no se cuenta con instalaciones para faena adaptadas a pequeños productores. Tampoco se logró desarrollar un mercado diferenciado para alimentos orgánicos o de la pequeña producción local. No se trabajó en aspectos de mercado diferenciados para alimentos orgánicos o de la pequeña producción local.
Para entender las dificultades que enfrentan los que proponen cambios en la forma de producir y en los sistemas alimentarios en general resulta útil analizar el concepto de régimen socio técnico dominante propuesto por Roep et al. (2003). Si bien formar y mantener nichos que faciliten la experimentación y procesos de aprendizaje es crucial para el cambio técnico-institucional, no es suficiente para cambios de mayor grado. El régimen sociotécnico se define como «un conjunto de reglas de un complejo coherente formado por el conocimiento científico, prácticas de ingeniería, tecnologías, características de los productos, habilidades, procedimientos, formas de manejo de objetos y personas, formas de definir los problemas, todo embebido en las instituciones e infraestructuras» (Roep et al., 2003). Los regímenes sociotécnicos guían o gobiernan el cambio técnico a través de ciertos caminos o trayectorias. Los regímenes vigentes, dominantes, actúan (conscientemente o no) frenando el surgimiento de los nuevos. Cuando un régimen sociotécnico se vuelve dominante o hegemónico en un sector durante mucho tiempo es capaz de reformular el «paisaje», entendido como el contexto general donde se sucede el cambio técnico. El paisaje limita, pero también puede facilitar el cambio técnico. Cambios estructurales pueden presionar sobre los regímenes existentes, creando ventanas de oportunidad para cambios más radicales (Roep et al., 2003).
El PSAT tuvo dificultades en el inicio para focalizar sus acciones y comunicar ideas fuerza a otros actores. La debilidad organizativa del grupo de agricultores familiares en transición agroecológica explica también la falta de conocimiento de otros actores locales sobre la propuesta. Es necesario tener en cuenta la importancia de que los propios agricultores sean capaces de construir alianzas con actores afines así como enfrentar otros que se resistan a los cambios.
De acuerdo a Roep et al. (2003) es necesario diseñar al mismo tiempo los cambios técnicos (artefactos, máquinas, sistemas) y las funcionalidades institucionales (reglas, roles y procedimientos) para que la configuración de novedades funcione en forma más apropiada como un todo. El fortalecimiento de los cambios técnicos y las funcionalidades institucionales deben ocurrir en forma simultánea para alimentar los procesos de cambio.
Conclusiones
El Plan de Soberanía Alimentaria en el departamento de Treinta y Tres fue una experiencia innovadora que aplicó políticas locales de desarrollo rural con enfoque agroecológico. Se contaba con capital político para promover un cambio; sin embargo el capital social para respaldar esta propuesta resultó ser débil.
El análisis de un grupo de agricultores en transición agroecológica de la zona cercana a la ciudad de Treinta y Tres permitió reconocer la heterogeneidad existente entre los agricultores familiares en cuanto a sus sistemas de producción. Sin embargo presentan en común una racionalidad asimilable al modo campesino de producción, con un bajo uso de recursos externos y tendencia a la autosuficiencia.
Ante las debilidades del capital social local como base para promover una propuesta alternativa, el PSAT encontró aliados locales, como los responsables de las escuelas rurales públicas. También se convocó a actores externos al departamento como por ejemplo ONGs que trabajaban en agroecología, redes de semillas criollas y de agroecología de alcance nacional y la Universidad de la República. Además se tendieron vínculos con organizaciones y movimientos sociales del sur del Brasil. En este caso el objetivo fue legitimar la propuesta cuya viabilidad estaba cuestionada por algunos actores locales.
El PSAT logró avances relevantes en algunas áreas, en particular en el aporte a la conservación de semillas criollas y plantas nativas, con participación de los agricultores y en el desarrollo de Unidades de Experimentación Participativas como la que se instaló en la Escuela rural de La Calera, en los alrededores de Treinta y Tres. La mejora de los suelos, basada en el reciclado de materia orgánica o manejo conservacionista de suelos también caracterizó la propuesta.
