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Agrociencia (Uruguay)

versión impresa ISSN 1510-0839versión On-line ISSN 2301-1548

Agrociencia Uruguay vol.24 no.spe Montevideo  2020  Epub 01-Jul-2020

https://doi.org/10.31285/agro.24.366 

Editorial

Innovaciones y desarrollo en los territorios rurales: múltiples miradas

Innovations and development in rural areas: multiple perspectives

Inovações e desenvolvimento nos territórios rurais: múltiplos olhares


V. Rossi

E. Chia

La innovación está cada vez más presente en el lenguaje corriente y las vidas cotidianas, no solo de los responsables políticos y de los empresarios, sino también de las organizaciones sociales, los investigadores, los académicos, las familias… Como noción, la de innovación atraviesa todas las disciplinas científicas, lo que se comprueba a través de numerosos artículos sobre innovaciones en revistas especializadas de medicina, física, agricultura, etc. La innovación constituye hoy en día uno de los principales temas de intervención de los gobiernos (la mayoría de los países se ha dotado de una oficina dedicada a las innovaciones, la ciencia y la tecnología). En el caso de las grandes empresas privadas, la mayoría tiene un departamento de innovación y desarrollo (I+D). Se trata de innovar en permanencia: la innovación se ha transformado en una cuestión de vida o muerte para muchas empresas. En el caso particular del sector agrícola, la innovación aparece como una «espiral virtuosa» en la dinámica de los territorios y las explotaciones. La innovación surge hoy no solamente como una respuesta a las crisis que atraviesan las agriculturas mundiales (de producción, de calidad de alimentos, de protección del medio ambiente…), sino también a la necesidad de repensar y cambiar el modelo agrícola (sistemas de producción agroecológicos, respeto de los recursos naturales, modos de comercialización alternativos), apuntando hacia una agricultura más sostenible. En respuesta a la crisis del covid-19 los gobiernos han propuesto nuevos programas de innovación para diversificar los productos agrícolas, los canales de comercialización, etc., y los actores locales han experimentado nuevas soluciones (huertas comunitarias, entrega a domicilio, diversificación de las producciones en las explotaciones) que se están transformando en verdaderas innovaciones. La innovación se presenta también como un instrumento para alcanzar un desarrollo territorial más sostenible, donde la participación de los actores en la definición de los objetivos, la utilización de los recursos (económicos, naturales, cognitivos), la implementación de las acciones, así como su evaluación resultan centrales. ¡Emerge entonces como un nuevo paradigma de la acción pública!

Sin embargo, aunque la innovación es considerada como la «solución milagrosa» (todos innovan), no son tantos los trabajos que se han dedicado en estos últimos años, en Uruguay, a la identificación y análisis de los mecanismos y procesos de innovación en los territorios (gobernanza, aprendizajes, participación) y en las explotaciones agrícolas (en los sistemas de producción, en las prácticas técnicas, comerciales, organizacionales), así como al estudio de las transformaciones que generan las innovaciones en las relaciones entre los actores, con las instituciones públicas y con la investigación. Las innovaciones producen también tensiones y conflictos que generan situaciones, paradojalmente de innovación, que obligan a los actores a trabajar juntos, a elaborar proyectos y lenguajes comunes que de vuelta van a facilitar y redefinir la participación, o sea, a fabricar nuevas formas de gobernanza territorial. Si consideramos a la innovación como un proceso sociotécnico y organizacional y reconocemos que los actores territoriales y los agricultores en particular innovan, asumimos que ellos construyen nuevas combinaciones, nuevos equilibrios que les permiten mejorar el funcionamiento de las explotaciones y de los territorios, así como también elaborar nuevos productos. Esto significa que la innovación no es solo producto de la «ciencia», sino que se trata de una coproducción y una codefinición. Los investigadores han ido abandonando, poco a poco, el modelo cientificista y técnico de la innovación, creando nuevas metodologías de investigación y nuevos conocimientos, asociando a los actores en la «fabricación» (coinnovación) de las innovaciones. Hablamos entonces de innovación abierta y de plataformas de innovación.

Este número especial es el producto del iv Congreso de Ciencias Sociales Agrarias que se llevó a cabo en Montevideo el 7, 8 y 9 de agosto de 2019 con la consigna «La innovación y el desarrollo: oportunidades y retos en los territorios y las cadenas». Los doce artículos científicos y la editorial que reúne este número especial entregan miradas múltiples de la innovación: i) la innovación desde la producción, los territorios y las cadenas; ii) la innovación desde el desarrollo rural, a partir del análisis de las Mesas de Desarrollo Rural (mdr), de procesos colectivos de acceso a la tierra y de la experiencia de trabajo a terreno de las organizaciones; iii) la innovación desde los conflictos, entendidos como situaciones de innovación. Pero también este caleidoscopio de miradas refleja la multiplicidad de perspectivas que provienen de las diferentes disciplinas involucradas en «la agronomía», ya sean las de la producción, las de los territorios y las cadenas, las del desarrollo rural, las de las ciencias humanas y sociales. Lo que tienen en común todas las miradas de la innovación que ofrecemos es el territorio rural.

