Introducción
El cateterismo urinario es un procedimiento frecuente en el ámbito hospitalario, que en ocasiones es utilizado en forma inapropiada, por fuera de las indicaciones aceptadas para el mismo. Esto aumenta el riesgo de complicaciones vinculadas a su uso y por tanto la morbimortalidad hospitalaria. 1
El cateterismo vesical por vía uretral es la técnica más frecuente, seguido de la vía suprapúbica. Existen catéteres de variadas formas, tamaños y composición, y son seleccionados para su uso en base a la edad y sexo del paciente y su situación clínica. 2
Las indicaciones más frecuentemente aceptadas para este procedimiento son el vaciamiento vesical en la retención de orina aguda o crónica de cualquier etiología, control de diuresis en pacientes críticos, uso peri operatorio en diferentes procedimientos quirúrgicos, lavado o irrigación vesical y ocasionalmente en el tratamiento de lesiones cutáneas sacras o perineales en pacientes con incontinencia urinaria. 3
La duración del cateterismo es otro aspecto importante a considerar, vinculado directamente con la aparición de complicaciones infecciosas como no infecciosas. 4 Se define así el cateterismo permanente de corta o larga duración según su uso menor o mayor a 30 días respectivamente, y el intermitente, en que se retira el catéter inmediatamente luego del vaciado vesical. 5
La infección urinaria asociada a catéter (ITUN-AC) es una de las complicaciones más frecuentes. 2,3 Son de especial consideración debido a su asociación con el aumento de la morbimortalidad hospitalaria, la multirresistencia antimicrobiana y los costos en salud. 6,7
Si bien se describen otros factores de riesgo para el desarrollo de las mismas, es el cateterismo urinario y su duración el que se posiciona como el más importante, vinculado hasta el 80% de los casos en algunas series. 8 Debido a su vínculo con el uso del catéter urinario, esta y otras complicaciones pueden ser prevenibles, contando para ello con diferentes herramientas que en su mayoría tienen como objetivo evitar el uso inadecuado del catéter urinario, utilizarlo el menor tiempo posible y retirarlo cuando ya no sea necesario. 9,10,11
Saber cómo se utiliza el cateterismo urinario en un centro asistencial es importante para poder establecer estas medidas de control y prevención.
El objetivo de este estudio es conocer las características del uso de cateterismo urinario vesical en pacientes ingresados en salas de cuidados moderados de un hospital universitario del tercer nivel de atención, determinar la frecuencia, duración e indicaciones más frecuentes, así como evaluar la presencia de complicaciones asociadas al mismo.
Metodología
Diseño: Se realizó un estudio observacional, de corte transversal.
Población: Se incluyeron todos los pacientes hospitalizados al día 21 de diciembre de 2022 en salas de cuidados moderados quirúrgicas y de Medicina Interna de un hospital terciario universitario que presentaron o presentaban sonda o talla vesical, en la presente internación. Se excluyeron pacientes ingresados en salas de aislamiento COVID-19 al momento de realizar el estudio.
Procedimiento: La recolección de datos se realizó el día 21 de diciembre de 2022, luego de la aprobación del proyecto por parte del Comité de Ética. Se interrogó a los pacientes en cuanto al uso de catéter vesical en la presente internación y se seleccionaron los pacientes que cumplieron con los criterios de inclusión y mediante la revisión de la historia clínica se obtuvieron los datos de interés.
Definiciones: Se presentan en la tabla 1.
Estadística: Los datos serán analizados utilizando distribución de frecuencias para las variables cualitativas y medidas de resumen para las cuantitativas. La relación entre variables y medianas de días de duración de uso de catéter se midió mediante test de chi cuadrado y/o exacto de Fischer previo cálculo de frecuencias esperadas, considerando significativas valores p < 5%. Se utilizarán los programas PSPP y Epidat 3.1. La prevalencia se calculará en base a la población total de pacientes ingresados en los sectores en que se llevará a cabo el estudio.
Marco Ético y Legal: Se respetaron los principios que rigen la ética de las investigaciones médicas en seres humanos, establecidos en la declaración de Helsinki, y el decreto 379-008 del Ministerio de Salud Pública. La realización de este estudio fue aprobada por el Comité de Ética del Hospital de Clínicas “Dr. Manuel Quintela”.
Resultados
Al día de la realización del estudio, se encontraban ingresados en salas de cuidados moderados 155 pacientes, con un promedio de edad de 55 años, el 60,6% fue de sexo masculino, y presentaban una media de 19 días de internación. 106 pacientes se encontraban ingresados en salas de Medicina Interna, los 49 restantes se encontraban en salas quirúrgicas. A la fecha del estudio, a 26/155 pacientes (16,7%) les fue colocado un catéter urinario en algún momento de su internación.