Estas líneas buscaron fortalecer recursos a los cuales los agricultores pueden acceder sin aumentar su dependencia. Sin embargo existieron factores que pusieron en juego la sustentabilidad de la propuesta dado que ésta se inició por una oportunidad en el campo político con una administración local que finalizó en el año 2010 y que el nuevo gobierno discontinuó.
La difusión de muchas de estas técnicas no se logró consolidar y ampliar a un número significativo de agricultores. Tampoco quedó una organización consolidada que integre a los actores participantes del PSAT.
La idea de aumentar el abastecimiento local de alimentos, en contra de las tendencias observadas en rubros como huerta y frutales, que prácticamente han desaparecido del mercado departamental en los últimos años, aparece como una propuesta relevante. Este objetivo, a pesar de avances innegables, no logró concretarse. Sin embargo, el período analizado es muy corto como para evaluar impactos en este sentido y el grupo de productores pequeño en relación al mercado potencial.
Sin desconocer el valor de la experiencia y su gran capacidad innovadora, no es posible afirmar que se esté cerca de un cambio de régimen sociotécnico y tampoco ante un nicho consolidado de promoción de la agroecología. Para avanzar en el proceso sería necesario, en primer lugar, fortalecer la experiencia que quedó sin impulsores en el gobierno local. Dependerá de la capacidad de los actores locales el renovar una coalición que mantenga al menos parte de lo logrado, por ejemplo continuar con la experiencia en las escuelas rurales involucradas. Para esto los agricultores que participaron y se beneficiaron de los programas locales deberían asumir un mayor protagonismo, generando propuestas de desarrollo que contemplen sus necesidades. Uno de los puntos débiles del proceso es que no se logró abrir un mercado para los alimentos producidos por los agricultores familiares orgánicos o que están en proceso de transición hacia manejos más sustentables. En este sentido la experiencia del PSAT enseña sobre la importancia de contar con apoyos desde las políticas públicas locales como forma de promover estos procesos de soberanía alimentaria. También surge como limitante la falta de sintonía entre esta propuesta local y políticas públicas nacionales, que no incluyen hasta el momento a la agroecología como estrategia de trabajo.
Es relevante lo que quedó de la experiencia a pesar de que hoy no exista más el PSAT. Hay cambios, todavía poco visibles, en los predios de los agricultores. Existe también un fortalecimiento de capital social y propuestas innovadoras para la educación rural y el trabajo con jóvenes en contextos críticos. Los actores han logrado madurar en esta experiencia y existen recursos locales para refundarla, probablemente desde otras estrategias.
Agradecimientos
A los agricultores de Treinta y Tres por su generosidad en compartir saberes. A los técnicos y funcionarios de la Intendencia Departamental de Treinta y Tres, Ministerio de Ganadería Agricultura y Pesca, Consejo de Enseñanza Inicial y Primaria, Universidad de la República y proyecto CEUTA/PPD.
Lista de entrevistados
ITT: Director del DASA; Directora del Departamento Productivo; Asesor del Área de Planificación y Desarrollo; técnica de ganadería familiar del Departamento Productivo. Ministerio de Ganadería Agricultura y Pesca (MGAP): Director Departamental y a la vez Presidente del Consejo Agropecuario Departamental. res.tamental.bilidad.rio?s para uCoordinador Regional Región Este, en el área de producción familiar. Proyecto Uruguay Integra, Cohesión Social Unión Europea/Oficina de Planeamiento y Presupuesto.
Universidad de la República: Coordinadora del Proyecto Educación Sustentable y actual Coordinadora del Centro Universitario Regional Este en Treinta y Tres. res.tamental.bilidad.rio?s para uComercializador de frutas y hortalizas de Treinta y Tres.
ITT-DASA: técnica responsable de la Planta Procesadora de Alimentos. ITT-DASA: técnico responsable del proyecto de vermicultura.
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