La presentación de los artículos fue estructurada a partir de ocho puntos de vista sobre la innovación. La primera mirada, realizada desde el artículo de Mariela Bianco, ofrece un estado del arte de «La innovación en los estudios sociales de los procesos agropecuarios; evolución y énfasis latinoamericano». La autora nos entrega un panorama general de los principales «modelos» o teorías de la innovación que han ido estructurando no solo las investigaciones sino también las políticas públicas, poniendo el foco en la región latinoamericana. Sus aportes refuerzan el gran desafío que enfrentan hoy las universidades para impregnar de nuevas visiones el concepto de innovación agropecuaria, así como la necesidad de articular la enseñanza, la investigación y la extensión para apuntar a objetivos de sustentabilidad y disminución de desigualdades en los territorios rurales.

Podemos interrogarnos, y esto constituye uno de los desafíos para la investigación, sobre el rol de la ciencia (vía la experticia) en la elaboración de las políticas públicas. La coconcepción de las innovaciones es hoy en día una de las principales teorías analíticas para estudiar los procesos de innovación y una de las principales metodologías para innovar con los actores. Los siguientes tres artículos de este número sistematizan experiencias de coconcepción de innovaciones, tanto en Uruguay como en Argentina, centrando la mirada en los actores. Así, el trabajo de Norberto Rodríguez y colaboradores, «Comunicación, Participación y Gestión adaptativa para el Desarrollo Sustentable de la Ganadería Familiar de Sierras del Este, Uruguay», vinculado al desarrollo de un proyecto de coinnovación con productores ganaderos familiares, pone el acento en el fortalecimiento de las organizaciones de productores para su articulación con otros actores del sistema y en el rol de los técnicos en los procesos de investigación-acción participativa. En esa misma línea, el artículo «La articulación como estrategia de trabajo en ganadería familiar», de Raúl Gómez Miller y Virginia Porcile, analiza el rol de los técnicos facilitadores en experiencias desarrolladas en los «predios foco» en Uruguay, principalmente como articuladores entre tres niveles, los productores-foco, los grupos acompañantes y las organizaciones locales. El trabajo presentado por Julio Catullo y colaboradores, «Construcción de conocimiento en redes de innovación para el uso de bioinsumos en sistemas hortícolas periurbanos», nos acerca a una experiencia interinstitucional de aprender haciendo desarrollada junto a horticultores familiares del cinturón verde de Córdoba, Argentina. Un resultado mayor de este trabajo es el rol y la importancia de las redes que vinculan actores en la coconstrucción de conocimiento (tácito, científico, experimental y situado) y en la reconfiguración de las políticas, de la intervención institucional y de la vinculación tecnológica.

La mirada siguiente, sobre la experiencia del Instituto bio Uruguay en el noroeste uruguayo, desarrollada por Valentina Posada Rodríguez, Natalia Posada y Alda Rodríguez, en el artículo «Fabricar la agroecología: lecciones de los proyectos de desarrollo social», es sobre la «fábrica» de la innovación en sistemas agroecológicos a partir de la sistematización de resultados de cuatro proyectos de desarrollo realizados entre 2006 y 2014 en una zona del país caracterizada por la predominancia de una cultura ganadera extensiva. A partir de lo que ellas denominan «geografía de la intervención», dan cuenta de las tensiones en los procesos de innovación para congeniar la participación de los actores, los diferentes momentos de los proyectos y los procesos de trasformación social de las comunidades que son necesariamente más largos y complejos. Luego, en el artículo de Daiana Peloche y colaboradores, «Toma de decisiones e inocuidad: el caso de productores de cebada de Uruguay», se analiza la toma de decisiones técnico-productivas de agricultores del litoral oeste uruguayo durante la zafra 2017/2018. Este artículo nos invita a considerar que la cuestión de la inocuidad en granos y, de una manera general, de los alimentos es una situación de innovación que pasa por el diseño de sistemas alimentarios sostenibles. Ilustra también sobre el rol y la contribución de la ciencia y la tecnología en procesos innovadores que apunten a la sostenibilidad de los sistemas agrícolas de una región, aquí se trata de la Estación Experimental Dr. Mario A. Cassinoni de la Universidad de la República, Uruguay.