En la tabla 2 se presentan las características demográficas y relacionadas a la internación de los pacientes que requirieron cateterismo vesical. En la tabla 3 se describen las características del cateterismo vesical.
La sonda vesical fue el tipo de catéter utilizado en 100% de los pacientes, habiéndose colocada en su mayoría en el Departamento de Emergencia (54%). En cuanto al registro de la indicación, en el 46% de los casos no se encontró indicación escrita de colocación en la historia clínica. En el 50% de los pacientes no está especificado el motivo de la colocación de catéter vesical en la historia clínica.
En la otra mitad de los pacientes con motivo especificado en la historia, las causas de uso más frecuentes fueron el control de diuresis y la desobstrucción de vía urinaria baja.
El tiempo de uso de sonda vesical fue de una mediana de 13,5 días, y en el 27% de los pacientes se utilizó por más de 30 días. Fue utilizado para la desobstrucción de la vía urinaria una mediana de 29,5 días, siendo menor la duración para el control de diuresis (19 días). En pacientes en que no se pudo determinar el motivo de indicación, el catéter vesical fue usado por menos tiempo que en aquellos pacientes con indicación determinada, aunque sin diferencia estadísticamente significativa (mediana de 10 vs 23 días, p= 0,115).
El 35% de los pacientes presentaron al menos una complicación vinculada al catéter vesical.
De las infecciosas, 4/26 pacientes (15%) presentaron infección urinaria asociada a catéter, de los cuales 2 correspondieron a Klebsiella pneumoniae, 1 a Escherichia coli y el restante a Providencia stuartii. No se encontraron bacteriemias asociadas a catéter urinario en este estudio.
Las complicaciones no infecciosas se presentaron en 7 pacientes (27%), de las cuales la más frecuente fue la obstrucción de la sonda, seguido de hematuria. No se detectaron en este estudio otras complicaciones como por ejemplo trauma uretral. Los pacientes que presentaron complicaciones vinculadas a la sonda vesical la usaron un tiempo mayor que aquellos que no presentaron complicaciones, si bien esta diferencia no fue estadísticamente significativa (mediana de 23 vs 10 días, p=0,411).
Discusión
En la última década se han publicado múltiples reportes acerca de las características del uso del cateterismo urinario en pacientes hospitalizados. Estos estudios multicéntricos reportan una prevalencia de cateterización urinaria vesical (fundamentalmente sonda vesical) en pacientes en salas de cuidados moderados entre 13% y 20,1%. 12,13,14
Los datos obtenidos en este estudio, si bien realizado a menor escala y con menor número de pacientes, permiten estimar una prevalencia de uso de catéter urinario similar a la reportada por estos autores (16,7%).
Las principales indicaciones de uso de catéter vesical en este estudio fueron la desobstrucción de la vía urinaria y el control de la diuresis, acorde con lo informado por otros autores. 12,15,16 Se destaca un elevado número de pacientes en los que no se encuentra registrada la orden de colocación de sonda en la historia clínica, similar a lo reportado previamente en la bibliografía. 17)
Es de destacar además que en un alto porcentaje de pacientes no se pudo identificar en la revisión de la historia clínica el motivo de indicación de sonda vesical (50%), mayor a lo observado en otros estudios, 16,18 aunque esta diferencia puede ser explicada por el bajo número de pacientes incluidos en el estudio, limitado a salas de cuidados moderados de un solo centro asistencial.
Ya se ha demostrado que una correcta indicación de uso del catéter vesical es fundamental para evitar sus complicaciones asociadas, 19 y los datos obtenidos muestran que en este hospital existen fallas al momento de indicar el mismo.
Otro aspecto fundamental vinculado directamente con el riesgo de desarrollar complicaciones, es la duración del uso del catéter. La incidencia de bacteriuria así como el riesgo de desarrollar ITUN-AC aumenta conforme aumentan los días de cateterismo, fundamentalmente a partir del séptimo día. 4,20 En una investigación desarrollada en salas de cuidados moderados de este hospital, se evidenció que casi un 70% de los pacientes que presentaron infección urinaria nosocomial estuvieron expuestos a catéter urinario en su internación en cuidados moderados (más de una tercera parte por 30 días o más), y 52,3% de estas infecciones fueron ITUN-AC, la mayoría expuestos a catéter por menos de 30 días. 21 En el presente estudio los pacientes presentaron una duración de cateterismo (mediana 13,5 días) levemente superior a lo reportado previamente, 22,23 presentando un alto de riesgo de complicaciones. Apoya este concepto el hecho de que los pacientes que presentaron alguna complicación estuvieron expuestos a la sonda de forma más prolongada que aquellos que no presentaron complicaciones. Además, los pacientes en los que no se pudo determinar el motivo de indicación de sonda vesical estuvieron expuestos a catéter un tiempo sensiblemente menor que aquellos con indicación precisa, pero aun así por varios días, lo que debe de hacer pensar en si fue indicado de forma correcta siguiendo alguna de las indicaciones aceptadas para la misma. El hecho de que no se hayan encontrado en este estudio diferencias estadísticamente significativas en estos dos puntos anteriores seguramente se explique en el pequeño tamaño de la muestra, pero la relevancia clínica es clara y es concordante con la evidencia disponible actualmente.
En este estudio, la mayoría de los pacientes provenían del Departamento de Emergencia, y la mayoría de las sondas vesicales fueron colocadas en dicho servicio. Además, en muchos de estos pacientes no se pudo identificar el motivo de indicación de la sonda. Esto es concordante con lo reportado en la literatura, en la cual el servicio de Emergencia fue uno de los sitios más frecuente de colocación de catéter urinario en pacientes ingresados en cuidados moderados, con frecuencias del 26,5% al 44%. 12,16
Al año 2010, al 8,5% de los pacientes admitidos en los servicios de Emergencia en los Estados Unidos se les colocaba catéter urinario, y en el 64,9% de estos pacientes el catéter podría haber sido evitado. 24 Estos datos ponen al Departamento de Emergencia como uno de los lugares más importantes en lo que respecta al uso del catéter urinario, lo que sumado a la ausencia de protocolos de uso de catéter urinario en el hospital, puede incidir directamente en los resultados asistenciales en pacientes ingresados en cuidados moderados. Es de destacar que no se identificaron pacientes con catéter colocado en cuidados intensivos, un sector donde frecuentemente se utiliza este dispositivo. Seguramente el pequeño tamaño de la muestra en estudio genere sesgo al interpretar este resultado.
Poco más de un tercio de los pacientes presentó alguna complicación vinculada al catéter vesical, si bien un porcentaje no despreciable, aunque menor a lo descrito en la literatura, 25 lo que podría ser explicado por el bajo número de pacientes limitados a salas de cuidados moderados de un único centro asistencial. En cuanto al tipo de complicaciones, en este estudio se presentaron con mayor frecuencia las no infecciosas (27% vs 15%) siguiendo las tendencias reportadas previamente. 25,26
Las ITU-AC en pacientes que fueron cateterizados en este estudio se presentaron en un porcentaje similar a lo reportado por otros autores. 22 Estos datos muestran que, a pesar de la importancia epidemiológica que tienen las ITU-AC, no debemos olvidar que las complicaciones no infecciosas vinculadas al catéter vesical son aún más frecuentes y aumentan la morbilidad a la que están expuestos estos pacientes.
Como fortalezas, este estudio aporta información clínica y epidemiológica acerca de uno de los procedimientos hospitalarios más frecuentes, y en el que se reconoce a nivel internacional la problemática sanitaria vinculada a su uso incorrecto, no contando con datos recientes publicados en este hospital. Se evaluaron las características en la indicación y duración del cateterismo vesical pacientes de Cuidados Moderados, así como el tipo y frecuencia de las complicaciones más importantes, lo que aporta información necesaria para la elaboración de protocolos de uso del cateterismo vesical en este hospital, a fin de mejorar la morbimortalidad y los costos en salud.
Por otra parte, esta investigación presenta algunas limitaciones. El tipo de estudio, de tipo transversal, no permite el seguimiento de los pacientes que se encontraban aún con catéter vesical al momento de recolectar datos, lo que podría subestimar algunos de los hallazgos. Identificar pacientes que tuvieron cateterismo urinario solo mediante interrogatorio de la población incluida pudo favorecer un sesgo de selección. Además, si algún dato no fue registrado en la historia clínica aumenta el sesgo de información.
El tamaño de la muestra de pacientes es bajo, limitado a salas de cuidado moderados de un único centro, lo que dificulta sacar conclusiones sobre algunos hallazgos.
Conclusiones
El catéter vesical fue utilizado en un porcentaje no despreciable de pacientes que se encontraban ingresados en salas de cuidados moderados, en su mayoría hombres con internación prolongada. En muchos pacientes no se identificó motivo de indicación en la historia clínica y la duración de su uso en general fue prolongada, lo cual expone a un riesgo aumentado de complicaciones asociadas, predominantemente no infecciosas. Este estudio aporta información acerca de un procedimiento frecuente en el ámbito hospitalario y en ocasiones mal utilizado, que puede ser relevante para la elaboración de protocolos a fin de evitar complicaciones asociadas.