Cambiando el foco, un segundo grupo de trabajos se centran en el desarrollo rural de los territorios, mirando los conflictos entre los actores para precisar e identificar los desafíos involucrados en las innovaciones territoriales. Dos artículos, el de Elena Descalzi: «La participación de los actores en la Mesa de Desarrollo Rural de Treinta y Tres» y el de Mercedes Figari y Diego Pereira, que presentan «Mapeo de actores: herramienta para la acción; la experiencia de la Mesa de Desarrollo Rural de Tacuarembó», estudian las mdr como dispositivos privilegiados de innovación territorial en diferentes departamentos de Uruguay. Del primer estudio se desprende que no siempre los actores reconocen plenamente a las mesas como un espacio real de participación; y que la promoción efectiva del desarrollo rural implica para los técnicos y representantes del Estado administrar una tensión de poder, entre el control de estos espacios y capacitar para habilitar la participación de las organizaciones. En el segundo se presenta una herramienta para profundizar el autoconocimiento del ambiente institucional en que opera una mdr. En el caso de esta organización, permitió visualizar que los escasos vínculos con actores socioculturales del territorio pueden operar como una limitante en el fortalecimiento y la consolidación de las capacidades de innovación de los actores locales.

Mas allá de estos dispositivos de desarrollo territorial, las transformaciones ocurridas en los últimos años en Uruguay desafían al Estado en la implementación de un desarrollo rural sustentable y en elaborar políticas y apoyos diferenciados a los productores familiares. El trabajo de Virginia Courdin, «Acceso a tierra de ganaderos familiares: análisis de la acción colectiva en el Litoral Norte uruguayo», analiza la construcción de sistemas de gobernanza a partir de diferentes formas de asociatividad entre los ganaderos. En este sentido, el acceso colectivo a la tierra implica situaciones de innovación organizacional donde los principales motores son los aprendizajes individuales y colectivos, que permiten a los actores definir reglas y coordinarse. El artículo de Verónica Filardo y Virginia Gravina sobre «Gobernanza y tipos de subjetividad de actores sociales de Guichón sobre el área protegida Montes del Queguay» da cuenta de la importancia de develar los conflictos para enfrentar los desafíos de la gobernanza en procesos de ordenamiento territorial. Las autoras proponen una tipología que permite caracterizar posiciones y detectar tensiones entre los actores sociales en torno al territorio, la gobernanza y los servicios ecosistémicos de la zona.

Por último, se presentan dos artículos que ponen el acento sobre los conflictos medioambientales en los territorios y cómo estos derivan en innovaciones que transforman las relaciones entre los actores. Así, «Conflictos por uso de agroquímicos: el papel de las mujeres rurales en Uruguay», de Marta Chiappe, analiza cómo las denuncias realizadas por las mujeres contribuyen a evidenciar las consecuencias de las aplicaciones con agroquímicos, a la vez que disminuyen su invisibilidad en el medio rural y generan nuevos entramados en las relaciones sociales de las zonas afectadas; y Gabriela Merlinsky en el artículo «La productividad de los conflictos ambientales y su aporte para la innovación social» presenta evidencias sobre cómo los conflictos (su resolución) dan lugar a la producción de conocimientos que nutren diferentes procesos de innovación social.

La diversidad de miradas permite no solamente explorar nuevas dimensiones (sociales, económicas, técnicas, organizacionales) de la innovación, sino también contribuye a precisar las metodologías de estudio y los marcos teóricos, como lo sugiere el artículo de Mariela Bianco. La participación de actores tan diversos como los de la investigación pública (Instituto Nacional de Investigaciones Agrícolas, Universidad de la República) o de las organizaciones no gubernamentales, los productores, los asesores técnicos, los técnicos de las organizaciones sociales o de los organismos públicos (intendencias departamentales, institutos y direcciones ministeriales) aparece como el primer requisito para coconcebir las innovaciones (radicales, frugales, incrementales, de ruptura), elaborar un lenguaje común, aprender a trabajar juntos y elaborar proyectos comunes que tiendan a (re)definir el desarrollo rural en una perspectiva agroecológica y sustentable. Los artículos sobre las mdr muestran la importancia y la necesidad de continuar estudiando estos dispositivos particulares que permiten, en ciertas circunstancias, aumentar la capacidad de innovación de los territorios, los que aparecen como un nivel privilegiado donde se están generando las nuevas dinámicas de desarrollo, lo que implica que se sigan estudiando de manera interdisciplinaria.

V. Rossi Universidad de la República, Facultad de Agronomía, Montevideo, Uruguay.
E. Chia INRAE, Montpellier, Francia.

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